jueves, 3 de marzo de 2016

Carta abierta.

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Foto de Edgar P. Miller.





Realmente resulta preocupante el comportamiento del gobierno actual, que digo preocupante, aterroriza la actitud hacia los ciudadanos mexicanos.


Iniciaron con unas reformas publicitadas como la panacea para mejorar la condición de los mexicanos. El ejecutivo se aplicó a convencer y convenció a algunos de la población, con propaganda suntuosa llena de falacias de que así sería. Después las cosas se tornan turbias, divide a la población en grupos antagónicos por medio de ella y de políticas impositivas, coercitivas y vejantes. Acusa, de lo malo que son algunos pocos, a todos los que trabajan dentro de empresas del gobierno. Acciones que solamente un ciego no puede ver que van dirigidas principalmente para sacarlos del presupuesto; o sea, correrlos. Gobernantes probadamente corruptos, ladrones y asesinos han llegado al nivel de depredadores temibles, cínicos, despiadados, mentirosos.


Ya estábamos sumidos en el terror con los secuestros, las extorsiones desapariciones, violaciones; todo esto solapado por ellos; y ahora, todo eso se ve distante a pesar de seguir existiendo con toda su maldad, al surgir otra amenaza, peor aún, para quienes pensaban que estaban seguros de las mencionadas: los asalariados, sobretodo aquellos que tenían su bases trabajando para el gobierno desde hace lustros. Con una argucia de despido masivo, utilizando como pretexto una evaluación trucada. Sí, así es con los maestros. Pero el terror se expande, porque no son únicamente los maestros, sino que también son los empleados de Pemex, de Senasica y de otras ínsulas del estado. Y no solamente a quienes ellos dicen no aprueban o no quieren presentar evaluaciones, sino que a profesionistas certificados por ellos mismos.


Yo no soy empleado del gobierno, ni busco serlo, así que no permitiré que intenten decir qué digo esto con ese fin, que además no tendría nada de malo si buscara trabajo es un derecho de todos. No no lo hago buscando empleo pero como todos, soy ciudadano, responsable y atento de lo que ocurre en mi entorno y no puedo permitir que se siga humillando a mis paisanos, no puedo permitir que tengan a todos en un filo de navaja esperando la muerte o la miseria a costa de que un gobierno; y eso lo pueden ustedes gobernantes escoger ¿que son?: incompetente, traidores, inútiles, corruptos, ladrones o todo, que están llevando el país al desastre. ¿O quizás estén sacando a los mexicanos para entregar el país al mejor postor?.


Ante un gobierno así, todos los que no somos ellos, estamos en un problema, porque tarde o temprano irán por nosotros con algún pretexto que ellos inventen para despojarnos de lo que tenemos, incluso la vida. No estén confiados que lo que le sucede mal a quien le sucede tiene causas divinas o son porque se las buscaron, no, no son divinas ni se las buscaron, estos embarrados de papa son unos perversos malvados.


Quienes deben permitir que trabajemos honestamente; nos lo dificultan, aquellos que juraron mantener segura la nación; la hacen inhabitable, quienes están obligados a evitar las torturas, la muerte, la infamia; eso nos dan, cuando deben apoyar el desarrollo sustentable; ellos destruye el ambiente y persiguen a quienes intentan superarse, quien por ley son guardianes de la riqueza del subsuelo para que sea en beneficio de los mexicanos; lo da a los extranjeros, quien debe generar empleos y asegurar la existencia del trabajo; despide a quienes llevan años trabajando que además tienen compromisos económicos y familias que mantener.


Como ciudadano en uso de mis derechos constitucionales, exijo a quienes se apoderaron del gobierno que cumplan con los postulados de la constitución (Articulo 5, 21, 22, 25, 27, 123) o que dejen el puesto, inmediatamente.


Igualmente exijo al legislativo y judicial que los encarcelen para evitar que puedan volver hacerlo. Sí se coluden con ellos entonces también renuncien y que el pueblo sea quien lo demande.


Edgar Pavía Miller.

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