martes, 20 de abril de 2021

La mano.

 


Estaba profundamente dormido cuando sentí que alguien me tocaba la cabeza. No le di importancia debido a que era demasiado temprano para levantarse; así que me volví a dormir, no se que tanto tiempo pasó, ahora, sentí un golpe duro en mi brazo, inmediatamente volteé y noté que quien me golpeo había sido mi propia mano derecha. Empuñada mostraba sus nudillos hacia mí.

 —Qué pasa. — Dije

Increíble pero cierto la mano me contestó diciéndome que ya no aguantaba las crudas.

Desconcertado, pregunté. — ¿Cuáles crudas?

—La de todos los días, no te hagas tonto, nos untas de alcohol a cada rato y al fina del día ya traemos un peda de pronóstico. — Me contestó.

—Es por el COVID. — Le dije

—El problema es que el alcohol ya me gustó, creo que soy alcohólico y no quiero serlo; así que, vamos alcohólicos anónimos. — Dijo la mano con una expresión convencida.

—¿Como le hago? no puedo cortarme las manos— Me lamenté

—Pues vamos todos.

…AA está en cuarentena.

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