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| foto de #Edgarpmiller |
La muerte es algo ineludible, a sabiendas de eso intentamos no escuchar de ella, ignorarla, sacarla de nuestra conciencia; verla como cosa que le sucede a otro.
Llegò el mal y como Juan por su casa se metió en todas partes haciendo lo mismo que un chivo en vidriería.
Enfrentar la muerte siempre ha sido un dilema. Aún en la guerras entre dos grupos, existe la duda de quién se atreverá a ser el primero en morir. De ahí nacen los héroes y los líderes, pero igual los mártires.
A veces saber que uno morirá, no es tan doloroso como ver a quienes uno ama morir; ese es otro dilema.
¿En un mundo global, donde el individuo y lo material está por encima de todo, quién quiere ser mártir?
Al pequeño enemigo, invisible a los ojos de todos, eso no le importa. Además desconocido; y quien por primera vez nos declara la guerra; sin avisar.
En una explotación pecuaria donde el amor del propietario a sus animales está más relacionado con las utilidades y disminuir las pérdidas, unos cuantos miembros del grupo no duelen tanto. Sobretodo si son más los que se salvan. Así que cuando una peste aparece; se sacrifican los enfermos y los que estuvieron juntos. Se desechan los muertos: enterrandolos o quemandolos y se desinfectan las instalaciones y los demás animales. Cuando el gobierno interviene, en estas epizootias, que es como se le llama en caso de animales; por tener intereses en el asunto, incluso se sacrifican todos los animales del país y se traen sanos de otra parte, poniéndolos en cuarentena antes de repartirlos por el territorio.
Cuantos humanos querrán ser mártires en esta pandemia para salvar a la humanidad. ¿Hubiera sido visto como un acto salvaje para la mayoría de todos nosotros sí el gobierno Chino hubiera hecho lo equivalente que en la explotación pecuaria? Tal vez los que han sufrido pérdidas aquí lo hubieran agradecido; e igual muchas familias de los diferentes países donde el misterioso atacante hizo de las suya.
¿Cuántas vidas se hubieran salvado si eso hubiera sucedido?
Los virus son compañeros de evolución de los humanos, nos han atacado desde siempre y a manera que pasa el tiempo sobrevivimos los más resistentes a ellos, pero ellos desean seguir al igual que nosotros en este adecuado planeta y de alguna manera mutan para seguir contagiandonos. Nosotros al contrario intentamos darles la vuelta; pero haciendo eso ellos vencen, ya que se quedarán e irán matando poco a poco más gente, que sí en ese momento lo enfrentáramos para adquirir resistencia, nuestro organismo también tiene su ejército para defenderse de ellos.
En nuestro país, uno donde la muerte es una fiesta, un chiste, parte de nuestra vida cotidiana, el subsecretario que se sacó la rifa del tigre hace lo que cualquiera con su preparación haría, nadie es experto en lo nuevo y sólo le queda emular lo nuevo con lo anterior. Ser lo más condescendiente con la realidad que vivimos y adaptarse a los recursos existentes, cualquier acción es un riesgo que él debe tomar, el es al final de cuentas quien se aventó al ruedo arriesgando su integridad y prestigio. Le deseo suerte porque la de él es la nuestra.
No dudo que muchos que lo critican desearían que todo saliera mal. Pero ellos al final de cuentas no importan; ya están en la basura de la sociedad.
Tal vez hubieran deseado algunos que èl hubiera decidido dejar que todos los jodidos de México se enfermaran para con ellos tener después un escudo inmunológico, sería el 80% de la población que han jodido por tanto tiempo; esos 20% que seguro desearían eso. Tal vez algunos del 80% lo desearían también pensando que están con los privilegiados; así son los fascistas.
Llegò el mal y como Juan por su casa se metió en todas partes haciendo lo mismo que un chivo en vidriería.
Enfrentar la muerte siempre ha sido un dilema. Aún en la guerras entre dos grupos, existe la duda de quién se atreverá a ser el primero en morir. De ahí nacen los héroes y los líderes, pero igual los mártires.
A veces saber que uno morirá, no es tan doloroso como ver a quienes uno ama morir; ese es otro dilema.
¿En un mundo global, donde el individuo y lo material está por encima de todo, quién quiere ser mártir?
Al pequeño enemigo, invisible a los ojos de todos, eso no le importa. Además desconocido; y quien por primera vez nos declara la guerra; sin avisar.
En una explotación pecuaria donde el amor del propietario a sus animales está más relacionado con las utilidades y disminuir las pérdidas, unos cuantos miembros del grupo no duelen tanto. Sobretodo si son más los que se salvan. Así que cuando una peste aparece; se sacrifican los enfermos y los que estuvieron juntos. Se desechan los muertos: enterrandolos o quemandolos y se desinfectan las instalaciones y los demás animales. Cuando el gobierno interviene, en estas epizootias, que es como se le llama en caso de animales; por tener intereses en el asunto, incluso se sacrifican todos los animales del país y se traen sanos de otra parte, poniéndolos en cuarentena antes de repartirlos por el territorio.
Cuantos humanos querrán ser mártires en esta pandemia para salvar a la humanidad. ¿Hubiera sido visto como un acto salvaje para la mayoría de todos nosotros sí el gobierno Chino hubiera hecho lo equivalente que en la explotación pecuaria? Tal vez los que han sufrido pérdidas aquí lo hubieran agradecido; e igual muchas familias de los diferentes países donde el misterioso atacante hizo de las suya.
¿Cuántas vidas se hubieran salvado si eso hubiera sucedido?
Los virus son compañeros de evolución de los humanos, nos han atacado desde siempre y a manera que pasa el tiempo sobrevivimos los más resistentes a ellos, pero ellos desean seguir al igual que nosotros en este adecuado planeta y de alguna manera mutan para seguir contagiandonos. Nosotros al contrario intentamos darles la vuelta; pero haciendo eso ellos vencen, ya que se quedarán e irán matando poco a poco más gente, que sí en ese momento lo enfrentáramos para adquirir resistencia, nuestro organismo también tiene su ejército para defenderse de ellos.
En nuestro país, uno donde la muerte es una fiesta, un chiste, parte de nuestra vida cotidiana, el subsecretario que se sacó la rifa del tigre hace lo que cualquiera con su preparación haría, nadie es experto en lo nuevo y sólo le queda emular lo nuevo con lo anterior. Ser lo más condescendiente con la realidad que vivimos y adaptarse a los recursos existentes, cualquier acción es un riesgo que él debe tomar, el es al final de cuentas quien se aventó al ruedo arriesgando su integridad y prestigio. Le deseo suerte porque la de él es la nuestra.
No dudo que muchos que lo critican desearían que todo saliera mal. Pero ellos al final de cuentas no importan; ya están en la basura de la sociedad.
Tal vez hubieran deseado algunos que èl hubiera decidido dejar que todos los jodidos de México se enfermaran para con ellos tener después un escudo inmunológico, sería el 80% de la población que han jodido por tanto tiempo; esos 20% que seguro desearían eso. Tal vez algunos del 80% lo desearían también pensando que están con los privilegiados; así son los fascistas.
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