jueves, 3 de noviembre de 2022

Algo sobre Tacones al Vuelo.


Tenía mensaje en el inbox (messenger) de Florencio Salazar; siempre es grato recibir mensajes de los amigos de la infancia y adolescencia. Era una invitación para la presentación del libro: Tacones Abiertos de Mónica Soto Icaza. Era para el sábado a una hora adecuada, además se haría en la Arcadia; un lugar nuevo que Florencio inauguró este año con la intención de fomentar la cultura en un lugar donde prefieren todo lo contrario: el consumo desmedido. Suerte.

Me acompaño Elsa; y fuimos al Arcadia, que está a un costado de la capilla de San Francisco, en una plaza arbolada el lugar de mis juegos de infancia con Gustavo, el hermano de Florencio.

Llegamos al estilo chilpancinguense, 30 minutos después de la hora indicada. Para mi sorpresa ya casi lleno el lugar y a unos cinco minutos del inicio. Nos sentamos en la parte trasera junto al enfriador del aire que me obligó inmediatamente a ponerme mi chamarra.

El lleno, tal vez porque querían ver a la osada dama que escribió un libro erótico. Tal vez, muchos de los asistentes, tan solo le den una hojeada si se lo regalan o ni lo lean otros si existe la necesidad de comprarlo por quedar bien con el incitador. ¡Hay que pagar los favores!.

Florencio y la linda escritora Mónica llegaron después, junto con la moderadora y presentadoras del libro; como si nos estuvieran esperando a Elsa y a mi. La autora al llegar vestida de rojo muestra claramente que tiene la intención de ser el punto de atención de la fiesta; o tal vez, siguiendo el erotismo, se guió por aquel famoso piropo que dice: a la de rojo me la como. Cojo, pues, dijo ella que hay que llamar por su nombre a estas cosas y dejar los rodeos.


El estrado se compuso con cuatro damas: la autora desde luego, la moderadora y las dos presentadoras, dieron los nombres pero de tal manera que pareciera no querían que nos enteráramos de ellos, no dieron programa así que ni para leerlos; salvo el de la autora, porque compré el libro al entrar y el de Elia x del Moral porque lo repitieron varias veces.


Todas ellas se declararon feminista; y como no habría de se si está de moda y son mujeres. Ya leyendo el libro, uno se da cuenta que a la autora le gustan cosas que a muchas feministas les parecen acosos; bien así las damas, solo ellas se entiende. Yo por mi parte entiendo el feminismo como una lucha por la libertad y la igualdad.

Hasta aquí la mejor parte de la presentación. Después algunas lecturas del libro, por cierto algo de lo que yo le quitaría para que se leyera como libro y no como muro del facebook; donde se pasa de una cosa a otra sin orden.

El discurso de la escritora, habló largo y parada, je, je... más que hablar del libro habló de ella, queriendo darse a conocer como ella quiere ser conocida. Que no está mal; sirve, al leer el libro, así está presente la escritora y como que te platica con ella los cuentos.

En las preguntas y respuestas llovieron los halagos al dueño de la casa y a la autora, haciendo preguntas sin sustancia, preguntas que hicieran crecer el momento.

Yo anoté una pregunta, pero cuando quise alzar la mano ya había tres antes que yo y al ver lo que se tardaban preguntando me dije saldremos a media noche a la calle con un libro erótico bajo un brazo y una dama del otro, y tal vez congelado por el aire acondicionado. A parte, mi pregunta se quedó fuera del contexto de al que fue llevada la presentación, no tenía alabanza a ninguno; era para fortalecer un comentario de ella.

Mi pregunta: dijiste que no querías pasar de lo erótico a lo pornográfico al escribir(miedo a la libertad de escribir). ¿cuál es la frontera? Luego complemento : de joven leí Fany Hill de John Cleland y Grushenska Anónimo, entonces ambos libros eran considerados pornográficos al igual que lo que escribía Henrry Miller; leí, ya teniendo más de 50 años a Miller y repetí los mencionados y no me parecen pornográficos sino que narraciones perfectas de lo que quieren trasmitir. Los de Miller ahora se recomiendan como de lectura obligada a estudiantes; al igual que el Ulises de James Joyce que igual fue prohibido. Hay queda la pregunta.


Terminé de leer el libro y me parce bueno quitándose los insertos que no son cuentos, ese material bien pudo agregarse subjetivamente en las interesantes historias, algo pequeñas para mi gusto. Hubo un inserto (Lista de mis primeros encuentros con el sexo) interesante que para mi gusto pudieron convertirse en muy pequeños cuentos, al estilo de aquel guion: Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo, pero temía preguntar; de Woody Allen, leyéndose mejor así.

Los cuentos están bien escritos pero cortos no queriendo ser demasiado explicita al parecer teme a la libertad del escritor(¿feminista?). Dije que quitar los agregados y dejar el libro como uno de historias o cuentos, no encajan en un libro como este, pero tal vez intente innovar habrá quien le guste. Pienso que ese material es digno de un libro diferente una tal vez de consejos, sugerencias o puntadas.

Léanlo, vale la pena.

Gracias por la invitación Florencio.


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