sábado, 13 de septiembre de 2025

Impunidad a quien no paga impuestos.

 


En 1975 me casé —una ceremonia sencilla pero con suficiente pompa para que los parientes chismosos la recordaran— y ese mismo año entré a la SSA en la Ciudad de México. Fue amor a primera nómina: en cuanto vi mi primer pago, ya venía con su correspondiente mordida oficial, el ISR, que con toda solemnidad me arrancaron como si yo fuese un cítrico exprimible.

En 1981 regresé a Chilpancingo y compré el negocio de mi madre, “El Rancho”, y, como buen hijo de la patria, pagué los impuestos correspondientes. Desde entonces hasta el glorioso 2025 —cuarenta y cuatro años, nada menos— he cumplido religiosamente con el ISR, el IA, y todo lo que se inventen con siglas en mayúsculas. También el IVA y el IEPS, que, como todos saben, son impuestos que uno entera pero que el gobierno obliga a pagar a los clientes. Además de la lotería de licencias, permisos y multas fantasma que brotan como hongos cada vez que uno se niega a engrasar la mano sudorosa del burócrata de turno.

La electricidad, por cierto, también trae su dosis de IVA, porque vivir sin luz en estos tiempos es como intentar leer con los ojos cerrados.

En una ocasión me animé a escribirle a Pedro Aspe Armella, en un arrebato de ciudadano ingenuo. Nunca respondió, claro. En este país las cartas al poder se pierden en un agujero negro que huele a café rancio y tinta de mimeógrafo. Mientras tanto, nos infraccionaban con plena conciencia de que uno no puede costear un abogado decente, y que, de poderlo, la defensa sería más cara que la multa.

El colmo llegó cuando los del SAT aparecieron como si fueran alguaciles de opereta, para embargarme por una supuesta deuda de 200 miserables pesos. Todo gracias a un olvido del contador y a la inmaculada costumbre del SAT de notificar como quien susurra en sueños.

Pero la joya de la corona fue aquella infracción indecente que cité en mi carta a Aspe: un embrollo de ISR contra IA, que la propia ley aclaraba con sencillez infantil. Yo pagué más ISR del necesario y, como hombre responsable, lo compensé en la siguiente declaración. ISR por ISR, simple aritmética. Pero los sabios de la burocracia decidieron que lo mío era IA a ISR, y con esa alquimia digna de un charlatán medieval me aplicaron un 150% de multa. Y para mayor escarnio, me lo notificaron un año después, con la esperanza de que ya no guardara papeles. Error de cálculo: sí los guardaba. Aun así, tuve que pagar, porque cada día la deuda crecía como monstruo mitológico y la amenaza de cárcel colgaba sobre mí.

El resultado: un pago de 2,438,605 pesos, equivalente a unos 55 mil de los de ahora. Y todo lo que pagué de más, se lo embolsaron con el cinismo de quien se limpia la boca después de robarle a un huérfano.

Cuento esto porque, mientras tanto, ese señor Salinas se carcajea del gobierno actual sin pagar un solo impuesto, y nadie lo toca ni con el pétalo de una investigación. Es como si nos dijeran: “Queridos contribuyentes, imítenlo, dejen de pagar, que aquí la risa es gratis y el cinismo es patrimonio nacional.”

lunes, 8 de septiembre de 2025

Conflicto de intereses.

 


 

Mapa de actores e intereses en el caso Google – Israel – Palestina

1. Google (corporación)

  • Interés principal: ganancias, expansión de su nube (Google Cloud).

  • Acción: firma el contrato Project Nimbus con Israel y acepta campañas publicitarias pagadas.

  • Efecto: beneficia al gobierno israelí y genera críticas éticas.


2. Gobierno de Israel

  • Interés principal: fortalecer su infraestructura digital y su imagen internacional.

  • Acción: compra servicios en la nube y publicidad en Google.

  • Efecto: obtiene herramientas tecnológicas avanzadas y un canal para moldear la narrativa pública.


3. Empleados de Google

  • Interés principal: coherencia ética, evitar complicidad en violaciones a derechos humanos.

  • Acción: protestan, forman movimientos como No Tech for Apartheid, algunos son despedidos.

  • Efecto: visibilizan el problema, pero no logran cambiar la decisión corporativa.


4. Usuarios palestinos

  • Interés principal: acceso libre y justo a plataformas digitales, monetización, visibilidad de sus voces.

  • Acción: crean contenido, denuncian sesgo y censura.

  • Efecto: enfrentan restricciones, shadowbanning y exclusión de programas de monetización.


5. Opinión pública internacional

  • Interés principal: transparencia, derechos humanos, equilibrio en el acceso digital.

  • Acción: difunde reportes, organiza boicots, apoya protestas.

  • Efecto: aumenta la presión social sobre Google y otras big tech.


