jueves, 28 de enero de 2016

Daño colateral.







Foto de Edgar P. Miller




Fijense que el otro día encontraron siete cuerpos ejecutados, pues resulta que yo era uno de esos cadáveres, así pues que cuando los encontraron y los llevaron al Semefo les pregunté estando ahí, qué qué pitos tocaba yo, entonces todos los presentes voltearon al mismo tiempo a mirarme y después se volteaban a ver entre ellos anonadados como tratando de responder una respuesta inexistente; o sea, los muy pendejos no esperaban mi reacción; será porque los otros seis no decían nada, fue entonces que entró una persona vestida con ropa militar, tenía un montón de barritas y estrella, se dirigió a la concurrencia pidiendo que salieran del lugar, nadie se opuso, felices se fueron murmurando por un largo pasillo hasta la salida.

Mientras, el militar se me quedó mirando con una mirada fría sin rasgos, como máscara de anónimos, una cara que no me permitía predecir si tenía sentimientos, ni sonrisa había en ese rostro; era una mueca su cara. Después de unos segundos habló, frío y claro como ordenándome:

—Fue una equivocación, tú no debiste estar ahí, así que debes entender que eres un caso aislado, un daño colateral, una pendejada.

Inmediatamente que respondo:


—Mire, mire, mire, a mi no me va salir con eso de daño colateral, esas mamadas no son para mí; así pues que empiezan corrigiendo sus errores o tendré que acudir a otra instancia.

Así fue que este señor sacó un teléfono satelital y empezó hablar:

—Tenemos un 43... no, no acepta lo del daño colateral al parecer va ser difícil proceder, espero ordenes.


Pasaron apenas treinta segundos cuando suena el satelital con la marcha de Zacatecas:

—Sí dime Pena...


Lo que le indicaban y pasó no lo oí pero después me enteré.


El caso es que le dijo que formarían la “Comisión para tratar los casos aislados con daños colaterales indispuestos”.


Así se hizo, después se formó el “Instituto de reparación de daños colaterales” con aportes del teletón, donde nombraron al Dr. Frankestein como director y a un tal Karam como recolector de piezas de recambio.

Mientras todo esto sucedía, a mi me recogió el de la morgue, la de los Helados Holanda, para mantenerme bien congelado y en condiciones de rehabilitación por el tiempo necesario. Esta empresa tenía esa concesión.


Después siguió lo necesario para que ustedes puedan verme como si nada me hubiera pasado y evitar un escándalo internacional.


“Así pues les comunico a todos que ya no tendrán que preocuparse, porque con la “Reforma de daños colaterales” ya no sucederá ningún problema durante la contingencia de inseguridad que afecte a la población. Las ciudadanas y ciudadanos ya podrán con toda confianza de ir a votar cuando se a necesario”; este fue el discurso del gobernante cuando indicó que se invirtieron los tres mil millones de pesos en el instituto.


A mi declaración le pueden poner la credibilidad que le ponen a cualquiera que salga como oficial.





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miércoles, 20 de enero de 2016

De cortinas a cortinas.





No tiene mucho tiempo en que el hablar de una acción del gobierno como cortina de humo fuera cosa de analistas e intelectuales. Con la aparición de las redes, el tema de ocultar la verdad mostrando noticias espectaculares para cubrir las intenciones o los tropiezos del gobernante se volvió bum. Casualmente, en lugar de qué saberlo sea motivo de evitarlo, resulta más efectiva la acción de la cortina. Todos o casi todos se enfocan durante el día, semana o mes a comentar la cortina y cuales son los posibles actos a encubrir.

Pues bien el otro día mi amigo Horacio sacó algo que es una muestra de lo malo que está pasando en México, obviamente eso es noticia y no lo cubrirán ni con el esmog que regresa al D.F.

Aquí lo de Horacio:

Horacio Adame
17 hrs ·

"CRISIS

Los indicadores no son para alegrarnos. Todo lo contrario. El peso cada vez más depreciado, el precio internacional del petróleo en vertiginoso descenso a la par con la disminución del volumen de extracción y exportación -todavía palanca del gasto público-, la economía nacional estancada, el ahorro interno a la baja a pesar del tibio aumento a las tasas de interés, las importaciones se encarecen y el sector exportador no crece como se esperaba, el endeudamiento público en niveles nunca vistos, la usura a todo lo que da, el desempleo y la informalidad al alza. La delincuencia y la violencia parecen eternas.

La mano invisible del mercado no resolverá en el corto plazo las crecientes necesidades. En el largo plazo todos estaremos muertos, sentenciaba Keynes. La mano del Estado no se advierte, y ya es tiempo de que se note su presencia, pero es manifiesto que el gobierno marcha a contracorriente de su cita con la historia; los dogmas y los intereses lo atan. ¿Acaso se perfilan nuevos o crecientes impuestos y despidos en la administración pública, o -pensando en la utopía- un golpe de timón y la utilización productiva de los recursos estatales para despejar los nubarrones? Roosevelt lo hizo en los años treinta en Estados Unidos, luego del crack del 29. Las circunstancias no son las mismas, ciertamente, pero la lección es que siempre existirán alternativas. Veremos."

¿Pero es realmente todo eso lo que se oculta.? ¿o es precisamente todo eso la cortina de humo para cubrir las negras intenciones de los que gobiernan?, yo en lo particular me voy por la segunda opción.

Es escandaloso lo mal que se está administrando México y no creo que sea por equivocación, sino con toda la intención de que así sea.

Nadie comenta y si lo hacen es muy superficial, ¿Cuánto se están llevando de México las mineras? ¿Cuánto les deja a quienes están gobernando? ¿a quién le interesa un petróleo devaluado? ¿A quién le importa un sistema de salud ineficiente? ¿A quién le conviene una educación en caos? ¿Quién desea tierras y propiedades en lugares posicionados por el crimen, más que organizado solapado?; pues bien, en esas respuestas están las cosas que se ocultan, las reformas sólo son parte de la cortina de humo.