lunes, 26 de noviembre de 2018

Tren Maya entre mexicas y españoles.


Foto de EPM




No cabe duda que hablar de trenes aquí en México nos lleva inmediatamente al porfiriato, fue entonces cuando el tren era un boom, desde entonces se sabe todas la tropelías que hicieron los extranjeros aprovechándose del sueño de Porfirio, fue quien les dió todo el dinero y facilidades para que tendieran vías, cosa que no hicieron por completo ni siquiera lo acordado; probablemente ni lo que pagó el gobierno.

Pero ganó Ford con su automóvil y después los vehículos de carga prosperaron y el tren fue olvidándose, cosa que en otras partes del mundo no sucedió y en donde el progreso se alineó a este tipo de transporte. Desde los cincuenta hasta ahora México es de automoviles. Es cosa de tirarle una leve mirada al gasto público y se darán cuenta la cantidad de dinero que se gasta para comprar vehículos, remendar y hacer calles, carreteras y autopistas. Por la causa que mejor les acomode; nunca les importó el medio ambiente que dañaron, incluso mostraban con orgullo su obra de devastación como progreso.

Ya en diferentes escritos aquí en mi blog y en comentarios en la radio XEUAG había mencionado el poder adictivo del automóvil. La población cuando de esta tecnología se trata: no le importa, teniendo auto, ni su vida. Mucho menos el daño al medio ambiente que causa ostentar un vehículo de esos.

Esta población adicta bien puede soportar carencia de agua, pero no que le aumenten el precio de la gasolina, el ejemplo fueron los seis años anteriores, nos esquilmaron todo; sí todo, los que gobernaron; y ellos, los usuarios de autos, estaban molestos por el precio de la gasolina y siguen estando.

Todos los transportes de una u otra manera causan daño al ambiente, usarlos para lo más indispensable ý de manera razonable sería lo mejor, pero casi peco de impertinente al decir eso, como puedo permitirme, atreverme, osar ponerme en contra de la principal fuente de riqueza de los países industrializados: el movimiento de mercancías y personas. Esta actividad rige las utilidades de empresas que fabrican los vehículos para que la actividad prospere, la maquinaria para construir los vehículos, los combustibles para moverlos y las empresas extractoras que aportan la materia prima para que todo eso suceda. Todas estas actividades causan el peor daño al ecosistema en que vivimos.

Así pues, para concluir, sí no se puede quitar toda la actividad humana dentro del área que se supone será en la que el tren en cuestión se ponga. Ya que el turismo y los servicios para la misma actividad requiere transporte de personas y mercancías, entonces sin tren el daño aún será mayor. Ya que el tren transporta más con menos daño que cualquier otro sistema inventado hasta ahora. Podemos exigir que sea para transportar de todo; eso es razonable. O una protesta terminal: que se deje en paz la península y que sólo sea reserva ecológica.

Con respecto a una carta, de esos académicos de aula, donde piden cautela para cuidar un espacio que ellos mismo dicen ya fue dañado en su totalidad por nuestros ancestros mayas. Sí eso es probable, que digan como fue que llegó a ser ese nicho ecológico tan importante ahora, después de esa terrible devastación. ¿Sí es posible que se restablezcan? o ¿su destrucción genera uno nuevo mejor?.

Cuando alguien del nivel de los que escribieron esta carta sale en defensa de los refugios ecológicos se pregunta uno, ¿porqué hasta ahora, que el mundo se desploma, muestran ese interés?, ¿por qué los planes de estudio de las universidades no estuvieron hechos para sacar profesionistas respetuosos del planeta?.

Después de todo somos parte del mismo sistema con necesidades parecidas a las demás especies, la diferencia es que somos conscientes de lo que hacemos por lo que debemos ser cautos al hacerlo, haciendo a un lado nuestra voraz ambición y codicia por tener todo lo que existe. Evaluar ventajas y desventajas de manera honesta puede llevarnos a ser mejores habitantes del planeta, pero sí caemos en la fascinación de los personajes más voraces del planeta, nuestro destino ya fue marcado hace más de dos décadas y cada día estamos más cerca del cataclismo; gracias a ellos.

sábado, 24 de noviembre de 2018

La comunicación escrita y la red.

Foto. EPM

Cuando uno intenta ser escritor lo primero que debe tener en cuenta es que lo que escriba uno se haga con propiedad. ¿A que me refiero con propiedad? pues a que lo que quede escrito, luego se entienda como lo que quiere uno que sea.

