martes, 13 de enero de 2015

Caminantes grafiteros.

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Foto de Edgar P. Miller.

El domingo once de enero caminamos una ruta que yo no había andado. Esta zona en la que anduvimos está al este de Tixtla, Guerrero. La hicimos por invitación del edil de ese municipio, el Lic. Gustavo Alcaraz Abarca.


Así pues que partimos desde el lugar de siempre en la misma ciudad y con poca gente, la comitiva fue pequeña sólo cuatro caminantes acudieron


Juan, Ismael, Bolivar y yo, no quiero mal pensar así que lo mal pensado se lo dejo a ustedes.


Realmente, quizás si la invitación hubiera venido de otro edil tampoco hubiera ido yo, ya ven con eso que pasó con quienes se fotografiaron con Abarca ya uno no debe fotografiarse con ediles. Bueno pero este señor no es el caso es un buena persona además amigo y compañero del futbol, con quien participe en un torneo de selecciones en Acapulco, además es bueno para esto de jugar el futbol. Como edil, ya le corresponde a los de su municipio dar la opinión.



Selección de veteranos de Chilpancingo.
Foto del archivo de Edgar P. Miller.


Así como les decía partimos en el vehículo de Juan, ya íbamos en camino, algo atrasados porque la cita era a las siete treinta en el centro de Tixtla y se nos colgó el tiempo esperando quórum, cuando nos habla el edil para decir que ya estaba esperando, caramba yo acababa de decir: que si un edil cita a las siete treinta quiere decir que el llegará mucho después; pero como ven este no es así, por lo que con pena le pedimos no desesperar que enrutados ya íbamos.


Llegamos y estaba toda la comitiva esperando, ya saben como es esto de funcionarios, así que imagínense todo el protocolo y partamos en vehículo; ahora en el del presidente rumbo a Omeapa; que será desde donde caminaremos de regreso a Tixtla siguiendo un sendero antiguo.


Les recuerdo que este poblado Omeapa ya se los he mencionado, es donde hemos ido a festejar al escritor Juan Sánchez Andraca. Así que llegamos a él y saliendo del vehículo iniciamos a caminar. A este lugar ya le a tocado su buena parte de deterioro ambiental, pero la naturaleza necia insiste en embellecer sus paraje; y este no fue la excepción. La acción del hombre desde tiempo inmemorial contra la siempre en movimiento naturaleza fue formando un espacio que para los caminantes es un deleite.


Desde el comienzo inicia el espectáculo, nos encontramos con un pequeño ojo de agua, que se nota inmediatamente que es artificial, sin embargo se está integrando a la naturaleza y ya algunos árboles a su alrededor muestran su frondoso follaje reflejándose bellamente en el agua.



Omeapa.
Foto de Edgar P. Miller


Justo después de este aguaje iniciamos una gran pendiente sobre un camino rocoso y bello, sombreado por plantas de diferente especie, con las flores siempre presentes.



Omeapa.
Foto de Edgar P. Miller.



Así que subimos esa brecha hasta llegar a la cumbre del cerro. Ya en la cima de la montaña caminamos rumbo a la falda del lado de Tixtla entre magueyes y huajes.


No podía faltar la parada táctica, así es que buscamos una buena sombra y de inmediato aparecieron los recipientes de mezcal para la energética pausa.



Foto de Edgar P. Miller.


Seguimos con la marcha después de degustarlos. Ya cerca de la falda y donde la gente del edil tenía el propósito de grafitear la montaña, con la leyenda “Mi patria es primero”; frase célebre del insurgente Vicente Guerrero, rebelde y disidente que nació en la ciudad destino que ya se miraba justo al frente donde termina la falda. De arriba pudimos mirar lo que queda de lo que en otros tiempos fue un inmenso lago que ahora la población del lugar lucha por secarle. “Cosas veredes que farán fablar las piedras”


La vista desde la montaña es increíble, la siempre hermosa sierra madre del sur es espectacular, así pues que mientras los chalanes del presidente preparaban sus utensilios y sustancias para el grafiti nosotros preparamos el bodegón de los Caminantes del Maguey; la garganta y la panza desde luego también. Sentados bajo la sombra de un árbol de copal iniciamos el convivio mirando cómo prestos los chalanes encalaban piedras para su propósito grafitero.


Ya terminado el convivio, hartos del paisaje y de las viandas, además con la ausencia de los mariachis que pudieran con sus cantos detenernos, partimos rumbo a Tixtla bajando la cuesta.



Foto de Edgar P. Miller


Por una vereda empinada rodeada de agaves; mostrando algunos su calehuales. Al fondo los campos de cultivo desapareciendo como consecuencia de la mancha viral de las huestes humanas que royen el paisaje con sus construcciones.



Maguey con calehual.
Foto de Edgar P. Miller.



Llegamos a Tixtla donde nos invitaron a comer pozole, acompañado de un estupendo amargo de cajel elaborado por los anfitriones de la pozolería y sin faltar el café de olla con su chorrito de mezcal.



Cazuela con pozole.
Foto de Edgar P. Miller.






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