Escultura de Minerva. Foto propiedad de wikipedia. |
Tres años continuos en los que la política del ejecutivo no ha salido de alabar sus reformas; mientras, el país sigue incendiándose. El caos inició con proponerlas en un amañado pacto para aprobarlas y siguió defendiéndose ante cámaras de televisión y público.
A partir de una de las reformas fue creado un instituto de evaluación académica (INEE) encargado de medirle la temperatura a los camotes de la secretaría de educación; más bien, a los empleados encargados de expandir el conocimiento a los jóvenes mexicanos.
Así pues apoyándome en tan defendida necedad, se me ocurre otra que bien podría después complementar y sofisticar ya aprobada por el pleno de las cámaras.
¿Que les parece si se crea: un instituto de evaluación política?.
Con las siguientes características, se las diré en bruto y si les parece que puede ser una medida adecuada la podríamos ir depurando para luego hacer un pacto y someterla al pleno para su aprobación:
El instituto estaría formado por una academia de las personas más sabias y honestas de México, se podría invitar extranjeros aprovechando que ahora son tan bien vistos. No bastaría que fueran sabios, sería requisito esencial ambas cualidades: sabios y honestos.
Ahora, ¿Para que estarían ahí? bueno, ellos se encargarán de instrumentar una manera, protocolo o academia para que todo aquel que quiera pertenecer al gobierno, en el nivel que quiera, fuera evaluado y calificado para competir en elecciones y posteriormente si gana, gobernar.
El instituto obviamente sería autónomo y plenipotenciario, cualquiera de sus elementos saldría inmediatamente de ahí si incurriera en la mínima indiscreción, sería delito incluso que cualquier individuo, del país que fuere, se le acercara para proponer algo; cualquier cosa que pudiera mancillar la elección de competidores que pusiera en riesgo la virginidad del instituto.
Cada elemento que se sometiera al escrutinio del instituto tendría que pagar una buena cuota de dinero para el funcionamiento del instituto, sabemos que quienes quieren el poder bien saben hacerse de dinero. Además debe ser dinero limpio o automáticamente serían eliminados.
Escoger a los hombres del instituto será una complicada estrategia, pero creo que puede ser posible instrumentar una.
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