Cansado regresé de jugar,
me quedé dormido,
ahora despierto y ya estoy viejo,
todo fue un sueño.
Edgar P. Miller.
Nací en el año de 1950, o sea a la mitad del siglo veinte, decían entonces el siglo de los descubrimientos. Ya en este año parecía verse como que la humanidad tenía resuelta su existencia.
Rompieron las teorías Maltusianas[1] de que no habría suficientes alimentos para las personas si seguíamos creciendo al ritmo que lo hacemos, ya estamos en los 8 mil millones[2] y sobran alimentos. Pero aún así sigue habiendo quienes se mueren en hambrunas y existen algunos que con toda su soberbia intelectual pronostican otras hambrunas.
Pero yo fui creciendo y disfrute la radio, el cine y la televisión. La imprenta y el cúmulo de libros que ya venía de siglos anteriores, así como la fotografía.
Pero no los fertilizantes químicos, los plaguicidas y la medicina como la conocemos ahora. La magia de la penicilina asombró al mundo entonces más que el internet a finales del siglo XX.
Y sí, entre tantos descubrimientos en esa lluvia de creatividad, hubo cosas verdaderamente útiles que pudieron permitir a la humanidad estacionarse en una etapa sensacional. Pero no.
La ambición, la codicia de algunos poderosos. Seres anómalos, que no prefieren disfrutar la tranquilidad de una vida suficiente; no, ellos la prefieren con una abundancia insultante.
Así fue como después de los cincuenta EUA presumía ser un paraíso; y lo peor es que su población se la creyó, sin darse cuenta de que su gobierno y otros socios despojaban al resto del mundo de lo que tenían, no para satisfacer a su población sino para satisfacerse ellos.
Ahora esa población y la del resto del mundo sufren las consecuencias, y lo peor, que toda esa creatividad del siglo XX no va a hacer que las cosas cambien y lo más temible es que todo empeorará. Así pues; que tal vez, en los pocos años que me queden, a lo único que podré aspirar es ver muerta la ilusión que tuvieron los de mi generación: Ver un mundo sustentable y en paz.
Pronóstico:
Cada año aparecerán nuevos descubrimientos: mercancías para que usted ciudadano de este mundo compre, pero primero tendrá que trabajar o robar para hacerlo.
Le presumirán que se inventan equipos más precisos y sofisticados, más rápido dirán, le dirán que viajarán a y explorarán el espacio, pero todo será para tenerlo trabajando y comprando.
Vivirá atemorizado de enfermedades; nuevas alguna y otras viejas que le dirán son nuevas, de fenómenos atmosféricos, de terremotos y accidentes de todos tipos; le dirán que su auto es ecológico y seguro, pero igual irá destruyendo el entorno y matando a sus ocupantes.
Los mismos codiciosos que le mencioné al principio le dirán que ellos todo lo hacen para que usted viva mejor pero cada día será en lugares más costosos donde igual sufrirá un infierno.
72 años analizando el mundo en que vivo y no puedo dar un mejor pronóstico. Aún leyendo a muchos de los que buscan una explicación de este fenómeno llamado humano.
Los que intentamos alejarnos de eso, la vivimos algo mejor, pero igual cada día se nos despoja de esa manera de ser. Por lo que deduzco será imposible después.