jueves, 23 de abril de 2020

Virus insospechado.

Sería perverso pensar y más perverso que fuera intencional la contaminación con el COVID_19. Pero la aparición, la contaminación y la expansión del mismo virus se convirtió en un experimento social inesperado.

Explico: la falta de influencia de los gobernantes sobre su población quedó al descubierto. Algunos incluso tuvieron que usar la fuerza.[1]

Para evitar que el mal se expanda, el gobernante, invita a la población a realizar individualmente ciertas acciones sanitarias básicas para una epidemia. La respuesta depende de que el individuo acepte la sugerencias de  su gobierno; que considere como correcto; una verdad lo que le proponen. También se espera que el gobierno privilegie la vida de sus ciudadanos sobre los intereses políticos y otros intereses del mismo gobernante y sus aliados.

Así pues, en estados como Vietnam[2] la contención del mal no tuvo mayores problemas y resultó con pocas muertes debido a la gran confianza de la población a sus gobernantes, no sucedió lo mismo con estados como Italia[3] y España[4] donde otros intereses son prioritarios al de la salud de su población.

México no fue la excepción en este experimento y su caso quedará en los anales de la historia sanitaria para siempre; al menos en la de México. Aquí el problema sanitario se asoció con otros dos grandes problemas que ya existían antes de la llegada del mal.

1.- La economía estaba en un proceso de recuperación en tiempos donde una recesión mundial era lo más probable[5].

2.- La discordia política, debido a la contundente derrota que sufrió la oposición del actual gobernante, ocasionó una ríspida relación política entre el gobernante y los derrotados, la democracia en México apenas nace, vivirá creciendo sí la calma de los involucrados sucede, pero por el momento los deseosos de gobernar prefieren golpear al que ganó.

Así pues, que el gobernante que tenía la prueba contundente en la preferencias de los ciudadanos se enfrenta, porque aún estamos en el asunto, a un gran reto.

El primer problema mencionado ya lo paliaba, aunque no de la manera acostumbrada, aquí en el país, por gobiernos anteriores; que solo lograban endeudar más al país; haciendo obra, sí, pero quedándose con el grueso del costo para el grupo en el poder. Las acciones que emprendió afectan a los miembros de los gobiernos anteriores lo que ocasionó un efecto avispero en la oposición, incluyendo a los ex-presidentes.

Así pues que la confianza que existía después de las elecciones se pone en duda debido a la contra fuerza de la oposición que sólo busca el poder sin importarle el problema actual de salud. La verdad no es parte de su estrategia de moverse a conseguir el poder. Incluso ahora que no es campaña aún.

Dentro de este experimento surge otro mal,  que igual deben estudiarse, ya que produce desconfianza en la población hacia  los expertos,  esto se debe a la gran proliferación de mentiras tanto en los medios tradicionales como en las redes.

El problema en esta proliferación de falsedades, es que la publicidad correcta; o sea, la orientación adecuada con respecto al mal, se hace a un lado por el grueso de la población, privilegiando a la mentira.

Sin embargo se han mantenido dentro del marco seguro las acciones de control del mal, debido a la sorprendente aparición de un personaje con características inmejorables para trata el asunto, el subsecretario de salud.

Pero México solo es uno de tantos países donde el contagio hace el experimento, así iremos viendo como sistemas que nos decían eran mejores, mostraron que no lo eran para su población y viceversas.

Bienvenido COVID_19. Destapaste la cañería.

Solo espero que te escondas pronto, por que ya algunos estados malvados planean liquidarte. No te desean más aquí; no porque les preocupe la salud de su población, sino que están desesperados por intereses menos nobles.





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