Pintura virtual a partir de fotos de Erwin Olaf y Caminantes del Maguey. |
En 1972 sucedió en Estados Unidos de América un hecho histórico de espionaje, Watergate, que terminó con la renuncia del presidente de ese país. Con tecnología que ahora es primitiva considerando los avances en la electrónica y la comunicación, el espionaje de entonces requería acciones para llevar estas despreciables prácticas que acumulaban varios delitos aparte del de espiar al prójimo. Por otro lado existía una sociedad más consciente de cuidar las formas legales y el respeto a la intimidad de los ciudadanos, de ahí que el presidente fue forzado a renunciar.
Ya pasó mucho tiempo desde el suceso aquel, ahora vivimos en una sociedad descarada con gobernantes cínicos, donde los valores quedan en duda, además de que se tiene tecnología sofisticada que permite espiar de manera más legal; sin quitarle lo despreciable que resulta que estén cuidando el comportamiento de los ciudadanos en todos los ámbitos de nuestro espacio vital.
Debe ser delito espiar, realmente no sé si está tipificado, antes era delito constitucional intervenir el correo que circulaba con estafeta; ahora han modificado y siguen modificando la constitución; por lo que cuando crees saber de tus garantías constitucionales ya estas hablando de historia.
El caso a que viene todo este asuntos, es el de que al presidente mexicano en turno lo estaban espiando los esbirros del gobernante del país vecino y se armó un escándalo internacional ya que al parecer también a presidentes de otros países, con más pudor, se los hicieron también; los últimos sí pusieron sendas demandas al voyeur del norte.
El de aquí pusilánime no hizo escándalo, simplemente chateo a escondidas con su homólogo de allá para que le diera unas palmaditas tranquilizantes y después todo bonito.
Por otro lado, el ex presidente de México Vicente Fox expresó, claro éste es un señor que nunca se ha medido para decir torpezas: ¿de qué se quejan?, si todos nos espiamos, seguro confesando que él lo hace o lo hizo, lo curioso es que lo dice como si esto de espiar fuera algo como hacer ejercicio para mantenerse en forma; o sea, necesario. El cinismo de las autoridades de las diferentes partes del mundo ahora es más obvia que nunca, nada pasará con este escándalo, que bien les sirve a los gobernantes de México como distracción para seguir modificando la constitución a modo de continuar robando lo que es de todos los mexicanos, a fin de cuentas no les importa ser vistos ni oídos; probablemente ni sentidos, a fin de todo siempre salen librados de sus raterías y violaciones a las leyes y reglamentos.
Un caso que lo demuestra hoy, son los destrozos que hizo el huracán Manuel en construcciones mal planeadas y edificadas en lugares no debidos, en donde los gobiernos anteriores violaron leyes y reglamentos pero de donde nadie saldrá culpado ni mucho menos obligado a pagar o devolver lo dañado por el abuso de autoridad. La prueba rotunda de este cinismo, es la reconstrucción en los mismos sitios donde la naturaleza les demostró no se debe construir.