La producción de basura y el uso del automóvil son dos grandes estigmas del humano moderno; una lacra que puede molestar a algunos pero continuarán impasible con el hábito.En los dos casos los intereses comerciales evitan racionalizar el problema. No existe duda que hoy ambos son un gran dilema.
La basura será el tema ahora de este pequeño escrito.Malos hábitos y mucha codicia son la principal causa de la abundancia de basura.
Empezamos en el nacimiento de la basura:
La orgánica que realmente no sería basura porque es parte del mismo proceso que la crea, si no la consumiéramos igual quedaría tirada en el campo y pasaría a ser parte del ciclo de vida que la genera. Así pues que se volvió basura porque la población no está educada para reconocerla y desecharla correctamente. Sin embargo, salvo pequeñas excepciones, todos saben donde poner sus excrementos incluyendo a algunas especies de animales.
La industria, después de la invención de los plásticos se ha vuelto un verdadero virus replicador de basura. El principal problema de los plásticos es que no son orgánicos naturales y por ser así no se degradan rápido como la orgánica natural. El segundo que todavía no tenemos un procedimiento global para reciclarlos. El tercero es que cada día se hacen más cosas innecesarias pero que dejan ricos a algunos y se acumula más materia de ésta; y cuatro, que de las cosas necesarias cada vez las hacen para que duren menos y por lo mismo se vuelven desechables. Aquí cabe decir, que a la población sí le damos algo que le permita ser flojo lo consumirá en cuantía.Los metales, todos reciclables, son basura únicamente por ignorancia de unos y negligencia de otros, a quienes les corresponde recolectarlos lo hace equivocadamente por conveniencia o porque simplemente ignora como hacerlo pero no deja que otros hagan ese trabajo por codicia o para evitar que se enriquezca otro que no sea él o alguien de su grupo.Así pues, para no hacer largo el escrito, el gran problema de basura es más por la generación de ella que por la disposición de la misma.
Pequeño ejemplo: qué necesidad le encuentra al hecho de comprar un artículo en su envase, con una etiqueta pegada, dentro de una cajita envuelta en plástico o celofán y después meterla en una bolsa plástica al momento de compra. Sí llegando a su casa lo único que consumirá será el contenido del frasco y lo demás irá a la basura.Pues bien, quien vende así lo hace porque son un gran negocio los envases ahí ganan más que en el contenido, usted tirará todo su dinero a la basura y sólo un diez por ciento o quizás menos irá a parar en algo verdaderamente útil. Porque ese frasquito en cajita también venía en otra caja de grupo y otra mayor de varios grupos que también paga usted.
La moraleja: No compren basura.
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*Fotos de Edgar P. Miller
