sábado, 27 de septiembre de 2014

Con música de viento.

dibujo bangladesh.jpg
Dibujo de Edgar P. Miller.
Hace mucho tiempo no se si recuerden, quizás algunos no porque aún no nacían o estaban demasiado jóvenes, que apareció una hambruna en un lugar llamado Bangladesh que queda en Asia y otra en Biafra que está en África. Ambos retirados del mundo occidental.

De la segunda fueron tan impactantes las imágenes y la información de los medios de la época, que cuando mirábamos algún conocido algo débil o flaco le decíamos que parecía de Biafra.

Fue un boom las colectas de dinero, víveres y ropa para apoyar a las personas de aquellas imágenes, no se si realmente existieron las personas, espero que no; y si fue verídico espero que hayan logrado salir de su problema, Ya que como estaban en las imágenes les quedaban a lo sumo un día de vida. O sea nunca recibieron alguna ayuda ni mucho menos escucharon el concierto que mencionaré.

De Bangladesh existió todo un movimiento para llevar ayuda. Hasta hicieron el gran concierto que se hizo famoso, del cual incluso se grabó un disco para seguir obteniendo recursos de ayuda y una película, los protagonistas de ese concierto fueron magníficos roqueros de la época. Después se supo que los que se morían de hambre nunca recibieron la ayuda recabada con ese movimiento, al parecer la UNICEF recibe algo, que desde luego utiliza para los salarios de primer mundo de sus funcionarios. Nunca se ha aclarado, y si lo hicieron no fue con la misma amplitud con que pidieron las donaciones, donde quedó todo el capital se puede mal pensar que en manos del dueño de los derechos y exclusivas de los artistas que fue una de la información que alguna vez se publicó. Se argumentó que el gobernante del lugar no quiso la ayuda.

Son muy buenos para explicar convincentemente con todo el cinismo del mundo las razones por las que se quedan con la lana. Entonces era muy difícil corroborar la verdad; ahora no tanto, pero siguen siendo cínicos. Además al parecer están muy bien preparados para estas cosas ya que aquel que intenta descubrirlos de inmediato le critican por su actitud, no solamente ellos, sino que los respaldan los pobladores que fueron convencidos, en un principio, de todo lo bueno de la recaudación y de todo lo necesitados que se mostraron a los afectados.

En el discurso de los medios los tercermundistas siempre son malos o están mal, tanto como ellos quieran que parezca, por otro lado los del primer mundo representan el progreso, la ayuda y el bienestar; todo presentado con los adornos indispensables por los medios.

Cuando en una conversación alguien saca a relucir aquel acto de Bangladesh para ponerlo como ejemplo de la manipulación, la conversación divaga en torno de los músicos que participaron: de lo bueno que son los guitarristas, de las voces que hubo, de los bateristas chingones y de lo admirable que tocó la cítara un músico hasta entonces desconocido en el occidente, al igual de lo exótico del instrumento.

Así somos de pendejos, y estos actos nos los siguen aplicando año con año o cada vez que un país poderoso se mete a uno débil para hacerse de sus recursos o fastidiar esa economía del que intenta crecer, para que no llegue a ser competencia de los del círculo de poder.

Ya decía alguien hace tiempo, si quieres ayudar ve directamente con quien necesita la ayuda y dásela. No hagas ni participes en comités.

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