sábado, 26 de junio de 2010

¿Voto?

Aunque en lo particular no creo que la democracia sea el sistema político adecuado, es hasta este momento el que han impuesto los poderosos por ser el que mejor se presta a sus intereses. Sin embargo el mismo sistema nos permite, a aquellos a los que no nos satisface, mostrar nuestra inconformidad con el solo hecho de no presentarse a las urnas.
En estos momentos del 2010 existe un debate entre si se debe o no votar, y al parecer quieren mañosamente convencer a los que no acuden a las urnas que podrían ir y anular su voto y de esa manera hacer uso de su “derecho” a votar.
Desde mi perspectiva: ir a la urna y anular el voto, o ir a la urna y votar por alguien o algo es exactamente lo mismo; no en cambio, el no acudir y no votar. Acudiendo a las urnas se está aceptando que el sistema es puro. No acudiendo uno muestra lo detestable y manipulador que es; además esta actitud ataca aquellos que lo usan para sus fines opresores sobre todo si la comunidad internacional está pendiente.

Existen tres opciones:
1.- Ir a la urna y votar por el candidato que convence.
2.- Ir a la urna y anular el voto si ningún candidato convence.
3.- No presentarse a la urna. Porque el sistema no convence.

Existe una cuarta opción, pero queda fuera de la tan mentada democracia y es irse a la revolución para imponer un mejor sistema, esto sólo si se tiene la certeza que al menos el sistema que se proponga sea mejor en lo mínimo al existente.


Para poder decidir ir a votar, se tiene que estar completamente seguro de que nuestro voto contará, esto quiere decir que al igual que todos los demás votantes en conjunto producirán sumas de elecciones de las cuales saldrá el triunfador.
Para que este conteo sea limpio deberemos regresar al tiempo cero. Con tiempo cero quiero regresar al momento en que se forma al organismo encargado del conteo: quienes lo forman y quienes lo integran.
Pues precisamente este momento es el más sospechoso de todos en cuanto a ambas partes: las que lo constituyen o sea los que son parte de este y por el otro lado a quienes lo formaron, los que fueron quienes decidieron quienes participarían en él. Hermosa encrucijada que me crié.
Como podríamos formar un tiempo cero donde realmente existiera un sistema de conteo confiable. A lo mejor de la siguiente manera:
1.- Quienes lo instituyan tendrían que ser ajenos a los intereses de los beneficios del gobierno.
2.- Tendrían que ser honorables y altamente solventes(cosa tanto como imposible) para que no pudieran ser corrompibles.
3.- Ser verdaderos creyentes del sistema de votos como solución de las naciones. ¿Pero como evaluar este parámetro?
4.- El sistema diseñado para las elecciones tendría que ser perfecto, perfecto no casi perfecto, porque para lo casi perfecto siempre existe un malvado que encuentra la grieta como lo fue en las elecciones presidenciales del 2006.
5.- Los que sean parte del sistema de elecciones tendrían que ser honorables no solamente ciudadanos con etiqueta mediática de honorables. Hombres como casi no existen en este mundo globalizado. Revisando nuestro IFE, digo nuestro porque así nos quieren hacer creer que es los que se adueñaron del país, veríamos que los que lo conforman son sumamente deshonestos. Sólo observando, como buscan quedarse con los dineros que se destinan al instituto. Se comportan como gambusinos en una veta de oro.

No pierdo la esperanza. Hubo un momento en que creí que votar podría mejorar al ser humano. Ahora: más sabio, más viejo e igual de inteligente lo dudo.

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