viernes, 25 de marzo de 2016

Bloqueando tal vez.

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Foto de Edgar P. Miller
Es interesante leer, de quienes presumen de “analistas políticos” sus escritos, más que verdadero análisis  parecen solicitudes de empleo cuando hablan de las, para ellos, cualidades de los gobernantes. Escribiendo así llenan renglones alabando de lo nuevo que dice tal o cual miembro del poder. Probablemente no es para pedir empleo tal vez ya lo recibieron. Agradecidos claro, si esto último resulta cierto.
Definitivamente estos escritores no están enterados de lo que está sucediendo en este lugar o malinterpretan la función pública del gobernante. O peor aún, no les interesan los problemas sociales a su alrededor y los miran solamente como escalones para su dudoso pero deseado progreso económico.
Apenas leí una nota, de un escritor diferente, describiendo un hecho en un lugar del estado, suceso patético que incluso puede hacer que el llanto brote en quien lo lee.
Aquí el artículo:

Yo estaba enterado de la existencia de algunas personas de varios pueblos que estaban congregadas en la capital desde la contingencia climática; aquella famosa por haber puesto al descubierto todas las transas de los gobiernos anteriores y de los que en ese momento la vivieron. También dejó al descubierto que no existen procedimientos legales para castigar funcionarios corruptos. Pensé que los pobladores de esas comunidades abandonadas se habían venido a refugiar a la ciudad por las pérdidas de sus casas en el lugar de origen por la contingencia y no por los lamentables e imperdonables motivos que narra el articulista. Imperdonables causas, para un gobierno que permite que nuestro país pierda territorios por culpa de sus traición o ineptitud; en pocas palabras estamos siendo invadidos por extraños y el gobierno no hace nada, ni el ejército del cual su función es salvaguardar la soberanía  de la nación.
Escribir mostrando las cosas que suceden dentro de la sociedad tiene una importancia cumbre. Hacer a un lado los problemas sociales, tratar de ocultar los sucesos con alabanzas o con notas frívolas del gobierno o distracciones bobas con sucesos fútiles no es otra cosa que traicionarnos a nosotros mismos. Nadie ignora sus heridas o se machuca un dedo del pie al propósito, entonces no entiendo como es que siendo sociedad sí lo hagan. Les recuerdo no son parte de otro cuerpo son del mismo y sí se gangrena una parte morimos todos. No crean que subiendo a lo alto del mástil no terminarán hundidos, todos sin excepción tendremos un final terrible si ignoramos lo que sucede a la sociedad a nuestro alrededor somos parte de ella y junto a ésta feneceremos.
El mismo escritor del artículo referenciado escribe otro sobre este tema, aquí el enlace: ttps://www.facebook.com/groups/quejaypropuestachilpo/?multi_permalinks=1027654547305331&notif_t=group_highlights

La población de Chilpancingo sufre pero para quienes han salido librado de los malos sucesos pareciera que nada pasa y para quienes tienen acceso a los medios nada dicen; la mayoría. Algunos lo hacen y qué bueno  porque de ahí se entera uno y se preocupa y prepara y participa uno en la protesta y la acción.
En las redes, en el Facebook para ser preciso, en un muro de Chilpancingo, éste:


desesperada una persona convoca a que se reúnan los familiares de quienes les han robado a sus hijas, esto sucede después de una sucesión grande de esos sucesos, poco se sabe de las   acciones al respecto de quienes gobiernan, si es que tienen; pero sí muchos de quienes alaban los discursos de los nuevos gobernantes. No falta aquel que defiende a la autoridad criminalizando a la víctima, como que sí los cadáveres de mujeres encontrados tirados por toda la superficie de Guerrero no fuera suficiente testimonio. Exponer causas comunes a lo que sucede no deja a un lado la realidad de quienes se enfrentan al crimen. La lucha por espacios seguros nunca se debe desdeñar; oponerse a ella o criticarla es estar del lado de quienes cometen los actos criminales.
Sin embargo los ciudadanos comunes a quienes el crimen no los ha tocado: se quejan de los grafitis y del tráfico de vehículos. Tenemos un gobierno local el cual enfoca su mayor acción de gobierno en su afición al arte de la brocha gorda; que bien puede seguir en ella como práctica de uso lúdico. Pero ignorar, como lo hace, desatendiendo su responsabilidad en los grandes problemas de la comunidad: los servicios públicos, la seguridad y la actividad económica; es un acto incalificable de negligencia.

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