lunes, 22 de mayo de 2023

TECNOLOTONTOS.

 

 


Vivo en un mundo moderno; pero no vivo realmente en un país que presuma de creador de tecnología; sin embargo, la población de mi país compra, usa y presume los  artículos de alta tecnología como si fueran frutos de sus brillantes mentes. De todo esto quiero decir: que no son productos de sus mentes brillantes; sino, que sus miserables mentes no son capaces de diferenciar lo que realmente está bien hecho de lo que sólo es chatarra tecnológica. ¿Qué por que digo esto? sencillamente por observación. Y aquí es donde empiezo.

La cajota.-

 Cada dos meses acudo a las oficinas de la CFE a liquidar mi consumo de energía eléctrica, pago que  hace 40 años una persona me recibía sentada en uno de esos escritorio de los que se encontraban en todas las oficinas de esa época, esos escritorios de fierro[1] gris con cajoneras, a los lados del que está sentado, con una tapa en la plancha de encima que cubría un hueco en el centro que se utilizaba para la maquina de escribir.  Ya existían los recibos que eran entregados en nuestros domicilios, recuerdo que no eran precisamente como ahora que los hacen por medio de una computadora electrónica; pero ya existían los recibos maquinados con los primeros equipos electromecánicos de procesamiento de información aquellos llamados de registro unitario. La persona que mencioné, sentada al frente del  escritorio, de un cajón sacaba un sello con el que marcaba el recibo y en el otro cajón guardaba el dinero que se le entregaba como liquidación del consumo. Esto seguiría funcionando igual y daría mejor resultado que como se hace ahora porque ya el sistema manual tendría una depuración de 40 años; o sea, sería casi perfecto con el beneficio de que daría empleo a personas de la localidad, ¿pero que sucedió? Una mente brillante decidió que utilizar equipos sofisticados de alta tecnología (claro está de los que ni de milagro hacen en México) sería  mejor y más eficiente y corrieron para adquirirlos. He aquí una descripción de los sistemas actuales: pues resulta que les llaman cajeros automáticos, supongo, porque el que los ideo pensó que así podrían ser, pero... ¿como son realmente?

Son unas cajas: como de 1.80m de alto por 0.80m de ancho y otros 0.80m de fondo, en la que adentro, al parecer, existe una computadora conectada en red al sistema central de la CFE.. Hasta aquí, todo parece ser que las cosas funcionan, pero no, ¿porqué no?; primero: y muy importante es que es tan lento el sistema para el cliente, más que él señor del escritorio que les describí al principio; segundo: que las dichosas cajotas, a la mayoría se les dificulta horrores utilizarlas, salvo yo que estudié o cualquier otro que estudie o haya estudiado sistemas computacionales, por lo cual tienen que poner a un empleado a operarlas; tercero: que seguido fallan debido a que no reconocen los billetes, o porque se les agota el cambio y esto obliga a que otro empleado este pendiente de atenderla; cuarto: están defectuosas; se nota porque de vez en vez, dado el terrible sistema operativo hecho con los pies y que me imagino se los vendieron a precio de oro: “Windows”[2] , se congela[3] y tienen que reiniciar el computador interno de la kj[4], por lo cual un elemento, técnico especializado, tiene que estar presente también, todo esto es lo que se ve desde afuera, sabrá que otras lindura tendrá el sistema por dentro. Eso sí, de seguro, se los vendieron a precio de alta tecnología a nuestros paisanos.

 

Más cajotas:

Tengo de vez en vez que ir al banco, esto lo hago desde hace mucho tiempo incluso de niño; hace unos  45 años que mi madre me enviaba para hacer los depósitos a su cuenta. En esos tiempos a las personas que tenían cuenta, los bancos, les daban una libretita que servía para que al ir a depositar o retirar la persona que estaba en la caja (el cajero no automático) anotara tanto los retiros como los depósitos, además sellaba y firmaba. Uno se formaba en una cola que hasta donde yo recuero nunca fue de más de 5 y ya en ese momento los bancos eran un negociaso por lo cual muchos querían trabajar en ellos y les pagaban mucho mejor que en otras partes. Pero que pasó: llenaron de tecnología los bancos, ahora los empleados son mal pagados, las colas llegan a ser hasta de cien y cuando se cae el sistema ni te atienden. Y de seguro que los bancos no son tan buen negocio por que seguido los venden o los cierran; ¡al menos que el negocio sea precisamente eso!

Pusieron cajeros automáticos por todas partes. Pero para lo que han servido eficientemente es para que esquilmen en ellos,  los ladrones, a los cuenta habientes. También, claro está que no son ladrones desde el estricto apego de la ley, pero con sus comisiones e intereses los propietarios de los bancos esquilman a los usuarios de dichos cajeros.

 

Las cajitas:

Pero veámonos por un momento a los fraudes en pequeña escala, hablemos de toda la basura que nos mandaron tan pronto se consumó el famoso tratado de libre comercio. Aquel por el cual muchos de nuestros paisanos se sentían motivados con la esperanza de calidad y precio “ilusos sapencos”:  Videograbadoras que funcionaban hasta vencerse la garantía, cuando tenía, que por lo regular no tenían, salía más caro reclamarla que lo que costaba la basura mencionada; así como cámaras; dispositivos ingeniosos para resolver todo tipo de trabajo doméstico, aquel que costaba menos trabajo hacerlo sin el dispositivo que con el milagro que anuncian horas y horas en la tele y en los catálogos que envían los bancos. Y que tal con la computadora que una vez que la comprabas y entendías su funcionamiento ya era obsoleta y necesitabas comprar otra y así hasta la eternidad.

Pues bien esto que menciono sin afán de ser violento, para no tentar a ese presidente gringo antiterrorista, es sólo la punta del iceberg de todo lo que los países del primer mundo les venden, como bueno, a los tecnolotontos del nuestro.



[1]           Forma común de referirse al hierro, aunque en este caso me refiero al laminado de acero.

[2]           Sistema operativo para computadoras de la empresa Microsoft, popular porque se publicita bien pero que es mediocremente útil.

[3]           Así se dice en el argot de computadoras cuando una computadora encendida no muestra actividad cuando se le está solicitando  algo.

[4]           Cajota.