domingo, 26 de septiembre de 2010

Transgénicos.


Nunca le paran, me imagino que como siempre les volverá a funcionar. Los científicos ¿?, con respecto a los transgénicos, ya iniciaron a promover todas las virtudes que tendrán. Como lo hicieron recientemente con las perforaciones de petróleo en aguas profundas. ¿Que sucedió en relación a esto último? Pues bien, mejor dicho: mal, ahora ya están diciendo todo lo milagroso que resultará la manipulación genética del maíz. ¡Sí como no!, ¿quien podrá creerles: que todo es para el beneficio de la humanidad? Probablemente los mismos ingenuos que siempre les han creído.


Yo se, que como siempre, lo único que realmente les importa: es seguir enriqueciéndose a costa del sufrimiento de todos los que terminarán siendo afectados con el resultado de sus descubrimientos, una vez que los apliquen a los productos que comercializaran en todo el mundo. Adueñándose hasta de nuestro ADN. El que luego tendremos que usarlo como mercancía pirata, porque será tan caro que no podremos pagarlo.


Nuestro dinero y nuestro trabajo ya no les satisfacen; ahora quieren hasta nuestra genética.


Ya no existen científicos, ahora son conocedores de la ciencia en beneficio de la comercialización del desastre.


¿Ustedes creen que habrá mejoras en la calidad humana con los transgénicos?; poco ha hecho la ciencia para mejorar la condición humana, quizás ahora nos muramos de diferentes maneras: si antes nos despedazaban los depredadores, ahora lo hacen los autos y aviones; Si antes nos moríamos de peste bubónica, ahora lo hacemos de fugas radioactivas. Nada mejora: si antes sufríamos hambre, ahora sufrimos obesidad; si antes no teníamos como endulzar nuestros alimentos, ahora no tenemos como eliminar la azúcar que nos sobra en la sangre. Vivimos más años, sí, ¿pero para qué? para terminar en la ruina económica, pagando hospitales o seguros médicos o impuestos; con los que supuestamente nuestros gobernantes dan atención médica a la población comprando vacunas de dudosa calidad, sufriendo vejaciones, en clínicas y hospitales, equivalentes a torturas medievales con sondas metidas por todos los huecos del cuerpo, hasta por los más íntimos, orificios.


Pues bien llegaron los transgénico y lo sé, aunque no lo quiera, para quedarse. Representan millones para quienes los comercializarán, y poder para el país que los controle. Se adueñaron, como una propiedad privada, de todo el genoma de la naturaleza, a partir del momento en que se inicie su comercio pagaremos por todo lo que usemos que tenga vida o provenga de algo que tenga vida; no dude que cuando su mujer se embarace aparezca una factura digital en su correo electrónico para que la pague con una transferencia electrónica a los dueños del genoma mexicano.


Consíganse otro turno de trabajo o métase al sector delictivo, tan de moda ahora, para que le alcance para estos nuevos gastos. Suerte, ahorita ya es inevitable la imposición, nadie tiene la fuerza sobre quienes lo impondrán para echarlos atrás y muchos de los que se verán afectados están deseosos ya de ver la novedad, no se dan cuenta que les partirá el genoma materno.

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