Es más fácil decirlo que lograrlo. Los lectores por lo general son de diferentes lugares del mundo, más ahora para aquellos que lo hacemos en la red, aunque puedan unirse en un conjunto de personas por el lenguaje, no deja eso que el escrito sea interpretado de diferentes formas en cada lugar. Peor aún por los traductores automáticos.

Uno quiere en momentos ser regional escribiendo al modo de su origen; y fue en una ocasión que me sucedió algo con una palabra, que de manera despectiva más se usa; podría decirse racista, la cual podría en otras partes interpretarse diferente. La palabra es ladino. Les pongo a continuación el significado de la RAE:

ladino, na

Del lat. Latīnus 'latino'.

1. adj. Astuto, sagaz, taimado.

2. adj. Perteneciente o relativo al ladino (‖ lengua retorrománica). Léxico ladino.

3. adj. El Salv., Guat., Hond., Méx. y Nic. Dicho de una persona: Que es mestiza y solo habla español. U. t. c. s.

4. adj. Guat., Hond., Nic. y Pan. mestizo. Apl. a pers., u. t. c. s.

5. adj. desus. Dicho de una persona: Que habla con facilidad alguna o algunas lenguas además de la propia.

6. m. Lengua retorrománica que se habla en el Tirol meridional.

7. m. Lengua religiosa de los sefardíes, que es calco de la sintaxis y del vocabulario de los textos bíblicos hebreos y se escribe con letras latinas o con caracteres rasíes.

8. m. judeoespañol (‖ variedad del español).

9. m. desus. romance (‖ lengua española).

esclavo ladino”


Pues bien aquí en mi pueblo; disculpen: Ciudad, para no herir susceptibilidades, con el vocablo en mención se refieren a un individuo que emigró de su pequeña población adquirió cierta preparación y después no regresa a su poblado y asume que compró la sabiduría por lo que se considera docto en todo. Después se ha ido extendiendo así a cualquiera que se comporta igual.

Muchos en momentos de la vida nos comportamos de esa manera, pero de ahí nace la expresión de madurar, entonces es cuando, como decía Sócrates «Yo sólo sé que no sé nada», nos damos cuenta de lo limitado de nuestro saber.

Ahora preguntarán ¿a qué viene tanta retórica?, pues bien resulta que en el twitter los que están con los que perdieron siguen dolidos, uno de ellos un personaje que llegó a puestos importantes con EPN, demeritó a quienes opinaban sobre temas técnicos sin saberlo, asumiendo desde luego que él sabe mucho para decirlo. Me entró la malicia de comentar que él era un ladino, pero sabiendo lo regional que son algunas palabras preferí buscar definiciones de ella. Luego desistí ya que aunque en una de sus acepciones significa algo parecido no es lo contundente como lo que yo quería decir.

Supongo que de esa manera nació el mito aquel de la torre de Babel, en relación a que a manera que crecía ella era más difícil la comunicación entre quienes la construían.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Una luz en el ocaso

Foto propiedad  de Anaya y Juan Sánchez Andraka

Volvió a las andadas Juan Sánchez Andraka ya escribió otro libro, una pequeña narración que quedó impresa en un libro de 178 páginas: “Una luz en el ocaso”.
Mantiene su estilo fluido y sencillo de leer, retiene  la atención del lector. No he leído todos lo libros de Juan así que no puedo decir que todos son parecidos, pero de los que ya leí, en este, al igual que aquellos se mantiene en los temas regionales, gente del pueblo, con actividades del pueblo y prejuicios del lugar.
En un momento de la lectura sentía que me sumergía en una de esas narraciones cursis y moralistas de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, estado que casi me invita a dejar de leerlo, pero no lo hice ya que después de todo su prosa es atrayente  y los personajes homofóbicos de la narración eran un cuanto simpáticos.
A diferencia de sus libros anteriores, ahora el sujeto de crítica, entendible debido a su edad (el clásico choque generacional) son las nuevas generaciones, dejando a un lado al gobiernos y sus huestes, no se salva la iglesia ya que aunque sea de rebote le mete gancho al hígado. También mantiene la nostalgia por el pasado.
Siempre enamorado, no deja de describir mujeres bellas y mostrar su amor a ellas.
Pues bien, antes de que se los termine de contar  todo, acudan a librería de Juan y cómprelo, pero sobretodo léanlo.
No se si lo vendan en el Amazon, pero igual investigo y después lo incrusto aquí.
Yo lo obtuve en la presentación a la que casi llegué a eso y me regresé, había mucha gente y no soporto estar con tanta gente, no se puede uno pedorrear a gusto.