Foto de Edgar P. Miller. |
Considero que estamos, en cuanto a la difusión del conocimiento, en una nueva ilustración.
Podemos regresar a la Edad Media para darnos cuenta que entonces todo lo relacionado con el conocimiento lo manejaba la Iglesia Católica, al menos en Europa que es de donde se deriva nuestra cultura. Con el invento de la imprenta de Gutemberg lo mencionado empezó a cambiar, ya que podían circular subterráneamente algunos libros con conocimientos prohibidos por la iglesia, pero aún con una gran resistencia de la iglesia lo que hacía que pocos quisieran arriesgarse a tenerlos, ya después a finales del siglo XVII se hizo más intensa la divulgación del conocimiento y las ideas, también se extendió al mundo que había sido descubierto por los europeos. Los franceses a través de los enciclopedistas recopilaròn y divulgaron el conocimiento acumulado hasta entonces o al menos el que ellos tenían.
En el siglo XIX apareció el radio y en el XX la televisión, junto al desarrollo de ellos se seguía imprimiendo libros; ahora de manera más rápida y económica, también la fotografía y el cine prosperaron. Ya en el siglo veinte se dieron cuenta, aquellos que controlaban el capital, que el conocimiento y la información daba poder; así que acapararon los medios y sólo quienes ellos querían podían utilizarlos para expresarse o tener conocimiento, más allá de los que ellos permitían era complicado distribuirlo sin su ayuda. Grandes empresas, como antes la iglesia, controlaban el cine, la grabaciones, el radio y televisión; el gobierno se aliaba a ellos solapando para mantener controlada la población y someterla a sus designios, incluso las salas de cine estaban controladas así como la distribución de materiales impresos, filmados y grabados.
Su ambición llevó sin quererlo, a toda la tecnología que permitió en un principio controlar la información; o sea, el surgimiento de las computadoras: capaces de hacer operaciones rápidamente y resolver complejos problemas a través de algoritmos, además de ordenar y presentar la información de manera rápida y precisa, a que de pronto los costos de fabricación disminuyeran, a parte de que se pudieran conectar con las líneas de comunicación del teléfono; que estaban abiertas a la población para esquilmarles el dinero rentando el servicio.
Este abaratamiento de la tecnología hizo que se abrieran las herramientas al público en general. Computadoras baratas y conección entre ellas; programas más amables y económicos. Ahí fue donde multitud de entusiastas e ingeniosos personajes se dieron a la tarea de abrir los medios para el conocimiento total a la población en general. Algo que sucedió tan rápido que por la misma ambición de quienes tenían el control de los medios no lograron evitar el compartimiento del conocimiento ya sea que iniciara como chisme o que fluía como agua derramada por todas partes entrando en mentes brillantes, incluso también apareció una enciclopedia virtual: la Wikipedia, libre y a disposición de todos para consultar información o agregar más, fluyendo el conocimiento hacia todos los rincones; hasta los documentos clasificado como secreto de estado.
Ahora los mismos ambiciosos y sus títeres dentro del gobierno buscan otras argucias para regresarnos al oscurantismo. ¡Debemos evitarlo!, siendo cuidadosos y reclamar ante cualquier intromisión al respecto, no importando lo pequeño y vago que sea, nada se debe permitir que limite compartir el conocimiento.
Sí se sigue compartiendo libremente el saber, a pesar de lo mal que se miran las cosas en todos los renglones de la sociedad y de su hábitat, pueden surgir cosas mejores para la sociedad.
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