viernes, 24 de marzo de 2017

Los últimos días de mis días.

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Foto de Edgar P. Miller



Me levanté temprano, por ahí de las siete de la mañana. Después de regar las plantas me fui a caminar con el perro, aproveché para ver si ya habían madurado los frutos del árbol del estacionamiento; un amole Sapindus saponaria; falso cacahuananche Licania arborea, así le dicen aquí a este árbol porque tiene propiedades parecidas. Regresé a la casa y fui al banco, después almorcé y me moví al negocio. Pues bien esto es básicamente la rutina; la vida es eso, una rutina con esporádicas chispas caóticas que nos ocasiona tristeza o felicidad.


La búsqueda de distracción es algo que a mi se me da con frecuencia, desde niño soy hiperactivo, no puedo estar quieto, sentado ni de ninguna otra manera salvo cuando duermo.

Nací en Chilpancingo y me siento a gusto aquí, aunque ahora es estresante por los acontecimientos criminales que suceden. Las carencias de servicios siempre han sido el estigma del lugar y considero que continuarán hasta la desaparición del mismo. No se me dificulta formar grupos de amigos o agregarme a uno ya hecho. Así que siempre tengo con quien reunirme y discutir lo discutible que es una actividad que me gusta. Además la facilidad que da la tecnología con la red, me permite hacerlo con hermosas personas de todo el mundo. 

Creo que la riqueza nunca me atrajo, tal vez tener dinero suficiente en algunos momentos fue algo que busqué pero realmente no me enfoqué apasionadamente en eso, más bien lo que siempre quise fue tener una familia tradicional y disfrutarla, así también a las personas a mi alrededor, conocer y saber lo más que pudiera de todo, porque eso creo que es lo mejor de la vida, claro que se necesitan recursos para lograrlo. Pues, pierdo algo de tiempo para conseguirlo.

Reconocer las habilidades de los que te rodean, comentar los problemas y posibles soluciones, hacen de la vida algo motivante, saber que te aprecian y te soportan es gratificante. 

Desde niño me consideraron gruñón incluso cuando fui escolar y me mudé a la colonia, donde vivo ahora, me decían Elmer Gruñón como al personaje de Chuck Jones. Pero aunque me molestaba de muchas cosas, con facilidad igualmente pasaba a la felicidad con otras.

No me gusta tener enemigos así que siempre trato de comprender a las personas a mi alrededor e intento no pelear con ellas, siempre trato de reconciliarme con quien se molesta conmigo. Soy muy apegado al respeto por la libertad de todos y sobretodo a la justicia. Esto último hace que algunos me miren como busca bullas, pero pedir lo justo para todos no creo que debiera ser motivo de pleito, aunque en ocasiones sucede. Sobretodo cuando al denunciar algo que se hace en perjuicio de otros se confunda con una agresión a quien saca provecho de ello.

Definitivamente el mundo actual no es ni siquiera un remedo de lo que fue cuando yo era un muchacho guapo y joven, enamorado de una hermosa chica. Pero eso de estar enamorado se me quedó tatuado para siempre y miro a mi chica como cuando la vi enamorado la primera vez. Por cierto ella es la que sí me hace enojar de verdad, pero se lo aguanto porque la amo.

A mis sesenta y siete años y en las condiciones en que se mira el mundo, porque ahora tenemos esa oportunidad de saber que sucede en todas partes, parecería que para vivir depende más de lo que sucede alrededor, que cuanto se vivirá de acuerdo a la genética que tenemos.

Al parecer cualquier cosa o cualquier malvado puede acabar con tu vida, de ahí el título de la nota. Llegó el momento en que nada de lo que comes es seguro y todas tus actividades son una amenaza. Cada pieza de tu cuerpo se ve afectada por algo de lo que haces y si nada haces el sedentarismo te truena. Ya siento síntomas del síndrome del túnel carpiano, no se sí porque uso el mouse o porque estoy influenciado por la información que lo dice. Así pues se necesita un compendio de instrucciones para la vida moderna más amplio que la Biblia; o seguir la Biblia ignorando la realidad.

Desde que sale uno de la casa hasta que regresas nos la pasamos jugando diferentes fantasías en cuanto a que nos puede suceder, un atropellamiento, un levantón, una intoxicación por contaminantes o ser un caso más de los daños colaterales.

Pero igual sentado en casa, uno inicia con pensamientos terribles debido a los datos que de una u otra manera nos llegan, así pues que si tienes una bola o mancha en alguna parte del cuerpo que te mueres de cáncer, igual sí orinar se dificulta o el orín cambia de color, que el reflujo terminará matándote. Pero pasan los años y ni las molestias ni la vida se van, aquí seguimos campechaneando los malos pensamientos con los placeres del buen vivir.

Pero quieres ya comer, porque la preocupación te dio hambre; y entonces temes de la carne, porque dizque el colesterol y de las verduras que por el agua sucia con que la riegan y los plaguicidas que usan o que son transgénicas.

