Foto de Edgar P. Miller. |
Quizas, si usted nació antes de la guerra emprendida en contra del huevo, sepa qué es; y conozca en bulto un cascarón, esa cubierta calcárea que tiene uno de los mejores alimentos naturales que existen pero que lo arrinconaron al nivel de un tóxico por cuestiones económicas, ya saben ustedes así son los cerdos que manejan la economía de los poderosos. Pero esa carcasa también es protección para el embrión de una ave o de un reptil cuando el huevo resulta fertilizado.
Pues bien utilizo el nombre de esa cubierta como tema de introducción a este escrito porque hace algunos días que caminaba, como lo hago casi todos los días; de mi casa al trabajo, me di cuenta que algunos individuos, muchos diría mejor, se mueven lentamente en posición fetal dentro de un cascarón. Lo que me generó sospecha, ya que recordé aquel mito de los reptilianos, una teoría sobre invasión de extraterrestres, que a mi en lo personal me parece una jalada, pero ahora como suceden las cosas nada se puede descartar en relación a lo que pasa. La realidad está superando a la ficción.
Han de saber; desde luego que sí, porque tengo a un grupo distinguido de lectores, que las aves y los reptiles son quienes avientan a sus embriones, a la intemperie sobre sus nidos, envueltos en cascarones, algunos suaves y otros rígidos, ambos muy resistentes a las adversidades. Así que al ver a esos humanos en sus cascarones similares, de otro material igual de resistente, me dije: ¡reptilianos!. Y ya son muchos.
Acaso no cada día que pasa, los políticos son unas víboras, acaso no cada día que pasa los burócratas son más huevones y aquellos que protestan cada día tienen más huevos y quienes no lo hacen dan hueva. Que acaso no a un presidente se le gritó desairádamente que era unas chachalaca. Que no los que gobiernan tiene una concha como la de las tortugas y la saliva tan venenosa como los dragones de Komodo.
¿Estamos invadidos por reptilianos? Incluso sospecho que ya estamos también hibridizándonos o siendo contaminados, como pasa con las semillas de Monsanto. Ya sospecho que yo tengo algo de reptiliano; o sino de donde salieron los huevos para estar diciendo esto. O la hueva que me da cuando escucho a los de Chilpancingo defenderse de la argumentación contundente que la acusan de ser una de las peores ciudades para vivir.
BRAVO..!!! Continúa como vas y tendrás pocos pero sinceros amigos...como un servidor.. La carrera está empezando dentro de la oscura Caverna con Obstáculos y sin mapa.. y descalzos OK?
ResponderEliminarRecibo tu mano franca, como la de amigo sincero, que me advierte sin remedio, que caeré a la barranca. :)
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