Desde que existe Internet recurrentemente han sucedido ataques espectaculares de esos que le llaman virus cibernéticos.
Pero dejémoslos por un momento y miremos también que ha sucedido en el mundo en los últimos veinte años.
Pues las empresas grandes se comen a las pequeñas, incluso algunas pequeñas se han comido a las grandes, lo que demuestra una voracidad desmedida por mantener el poder económico en el mundo.
La desmedida voracidad ha llevado a legalizar acciones no muy correctas, aunque lo correcto ahora en el mundo al parecer lo deciden las leyes y no la moral y la ética.
Así pues que las empresas mencionadas utilizan el cabildeo, el moche o el soborno para mover lo legal a sus acciones de interés.
Se puede decir casi con certeza que los gobiernos ya no representan a la población, ni la protegen, ahora son agencias de las grandes corporaciones. Si la población molesta sencillamente se elimina.
Así que todos aquellos que no somos dueños de grandes corporaciones estamos fritos o al menos ya estamos a un lado del sartén. Incluyendo algunos que se encuentran dentro de los gobiernos y que se consideran a salvo.
Pues bien esto de los virus, explicación para los legos: no son otra cosa que programas. Sí, programas de computadora iguales a todos esos apps que utilizan en sus móviles, o aquellos juegos electrónicos donde se la pasan horas entretenidos o aquellas ostentosas aplicaciones llamadas herramientas para trabajos en música, fotografía, literatura, medicina, arquitectura, etc.
Como complemento les diré que cuando usted escucha una melodía en su aparato, ya sea móvil o no; pero a esos móviles en un tiempo les llamaron computadoras, pero les quitaron inmediatamente el nombre dado el miedo que ocasionan a los estúpidos usarlas; lo que las hace poco comerciales. Por otro lado el teléfono era muy fácil de utilizar, casi todos ya lo hacían; al igual que el automóvil, entonces ¿por qué no llamar a la computadora teléfono móvil? a un teléfono que ni es teléfono ni es móvil sino que es una computadora minúscula con más potencial que cualquiera que existió hace veinte años. De esa manera todos compraron uno porque no les temían. Además existió una magnífica mercadotecnia detrás de ellos. Les decía pues, que cuando escuchan una melodía en uno de esos aparatos, pues su móvil solamente es la carcasa para escucharlo, realmente el trabajo importante lo hace un programa que lleva dentro virtualmente, igual para ver una foto, para tomar una, para leer un documento, para mirar un video, etc, todo eso se hace a través de programas, así pues que lo más común es que su móvil tenga programas y por lo tanto no es muy complicado meter ahí los virus, probablemente ya los traigan desde nuevos para beneficio de alguien. Ahora, como los programas no tienen masa, nunca verás la diferencia de un móvil que los tiene a uno que no, sobretodo si quien lo acomodó ahí no quiere que suceda, hasta que te parta la madre con su acción.
En estos tiempos la empresa que te vende aguacates, puede ser del mismo dueño que aquella que hace un programa o un equipo móvil. Así que es correcto sospechar que pueda incluir un intruso para enterarse de tus tendencias de consumo, esto sería entre los menos peor.
Así pues que hacer un intruso, esto de intruso es otra manera de llamar al virus o sea a un programa, en el estricto sentido del saber cualquiera que pueda programar puede hacer uno. Hacer programas no requiere una infraestructura costosa, cualquiera que tenga un computador puede hacerlo si sabe como, también existen individuos molestos, porque las grandes corporaciones les birlan su propiedad intelectual, que inmiscuyen virus en el software de esas empresas para después por diferentes ingeniosas maneras activarlo.
Además que mejor negocio que el que abunden los virus, sino que le pregunten a McAfee, AVG, Norton, BullGuard; cuantos dólares al año obtienen por ellos, vendiendo antiviruses.
Pues bien les dejo está pequeña introducción a la teoría conspirativa de los intrusos.
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