jueves, 26 de septiembre de 2019

La higiene y la alimentación.


Foto de @edgarpmiller
Los alimentos limpios son una gran ventaja para quienes comercian con ellos, ¿Pero lo son para quienes los comemos?


Desde que tengo memoria la limpieza siempre me ha acompañado, al principio impuesta por mis padres y después por convicción de que era la manera de mantenerse sano. ¿Pero es verdad esto?

Dejemos la mayoría de actos de limpieza que hacemos en la vida y enfoquémonos en la de los alimentos.

Nuestro aparato digestivo a través de la evolución se fue formando y adaptando para funcionar con bacterias, los alimentos tal como los ingerimos no son suficientes para tenernos nutridos y sanos. Y nuestro sistema digestivo se formó mucho antes de que existiera lo que ahora llamamos higiene. Cada individuo humano alberga unos 100 billones de bacterias de unas 400 especies distintas. 1,2.

Las dudas surgen porque existen datos que indican lo dicho. Nuestro aparato digestivo necesita de la mugre que viene en la comida para digerir y para seguir evolucionando.

Entonces ¿porque tanta importancia a esterilizar, limpiar y purificar lo que comemos? Han llegado al extremo de lavar con cloro la carne, ¿para qué? no me digan, para que les dure más tiempo en almacén.

Existe toda una industria (negocio) detrás de limpiar y envasar alimentos.

Nadie duda que los alimentos esterilizados duran más tiempo guardados, pero no se pueden procesar fácilmente una vez que los comemos; porque para aprovecharlos deben descomponerse rápido dentro de nosotros. ¿Entonces?

Conservar alimentos limpios, es algo muy bueno para aquellos que los acaparan, así los pueden guardar más tiempo para su venta. Para llevarlos a lugares más lejanos donde obtienen mejores precios, así que los alimentos limpios son una gran ventaja para quienes comercian con ellos, ¿Pero lo son para quienes los comemos?

Se sabe que los bebés deben crear su flora intestinal antes de poder ingerir alimentos diferentes a la lactancia. También se sabe que cuando uno cambia de residencia se requiere tiempo para adaptarse a los alimentos de otro lugar, más por la diferente flora que contienen que por el tipo de alimentos.

A manera que las personas, debido a la vida actual, consumen más alimentos esterilizados: envasados, purificados, esterilizados, pasteurizados, empiezan también a tener más problemas de salud. La limpieza de ellos no necesariamente hace más sanos a quienes los consumen.

No existe mejor aliciente para las farmacéuticas que una población enfermiza y un producto propio que tranquilice al enfermo, así que últimamente surgen los probióticos como solución a los males de la salud, los probióticos no son otra cosa que la mugre que nosotros le quitamos a los alimentos. El caso ilustrativo es la leche, que pasa por un proceso de deshidratación; o sea, la hacen polvo, después la hidratan y la ultrapasteurizan antes de venderla, de tal manera que llega al paladar estéril, luego te venden un derivado de la leche rico en probióticos para mejorar el funcionamiento de tu aparato digestivo, así las cosas.

¿Entonces?


viernes, 20 de septiembre de 2019

Música, comentarios y algo más el libro.

El profesor Horacio Adame me invitó para dar a conocer su nuevo libro. Será placentero comentar esta interesante obra, llena de cultura universal, narrada de manera sencilla pero que a la vez nos entrega un florilegio de la palabra escrita.

En mi vida tengo recuerdos no gratos de lo que a mi me sucedía cuando quería platicar lo que me parecía interesante, resulta que al tiempo que iniciaba lo que tenía que decir, de alguna parte de la nada surgía algo o alguien para interrumpir; por lo que mi charla quedaba pendiente. Llegó un momento que esta situación se volvió molesta para mi y fue entonces donde decidí que mejor escribiría mis vivencias interesantes para que después quien quisiera pudiera tener acceso a ellas. Siempre habrá algo que importe a alguien que encuentre lo escrito.

