miércoles, 26 de junio de 2019

Fertilizando los bolsillos.



Foto de @edgar p. miller
Mi negocio cumplió este abril 62 años. En él se han vendido entre otras cosas, fertilizantes, insecticidas, herbicidas y semillas.

Aunque ahora solo vendemos algunos fertilizantes para la jardinería en, un tiempo fuimos distribuidores de Guanomex, empresa que se nacionalizó para transformarse en Fertimex y ahora ya no se quien se robó la empresa. Pero eso no es tema por ahora.

Plaguicidas de uso agrícola ya no vendemos y que bueno.

Pero no quiero hablar de mi negocio, sólo salió a relucir porque quiero mostrar la relación que tengo con respecto de lo que quiero comentar.

Resulta que ya van como dos meses que en los medios existe un debate en cuanto a los fertilizantes que les dan a los “agricultores” de Guerrero el gobierno. Con la llegada a la presidencia de AMLO, quienes obtenían jugosas ganancias con el reparto del producto en cuestión y otros, aparecen ahora como experimentados personajes en cuanto a esto de fertilizar y manejar el reparto de fertilizantes.

Pero hablemos un poco de historia:

México es la cuna del maíz. Dicen que es para sembrar maíz que quieren el fertilizante, también que es básico para la alimentación de quienes lo requieren.

Pero sigamos con la historia; ahora pregunto ¿Con que fertilizaban los mexicas sus milpas? cultivos que fueron asombro de los conquistadores por lo abundante que daba de comer a los originarios.

Pues regresemos de la profundidad del tiempo al momento en que se aplicaba aquella política de extensión agrícola; mal aplicada por cierto hace más de treinta años. Y digo mal aplicadas porque para implementar técnicas científicas mejores, primero se tuvo que haber descartados las existentes como peores a través de un estudio científico completo; y no uno en beneficio de quienes querían cambiar los métodos utilizados en el campo desde los mexicas.

Solo como recordatorio, una parcela antigua daba de comer bien porque en ella se cultivaban junto al maíz, frijol, calabaza. Además se recolectaban los quelites: pápalo, pipiza, huauzontle y otros. También las que ahora son plagas pero entonces eran comida; los gusanos, chapulines, hormigas y jumiles, entre otros.Acompañando la limpieza del plantío, los guajolotes engordaban dando su carne y huevos.

La confusión, si es que la hubo y no haya sido todo un ardid de los gobiernos en turno, es que querían aumentar la producción de maíz aplicando técnicas (de las grandes planicies norteamericanas; donde se siembra el maíz solo; o sea, puro maíz), en terrenos no propios para eso y sí muy propios para como ya se cultivaba.

Así pues que el fertilizante es necesario en cultivos industriales: algodón, maíz para la industria, trigo, soya, caña de azúcar y otras; no en parcelas para la alimentación sustentable, donde las prácticas ancestrales ampliamente probadas funcionaban.

Ahora solo me quedan dos asuntos más.

¿Qué no llega el fertilizante y ya inició el temporal?, hay amigos sí que podrán engañar incautos, pero con los maíces de ahora, los híbridos, no los transgénicos, se pueden sacar hasta dos cosechas en temporal. Así que eso no es problema. Con respecto a que los caminos se dañan con las lluvias, tal vez eso sucederá, si los gobiernos anteriores en lugar de arreglar los caminos bien, se robaron el dinero con el que dijeron lo hicieron. Lean los informes de los gobiernos anteriores.

Fertilizar y aplicar plaguicidas es un buen negocio para algunos, pero no necesariamente una buena práctica agrícola.

Pero en fin todo bonito.
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