Pintura de Wlodzimierz Czurawski |
Este año, estamos a sólo unos días de su finiquito, las lluvias llegaron como hace mucho tiempo no lo habían hecho; dicen. Existe más gente que habita el mundo; como consecuencia existen más lugares donde estas personas construyen viviendas, caminos y áreas para la multitud de actividades de la que el hombre moderno se ha rodeado. Así pues también las plantas y los demás animales vivieron un periodo inusual, usando la palabra que pusieron de moda los incompetentes políticos.
Mi curiosidad permitió descubrir algunas cosas en cuanto al comportamiento de las plantas y los animales silvestres del área urbana. Aclaro que mi casa y negocios se encuentran fincados en el perímetro del centro de la ciudad y por suerte alejadas de los lugares que sufrieron problemas por la intensa lluvia aquí en la ciudad de Chilpancingo.
Pintura de Graham Gercken |
Así pues, regresando a la fauna y flora, resulta que ya teníamos al menos veinticinco años que no aparecía un alacrán en la construcción del negocio, pues ahora nos visitó uno, de los güeritos esos venenosos. Por la casa también teníamos mucho tiempo al menos unos diez años que las ratas no intentaban salir del drenaje; y mucho menos lograrlo, como ahora está sucediendo, tristemente lo hacen sin esperar ser destrozadas por el Milo, nuestro perro, ese Jack Russell Terrier que tiene una cara de inocente y simpático pero que es un temible sicario con las ratas. Eso con respecto a algunos elementos en la fauna. Por otro lado mi huerto que está cubierto de césped en las áreas donde no hay árboles, se vio invadido de infinidad de hierba nueva, alguna incluso que no había visto en tiempo, nacieron ceibas; una especie de árbol tropical.
leaving in the rain by Steve Hanks |
Dentro de la casa tuvimos durante unas semanas una fastidiosa plaga de cucarachas americanas pero ya desaparecieron, los gecos terminaron como la mayoría de los mexicanos; obesos de tanto comer de estos insectos. El limón volvió a sus viejos exitos en cuanto a la producción de limones y curiosamente el guayabo estuvo dando durante un buen tiempo guayabas sin gusanos a pesar de no haber sido fumigado para el efecto de no tenerlos. El Níspero se adelantó en la fructificación por lo que la lluvia le daño la mayoría de los fruto. El toronjo se fue de vicio y sigue dando toronjas al parecer todo el año, el naranjo por primera vez, después de mucho años, dió una magnífica cosecha. Nacieron unos papayos que nos han dado unas exquisitas papaya y en este preciso momento tienen la segunda carga con papayas mayores y probablemente en esta semana probemos si están igual de sabrosas que las de la primera ronda. El césped se llenó de trébol, esto es bueno ya que fertiliza el suelo con sus nódulos de nitrógeno, que siempre había pero ahora le ganó al césped; así es que se ve más trébol que césped. Entre ese trifolium se miran las hojas de yerbabuena que gracias a la cantidad de agua de las lluvias se extendió por todas partes expeliendo su delicioso aroma. Tuve que sacrificar algunas jacarandas que estaban creciendo bajo el granado y que desgraciadamente para ellas no existe el espacio necesario. En una grieta del concreto del garage nació un diente de león que no le envidia a ninguna otra flor por fina y preferida que sea, lleva medio año floreando y no puedo decir nada que no sea que es una hermosa planta. Leí por ahí en alguna ocasión que incluso es comestible y sabrosa. Uno de los ficus, durante aquellos temibles tres días de lluvias perdió, todas sus hojas así fue que lo podé y algunas de las ramas las enterré para ver si acodaban; bueno, al menos una ya es pequeño árbol, por su parte el que podé ya está completamente lleno de hojas nuevamente. Tenemos un chayote pero debido a las lluvias no pudimos cortar todos los frutos que estaban en su punto, lo que permitió caer a algunos, estos enraizaron, crecieron y ahora tengo toda una huerta de chayotes sobre los árboles, de los que ya he estado cosechando.
Pintura de Remy Daza Rojas |
Por ahora creo que eso es suficiente más no es todo lo nuevo que sucede producto de la abundante y beneficiosa lluvia que nos cubrió este año. Sólo quiero agregar que también me ahorró un preciado tiempo, ya que durante parte del año no he necesitado regar la huerta.
Foto de Denis Bodrov |
Probablemente, como antes, si en todos esos pueblos que sufrieron con las tormentas, la población con patios en sus casas hubieran tenido huerta en su casa, habrían tenido menos necesidad de pedir despensas.