📌 Conclusión del mapa:

  • Google dice que “solo hace negocios”, pero esos negocios terminan alineándola de facto con Israel.

  • Los empleados y usuarios palestinos quedan en desventaja, y la opinión pública se divide entre la visión empresarial (“es solo un contrato”) y la visión ética (“es complicidad”)

sábado, 9 de agosto de 2025

El salvador.

 

 


Compañeros y compañeras:

La mecánica para imponer un dictador —¡y que nadie se confunda!— no viene del cielo, no viene por obra de Dios, aunque algunos quieran creerlo así, como si fuera una profecía. ¡No! Esos dictadores no los nombra la voluntad divina; los nombra, los fabrica, los financia la oligarquía mundial, las grandes corporaciones, esas que se llevan la parte más grande, la tajada más jugosa, de los recursos de nuestros pueblos.

¡Así fue en América Latina, así fue en África, así fue en Asia! Lo hemos visto con Batista en Cuba, lo vimos con Somoza en Nicaragua, con Pinochet en Chile, con tantos otros peones del imperialismo.

¿Y qué hacen antes, compañeros? Crean un clima de miedo, un ambiente de crímenes atroces, de violencia inhumana; someten a la población con lo que ellos llaman “delincuencia organizada”, pero que no son otra cosa que ejércitos mercenarios, ejércitos de uniforme o sin uniforme, entrenados y armados por los mismos que controlan las bolsas de valores y los bancos internacionales.

Después, cuando el pueblo ya está agotado, atemorizado, cuando parece que no hay salida… colocan a un títere. Un presidente de cartón, que se populariza encarcelando a miles, que usa ese respaldo para cambiar las leyes, perpetuarse en el poder y entregar, en bandeja de plata, todos los beneficios a sus verdaderos patrones.

Y así, compañeros, es como países enteros —y aquí digo El Salvador, pero podrían ser muchos más— caen bajo esa maquinaria. Y luego, con cinismo, nos lo venden como un ejemplo, como un modelo, como si fuera algo bello, como si fuera un milagro de orden y progreso.

Pero la verdad, compañeros, la verdad que aprendimos en la Sierra Maestra, la verdad que nos enseñó la historia de nuestros pueblos, es que ningún dictador, ningún títere del imperialismo, trabaja para el pueblo. ¡Trabaja para el dinero, para el poder extranjero!

sábado, 28 de junio de 2025

Libertario.

 

 

 

Hasta el día de hoy me he mantenido al margen, observando con atención, pero sin adhesión a quienes detentan el poder. La llegada de un político de verbo encendido y de actitudes que contrastaban con los regímenes anteriores despertó en mí una tenue esperanza: ¿sería, acaso, el fin del despojo neoliberal que nos arrastra al suicidio colectivo como pueblo? Esa posibilidad me brindaba un respiro.

Andrés Manuel López Obrador, es cierto, trastocó las formas y alteró estructuras viejas; sin embargo, dejó intactos a quienes siguen desgarrando la tierra, profanando montes y ríos, empobreciendo la vida.

Hoy asoma una mujer al timón de la nación. Es un hecho sin precedente: el pensamiento femenino, distinto en su entraña al masculino, abre la posibilidad de nuevos senderos. La mujer, en su impulso vital, tiende a proteger, a cuidar. No niego que también las hay capaces de crueldad, pues la estructura del poder todo lo corrompe.

En una de esas tribunas matutinas que llaman “mañaneras”(1) —no sé si la de hoy, 26 de junio de 2025, o la de ayer— escuché con inquietud una frase lanzada con aparente ligereza: “somos un régimen democrático, libertario”. Libertario, dijo.

Pero cuidado con las palabras. El libertarismo,(2) tal como lo entiende la doctrina burguesa, no es más que el disfraz elegante del egoísmo capitalista: la exaltación del individuo por encima del bien común, la abolición de todo control que impida al más fuerte devorar al débil. Es la libertad de explotar, de acumular, de contaminar sin límite. ¡Eso no es libertad, eso es barbarie envuelta en papel dorado! Quien gobierna no puede llamarse libertario sin traicionar al pueblo que sufre. El verdadero libertario —el que yo defiendo— no busca gobernar, sino liberar.

Espero, por el bien de todos, que estas palabras sean aclaradas y no presagien una traición disfrazada de libertad. Por mi parte, sigo sin estar convencido. Ni este gobierno ni el anterior han colmado mis anhelos de justicia radical. Pero si al menos se tienden los cimientos de un cambio verdadero, podré, con cautela, concederles el beneficio de la duda

 


[1] https://www.instagram.com/reel/DLVoHHuPj-D/?utm_source=ig_web_copy_link&igsh=MzRlODBiNWFlZA==

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Libertario#:~:text=Etimol%C3%B3gicamente%2C%20la%20palabra%20%C2%ABlibertario%C2%BB,libertad%C2%BB%20que%20se%20est%C3%A9%20usando.