lunes, 6 de septiembre de 2010

Ciencia por dinero.

Actualmente el científico dejó de ser aquel romántico sabio que se abandonaba a sus investigaciones sin importarle ni bienes materiales ni su salud aquel que todo lo hacia románticamente por el conocimiento. Ya no existen ésos; y si los hay, están perdidos en el anonimato. Cuando sus estudios o investigaciones no se dirigen hacia el aumento del capital de los grandes consorcios internacionales están condenados anticipadamente al descrédito. Así pues, esta situación, facilita a los dueños de los grandes capitales para manipular a los pobladores de este mermado mundo utilizando a la ciencia como vehículo de manipulación en su beneficio.
Ahora bien, el asunto que me llevó a escribir sobre esto fue la parte aquella de la manipulación. Comentaré como se mueven estos consorcios ayudados por los gobiernos de los países donde operan, que para el caso ambos son uno, dado que por observación analítica se puede deducir que los que gobiernan: o pertenecen al grupo de los del poder económico o trabajan para ellos.
Un caso que ilustra lo que digo es la relación automóvil-contaminación-cigarro-salud-ciencia.




Les iré soltando la sopa poco a poco. Para ver si logro que me entiendan, sobretodo aquellos a quienes los medio los tienen saturados con un montón de mentiras.
Así que iniciaré, primero con la siguiente pregunta: ¿Quién o a través de qué se contamina el aire que respiramos en una gran ciudad?, tienen diez, sí contestaron que el automóvil o los vehículos motorizados con ese gran invento que es el motor de gasolina. Ven aquí la primera relación automóvil - contaminación. Ahora díganme a quien le echan la culpa, los médicos, cuando un enfermo de las vías respiratorias cae en sus manos. Dirán que a la contaminación, cierto, pero cuando muere queda como estadística de que fue el cigarro quien lo mató; ya sea fumador activo o pasivo. Aquí está la relación cigarro - salud y además esta relación con la mencionada anteriormente automóvil - contaminación.
Se puede ir observando como las dos cosas que no parecían concatenadas están siéndolo: cigarro con automóvil. Casualmente en las décadas de los sesenta y setenta ambos artículos eran promocionados en la televisión de maneras similares, relacionándolos con el éxito. Pero resultaba más fácil ser fumador que automovilista, dificultad que con el pasar del tiempo se solvento gracias a los créditos, tornándose en posibilidad la de tener auto para un grupo mayor de individuos.
Hasta aquí no aparece claro aún el elemento manipulación por lo que iremos destapándola.
Cuando los autos comienzan a ser un mercado mayor considerando además que se fabrican en estados de primer mundo. Casualmente la fabricación de autos parece ser la etiqueta que indica quienes son del primer mundo, aunque no lo sea, ¿o lo es? Bueno pero sí estos países, principalmente los más poderosos y los otros anexándoseles, son quienes deciden donde y cuando se fabrican.
Ahora veremos que al aumentar el consumo de autos crece la contaminación, las deudas, el estrés y los infartos, también los problemas respiratorios, los cánceres de los habitantes donde circulan dichos vehículos; y, como consecuencia, los científicos. Ah y claro está los grandes pero muy grandes negocios, con un pero, que podría echarles a perder el negocio: la contaminación.
Que tendremos que hacer para quitar ese pero, preguntaría un gran y prominente hombre de negocios: fabricar un culpable respondería su asesor egresado de Harvard, Oxford o Yale.
Ahora para hacerla de emoción adivinen quien sería este hermoso y adecuado culpable, ¡claro! ¡el cigarro! Y ahora sí, aquí es donde entra la ciencia, sí mucha ciencia, para demostrar y desdemostrar lo que sea necesario para convertir, el aromático y agradable por cientos de años cigarro, en el enemigo número uno de la salud, claro está sin que desaparezca como negocio. Como el diablo de las religiones siempre presente y redundantemente satanizado para que esté ahí cuando haya que culpar a alguien convenientemente.
¿Que el cigarro mata? Claro, está comprobado “científicamente”, claro, está por los científicos que así lo dijeron porque les pagaron para eso, aquel que dijera lo contrario lo compaginarían ante una eminencia para callarlo y humillarlo. Todo perfecto en beneficio de la salud. ¿Será? Pues no, corregimos: todo perfecto a ciencia cierta pero en beneficio del establecimiento capitalista, quienes podrán hacer millones, culpando al cigarro de los males que el automóvil ocasiona con sus gases mortales y aprovechando las enfermedades para incrementar otro gran negocio que es el de la “medicina moderna”.
Los gases que emiten los autos son más malos y mayor el volumen que los del cigarro y además todos somos pasivos ante los humos del automóvil y activos enemigos de los del cigarro. Entre los gases que contiene el humo del automóvil está el venenoso monóxido de carbono que destruye las neuronas haciéndonos más brutos cada día y sin ser científico ustedes pueden demostrarlo con sólo ver a su alrededor sólo quedamos los mutantes adaptados o a lo mejor no y ya somos todos unos idiotas.

"Su ceguera es tal que el hombre se felicita de atentar en contra de su persona, de violar su naturaleza y de dar libre curso a sus impulsos más viles. Se crean industrias, se establecen negocios para sacar el máximo provecho de los vicios y de las inevitables degeneraciones que provocan. Se organiza la sórdida explotación de las debilidades humanas; una prensa venal prepara a los espíritus despertando la curiosidad por procedimientos carentes de escrúpulos; el silencio de los gobernantes, médicos, sociólogos y psicólogos se obtiene con dinero o apelando a falaces principios políticos o falsamente filosóficos."*

*Pierre P. Grassé

(el hombre ese dios en miniatura, pag.203;1985; ediciones orbis,s.a;isbn:84-7634-188-1)

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