Hace algunas semanas me obsequiaron un libro del autor Taylor Caldwell, reconozco que cuando vi el nombre del autor no lo reconocí, acudí a la wikipedia para saber más de él y resultó que no es un él sino una ella, y al leer sobre la misma descubrí que ya había oído algo de su manera de pensar, pero confieso que nunca había leído nada de la escritora. Al darme cuenta que esta escritora era de mediados del siglo pasado, acudí a la biblioteca de mi padre para ver si existía el libro o si había alguno más de ella.
Pues sí había uno y no era el del obsequio sino uno diferente; así fue que me puse a leer ambos, esta es una costumbre vieja que tengo; uno en mi negocio, otro en mi casa y además otros a medio leer en ambos lugares, así es que voy leyendo varios a la vez y resulta más interesante, no me pregunten, como le hago para no confundirme porque lo ignoro, dependiendo de mi estado de ánimo leo más de uno o de otro.
Aunque no comparto la manera de pensar que tenía la escritora, principalmente en cuanto al pensamiento religioso y su percepción de la sociedad; aunque no nos conocemos, para ella, de seguro yo sería psicópata por no profesar religión alguna. En relación a su percepción que tiene sobre dividir en clases a la raza humana, la cual es la misma que hacen muchos de aquellos que han hecho miserables a millones de humanos en el mundo utilizando esa percepción y su ambición de bienes materiales, diverjo bastante.
Confieso que su prosa es bastante agradable e interesante, algo repetitiva algunas veces, que incluso llegué a creer que yo había perdido la página, pero no, es redundante en ocasiones; tal vez para dejar bien sentado su idea sobre el punto que repite. Pero no dejan de ser muy acuciosos e interesantes sus relatos, los de ambos libros lo son: el que me regalaron: La Torre de Hierro, una novela histórica con mucha fundamentación de primera mano sobre la historia de Roma, principalmente de la vida y obra de Marco Tulio Cicerón. El otro libro, una tragedia ubicada en EUA en los años cuarenta relacionada con los psicópatas y las clases privilegiadas.
El último lo terminé primero porque requiere menos atención su lectura; además de que sólo son doscientas cuarenta y ocho páginas con letras más grandes que las del otro que también tiene mayor número de páginas ochocientas treinta y seis para ser exacto y como de ocho puntos de tamaño las letras. En este que dije al final la señora sí que lo mantiene a uno atento en la trama, la cual maneja majestuosamente insertando discursos originales de los personajes, adecuadamente, cuando van apareciendo en la novela. Ya me hice fan de cicerón con quién me identifico, a momentos, nada más de la manera en que lo describe la señora.
Desde luego hay que ubicarse en la época cuando suceden las cosas, hace algunas decenas de años antes de nuestra era. Entonces los esclavos eran algo como los animales domésticos y de ahí que a pesar de su apego a la justicia que tenía Cicerón, él era poseedor de esclavos y los trataba como si fueran caballos de trabajo aunque ya siendo él mayor, fue más condescendiente, no así la autora del libro.
Este libro que fue escrito hace más de cincuenta años y habla de una época que tiene más de dos mil años, nos muestra como en esto de gobernar y de los gobernantes, las cosas no son muy diferentes ahora, tal pareciera como que personas actuales leyeron el libro y se adaptaron al comportamiento criticable de los personajes poderosos del libro, ya sea porque se identificaron con ellos o porque quieren parecerse a esos individuos, deseando tener el poder y riqueza que nos describe interesante y majestuosamente Taylor. Bien se podría publicar un párrafo del libro en un diario actual con nombres de personas y lugares de ahora y pasaría como noticia cotidiana.
No se si ya se haga, pero bien deberían leerlo todos los abogados; y porqué no también toda persona que quiera entender las cuestiones del poder, las leyes y la justicia; del dominio y del sufrimiento de aquellos que desean que las cosas sean mejores para todos.
Recomendable es la conclusión, ambos libros pero sobretodo La Torre de Hierro.
Yo taché el último renglón del libro La torre de hierro, me parece que sobra.