Así pues que para estar sano haces ejercicio, pero igual sucede con las fantasías, ya que cada día sale un mal para aquellos que ejercitan como la novedad de ahora que es la rabdomiolisis. Si les interesa más sobre el mal les dejo una liga al final.












martes, 21 de marzo de 2017

La revista a.




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Derechos Propiedad de Revista a.
El año pasado David Martínez Téllez  me pidió permiso para publicar un escrito mío en la “Revista a” que dirige, aunque estamos en una época donde los medios escritos como el periódico y revistas tienden a desaparecer, David no pierde el entusiasmo y se mueve en ese sector. Probablemente después se mude a la red.
Pues bien, ya me publica tres, y aunque desde la primera me pidió mi opinión, realmente no me había propuesto dedicar un tiempo a “despedazar” la publicación.
Debe ser una publicación de bajo presupuesto, así que poco se puede exigir cuando quien publica se enfrenta a esa lacra. Cualquier emprendedor sabe o debe saber que sin capital el camino al éxito es miserable, prolongado y con un gran porcentaje de posibilidades de fracaso, es un principio de administración, capital y recursos humanos es lo más importante para cualquier empresa.
No puedo decir que lo mejor de su revista han sido mis aportaciones, porque me vería muy soberbio; además que mentiría, por eso hablaré de algunas notas que salieron en el último número que recibí. Ésta tiene al menos dos artículos interesante: un pequeño cuento que lo mantiene uno hasta el final en la lectura  y una denuncia a la que me agrego. No me gustan los paleros así que los artículos que huelen a eso dejo de leerlos, pero sé que debe haber contrapeso ideológico para aumentar el número de lectores.
Interesante el caricaturista, pero la manera de incluir los monos confunde la lectura, quizás después de un tiempo de acostumbrarse a la innovación sea menos molesto. Prefiero una sección de monos separada, o la contraportada para ellos, claro esa también las prefieren los patrocinadores.
Un índice de artículos al inicio es bueno, me gusta, y desde luego una nota del editor nunca sobra. La portada principal siempre es la ventana al éxito; sobretodo cuando una revista está en el estanquillo, si no tiene un gráfico atractivo puede pasar desapercibida. La portada con letras puede darle un cariz de seriedad pero no es tan comercial como puede ser otro gráfico motivador, una foto que indique el tema del mes podría ser, que por cierto es bueno tener un tema. De ahí la sugerencia de la nota del editor.

Pero admiro al director por su entusiasmo y a todos los que escriben por animarse hacerlo.

sábado, 11 de marzo de 2017

¿Qué paguen?

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Foto de Edgar P. Miller


Por todo el mundo se instalan plantas para procesar, construir, tratar o explotar algo de la naturaleza. Las empresas multinacionales no tienen nación, ellas van por las utilidades y en donde sean mayores ahí se plantan.
En todas partes también existen personas, espero que sea así, preocupadas por los daños al medio ambiente que esa actitud genera, pero hábilmente los empresarios corrompen a los gobernantes para que lo permitan y además para que confundan a la población haciéndola creer que todo lo que ellas hacen es en beneficio de las masas.
El otro día miré un cartel de uno de tantos políticos electoreros, que ahora abundan, y que igual serían las cosas si no existieran, quizás mejores porque no tendríamos que mantenerlos, en la cual había una leyenda, que decía como proponiendo él una inteligente idea: “si las empresas contaminan, que paguen los daños*”.
Primero me causó gracia por la inocencia de la propuesta, después molestia al pensar mal (piensa mal  y acertarás) de que es un movimiento manipulador.
Me pregunto ¿Cuanto cuesta el hábitat de una especie? ¿Cuanto la especie que se extermina? Considero que quien propone eso debe tener un gran espacio en el cráneo dispuesto a ser contaminado y después recibir el pago.
Hace 33 años ocurrió un incidente en un pequeño poblado de la india propiciado dentro de una instalación de la empresa Union Carbide. Donde murieron 20000 personas. Pregunto: ¿cuánto cuestan esas personas dentro de la mente de este político minusválido; o en la mente de esos empresarios sin escrúpulos que sólo buscan utilidades?.
Cada día que pasa me doy cuenta de la poca memoria histórica de nuestros políticos y más cuenta de lo inescrupulosamente que se comportan.
El suceso mencionado es sólo un pelo de la greña de desastres que ocasionan estas empresas voraces.
Los argumentos que dicen que son quienes hacen lo que necesitamos, es sólo parte de la verdad, la mayoría de cosas que se fabrican son basura para esquilmar ingenuos, facilitar la flojera y tener un número mayor de población idiota. Lo que realmente necesitamos no requiere destruir el mundo.


Jorge Rosas del Verde Ecologista.

martes, 7 de marzo de 2017

Antes y después. (Segunda parte).




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Chilpancingo asentado en una cuenca tectónica, permite el privilegio a sus habitantes de tener una vista maravillosa alrededor de la rosa de los vientos.
Yo, en lo particular prefiero el paisaje del poniente como se contempla desde donde acostumbro estar, que el de cualquiera de los otros sentidos. La foto al inicio es la vista que menciono captada a las 10 AM del mes de  marzo del 2017.

