miércoles, 15 de enero de 2025

Organización.

 


 En la década de los sesenta en la avenida Miguel Alemán estaba la terminal de la Flecha Roja, justo donde ahora está la tienda Coppel.

En esa década ahí donde estaba la terminal una persona llegó y asesino a tiros a otra, luego corrió rumbo a san Antonio, pero personas del mismo lugar lo detuvieron. Entonces existían pocos autos circulando y las motocicletas que conocíamos eran la Harley-Davidson del policía de caminos que vivía en los departamentos de Naime. Los del edificio verde que aún existe.

El martes de este año, ahí cerca de ese edificio, un poco hacía el norte; donde están aquellos que vendían falluca hace un cuarto de siglo, asesinaron a un ex funcionario de la policía municipal. Ahora el o los asesinos huyeron en motocicleta y hasta el momento no me he enterado si ya los atraparon.  Actualmente la ciudad parece una colmena de automóviles y motocicletas, tenemos una fuerza de seguridad que le cuesta un buen de dinero al erario, pero igual tenemos o somos una población tímida que en lugar de ayudar a atrapar delincuentes huimos del lugar a escondernos a nuestra guarida.

Ésta es la realidad que vivimos: una población tímida, una delincuencia soberbia y una autoridad incompetente.

En los dos casos que menciono hubo una persona muerta, que tal vez tenía familia que ahora los sufren.  

Pero la conclusión del relato es que los sucesos tienen que ver también con la calidad de individuos que pertenecemos a la sociedad, al parecer no somos mejores que aquellos que habitaron Chilpancingo en los sesenta. Somos más frágiles, desorganizados y dependientes. A pesar de que tenemos tecnología que abarrota todos los espacios.

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