Después de hacer eso sugería y sugiero que todos escriban, siempre será bueno.
Y que gusto me dió saber que Horacio hizo lo mismo, parecido al menos.
Nos enseñan a escribir desde niños y hasta los niños aprenden hacerlo.

Pero escribir bien requiere más tiempo y práctica.

Escribir narraciones interesantes, que atrapen al lector en las historias contadas, es un asunto más complejo.

¿Qué comentar en un escrito? ¿Qué decir con la palabra escrita para tener a un público interesado en lo que escribiendo se dice?

Para poder contestar esto, se requiere conocer que aquel que va ha escribir tendrá sus sentidos atentos a su entorno.

¿En que consiste eso?

Ver lo que muchos no pueden mirar, ser un observador acucioso de nuestros alrededores.

Oír sonidos de una manera que los pueda uno hacer interesantes a los demás.

Oler aromas que para la mayoría no existen pero que ahí están.

Degustar sabores con placer, sentir las mezclas de los amargos con los agrios para expresarlos dulces.

Sentir, hasta la briza más insignificante, como una tormenta de palabras para la construcción de un poema.

Y sobretodo lo demás, ser amante de nuestros semejantes y de todo lo que nos rodea. Ser amante de la familia y sentir que uno pertenece a una estirpe importante de personas.

Pues bien, en sus comentarios, Horacio nos entrega esta percepción de él, un individuo que ama y que vive disfrutando su entorno, por eso y gracias a la práctica acuciosa de la escritura; y la lectura, que se nota él ha tenido, leer antes de escribir decía Borges, así pues Horacio nos proporciona comentarios que nos sumergen en la espera del siguiente o en su defecto querer escuchar el mismo varias veces.

Eso que dije en unas cuantas palabras es lo mucho de la presencia de Horacio Adame en la radio.

Ahora en el libro, nos ofrece sus comentarios escritos, para aquellos que nos perdimos algunos de ellos o para aquellos que quieran volver a disfrutar esas vivencias platicadas con esa voz melódica de la que está agraciado, nosotros podremos leerla y releerlas por siempre recordando esos momentos; sintiendo que nuestra voz interna lo expresa de la misma manera.

El libro es un compendio introductorio a casi todos los temas sociales. Se mueve de la literatura a la política y regresa con una prosa que es un poema para describir el progreso. Esto lo hace transitando sobre los variados y complicados temas de la educación. Comenta de una manera alegre algunas vivencias personales y después con ternura nos lleva al recuerdo de algún conocido que a muerto.

Incluso sobre la ciencias nos muestra su aportación humanitaria fuera de su cascarón de destrucción.

No se olvida en sus comentarios que él es un sujeto de paz, pero que sabe protestar y llegar al rechazo cuando se requiere. Mostrando con su pensamiento crítico el error de quienes lo incomodaron, sin olvidar proponer soluciones.

A quienes lo lean, supongo serán todos los que se interesaron en venir a la presentación, les agradaran las remembranzas que nos platica de personajes locales y de otros lugares y tiempos, con anécdotas interesante.

El libro no necesariamente se debe leer de inicio a fin, como de consulta pueden escoger para leer los temas preferidos.

En lo particular le recomiendo iniciar por: Estudiar, ¿Políticos? o El camino de educar.

Al mejor cazador se le va la liebre y con este libro se cumple el proverbio, A mi me parece una omisión importante la ausencia del índice, sobretodo si el libro se utilizará para consultas posteriores.


Gracias Horacio, por compartirnos este acervo cultural escrito con la erudición que tu acostumbras. Sobretodo con la humildad que tienes para entregarla sencilla y asimilable como el buen educador que eres.

Gracias al público que lo escucha en la radio, por estar pendiente del programa y felicidades por tener acceso a la divulgación del saber universal a través de una persona capacitada para arrojarlo con la tesitura apropiada para que penetre en la conciencia de quienes lo reciben.