miércoles, 23 de octubre de 2013

Segunda llamada.

Arreglo virtual a partir de una foto de SOLO GUERRERO.


Unos días después de la contingencia de Ingrid y Manuel, aquel huracán que en septiembre del 2013  desnudó las triquiñuelas de nuestros gobernantes algo por lo que en los últimos días se la han pasado cubriendo y buscando a quien, de los políticos anteriores muertos o enemigo, echarle la culpa, pasé caminando por el Río Huacapa y me paré para platicar con un conocido quien se había librado del desastre, junto con su negocio que está sobre la ribera; justo enfrente de este lugar, el río había arrasado las vialidades del bulevar y como doscientos metros de cimientos de la barda del campo militar. Platicando con el aludido, me dijo que estaba tranquilo porque sabía que este tipo de fenómenos sólo ocurrían cada veinte años, no queriendo asustarlo le dije que buscara cambiarse; diciendo él, inmediatamente, que no era necesario. Pues bien no han pasado los veinte años quizás lleva poco más de veinte días y está sucediendo nuevamente ahora tenemos a Raymond en la costa, probablemente la vuelva a librar; pero lo que sí es patente es que esto del clima tormentoso se va ir agudizando mientras no se disminuyan las emisiones de carbono a la atmósfera. Quienes se benefician con emitirlas hacen hasta lo imposible por mantener confundida a  la población con respecto a que es lo que produce los cambios climáticos para que no actué; de ahí, que no se tome conciencia de que uno individualmente puede ir haciendo algo; sencillamente, ese algo, es usar menos el automóvil y con usarlo menos se incluye no comprar nuevos.
La gente moderna al parecer se olvida que como individuos podemos participar en las grandes mejoras del entorno, se les ha dado por desatender estos y si acaso se limitan a reclamar a los gobernantes que hagan algo pero sin afectar su actividad rutinaria. Hacer cada uno lo poco que sea posible, va ser avance; además es mejor protesta que salir a bloquear una calle, que esto último también puede hacerse en los límites de la desatención al problema y cuando realmente dependa del gobernante.

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