Aunque todas son impactantes y bellas, ésta siempre me ha parecido que tiene un dejo de misterio. Que invita a subir para indagar que son esos misterios que suceden por los desniveles de esos lugares misteriosos.
Hace aproximadamente treinta y cinco  años tomé la siguiente foto mirando al sur.
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La majestuosidad del culebreado seduce, atrae, ¿que puede contarnos de lo que sucede detrás y sobre de él? ahora he tenido el privilegio de hurgar apenas unos insignificantes espacios pero inmensamente ricos en maravillas.
La misma mirada ahora en estos días:
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Ahí sigue el culebreado imponente, mientras los campos de cultivo ya fueron arrasados por la chusma, matando la gallina de los huevos de oro, ¿alguien acaba de decir eso? , pues sí, traer alimentos de otros lugares puede ser errático, peligroso, inseguro y sobretodo empobrecedor.

También hice entonces hace treinta y cinco años una toma al oriente:

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Al fondo luce el Machohua imponente y el verdor de la pequeña capital que entonces era evidente.

Hoy hice otra toma; más bien, quise decir: intenté.
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¡Ups! al parecer sólo a mí me interesan los paisajes de Chilpancingo, bueno al menos en el reflejo de los ventanales podemos admirar parte del culebreado, el Machohua ya no lo miro, ni podré de aquí ni con visión X. Los árboles de antes, ahora son metales, concreto y vidrio, llenos de carne insensible a los paisajes naturales.

Todas las fotos propiedad de Edgar P. Miller

viernes, 3 de marzo de 2017

La calle es de todos.


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Todas las fotos de Edgar P. Miller
Aquí al menos la mercancía le da belleza a la banqueta.


Un día hace ya bastante tiempo al querer salir por la cochera de la casa me encontré un auto estacionado, estaba ahí el propietario y le pedí de favor que lo moviera para poder salir, sin inmutarse me dijo que la calle era de todos y que el estaba estacionado, que se quitaría hasta que llegara a quien estaba esperando. Así que no salí con el auto. Exactamente, la calle pertenece a todos para el exclusivo uso de circular en ellas.


El otro día en uno de los muros de quejas del Facebook me tocó mirar un comentario de alguien que se molestaba de los motociclistas, y sugirió que las vías rápidas de la ciudad pueblo fueran de uso exclusivo de los automóviles. De ahí que me quedé pensando y llegué a la conclusión que, idealmente desde luego, sería muy bueno que eso sucediera, pero desde luego que también tendría que haber una vía exclusiva para peatones, otra para motocicletas, otra para bicicletas, y así también para sillas de ruedas, carros de frutas, de paletas, etc.  Probablemente la ciudad sería una de puras vías exclusivas de circulación sin casas ni otro tipo de construcciones.
Los que manejan automóviles tal vez consideran que sus derechos van sobre los de aquellos que no andan en auto. Al igual que otros que consideran que los de ellos son patente para hacer de las vías de circulación lo que les plazca.
Circular por las vías públicas es derecho de todos.
Las calles y las banquetas tienen una razón de ser, son vías de comunicación que deben estar libres de obstáculos que no correspondan a mejorar el tránsito en ellas. Las mismas se hicieron para circular ahí, aunque la costumbre y la falta de una autoridad atenta permite el uso de las mismas para estacionar y poner cosas ajenas a su función, no queda definido con eso que así deba de ser.
Sería una verdadera pesadilla imaginar que basándose en ese dicho “que la calle es de todos” cada quien la usara para lo que su regalada gana quisiera, como lo dijo el señor que la quiere para su auto y él en exclusivo.
Y no es nada más ese señor quien piensa que las vías de circulación son para uso propio y diferente del de circular, les pondré algunas fotos nada más de muestra. Que conste sólo fueron unas cuadras alrededor de mi casa.


Los primeros aquellos que consideran que son para acopiar materiales de construcción.



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Escombro en la banqueta
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Escombro y tabiques en la acera



La ambulancia de la foto por un pelo y me atropella, por no ir yo en la banqueta.
 
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Materiales y equipo en la banqueta y calle.


Los que asumen que las arterias son extensión de sus negocios.



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El vendedor en la calle, la gente amontonada en la entrada impidiendo el paso.
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Un anuncio, y sus material para apartar lugar.Aquellos que las toman como parte de su hogar.
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La escalera.
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El escalón y el material.
















A las autoridades se les a olvidado que los accesos a la plaza eso es lo que son; y no plaza de mercado o estacionamiento.



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El acceso a la plaza como estacionamiento.
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El acceso a la plaza como estacionamiento.


El automovilista que considera todos los espacios propios para su auto.
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No les importa otra cosa más que ellos.

La ley.

Artículo 11. Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes. El ejercicio de este derecho estará subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de responsabilidad criminal o civil, y a las de la autoridad administrativa, por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general de la República, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el país. En caso de persecución, por motivos de orden político, toda persona tiene derecho de solicitar asilo; por causas de carácter humanitario se recibirá refugio. La ley regulará sus procedencias y excepciones.