martes, 20 de junio de 2023

Glifosato.

 



Cuando adquirí El Rancho, durante los primeros seis años vendí plaguicidas agrícolas, en la región había surgido un boom de siembras de jitomate, que junto a las de otros cultivos hacían atractivo el comercio de plaguicidas. Ya antes de ser mío, el negocio ya expendía estos productos; inició en 1957 cuando todavía el DDT[1] era el milagro tecnológico del momento. Para cuando yo empecé con él; en 1981, el DDT se había quitado del mercado. Existía ahora una variedad de tóxico para la agricultura. Todos ellos, entonces, presentados como las grandes soluciones para solventar el hambre del mundo. Esto último se vendió muy bien, al grado que no se buscó otra manera para evitar las plagas; que de una u otra manera comparten la cosecha.

Yo, joven con un hijo recién nacido y un futuro para forjar, no intenté siquiera dudar de los beneficios de los plaguicidas; más, sabiendo que su venta era legal y supuestamente sus fórmulas vigiladas por la SARH[2].

A manera que fui adentrándome en ese mundo, me di cuenta de la gran parte que no se publica con respecto a ellos. Cosas que ahora está asomando a cada rato, desde la profundidad de un mar de corrupción y complicidad entre las corporaciones que los hacen y venden y los gobiernos que han permitido su uso.

El glifosato, la Extensión Agrícola[3] fue una moda que impusieron los gobiernos de entonces con el propósito, dijeron, de mejorar el aprovechamiento del suelo para obtener cosechas parecidas a la de los países del primer mundo, ahora se sabe que su propósito; planeado o no, fue para destruir la manera tradicional de hacer agricultura. Recordemos que aquí en México se domesticó el maíz a partir de lo que en un principio fue un insignificante zacate[4] hasta llegar a lo que ahora es uno de los cereales más importantes. Pues bien, entre esas “grandes” ideas está el uso de herbicidas, y precisamente eso es el glifosato.

Los herbicidas no son otra cosa que productos que matan la hierba que compite con el cultivo deseado o para evitar que nazca.  Antes de ellos, aquí en México, donde el cultivo sustentable era el maíz lo sembraban acompañado de otras dos plantas simbióticas, la calabaza de guía y el frijol. Si lo piensan bien se darán cuenta que los tres son base para la alimentación regional, cosa que no le conviene aquellas corporaciones que quieren vender toda la comida del mundo, menos les conviene el que aquellos agricultores primitivos también utilizaban muchas de esas hierbas como alimento, estaban los quelites[5] entre ellos papalo[6], huanzontles[7] y otras.

Así pues, que yo vendía mucho de un herbicida que entonces estaba de moda, la Hierbamina[8] (herbicida hormonal); que funcionaba bien para la hierba dicotiledónea respetando el maíz que es monocotiledón.  Aquí la parte perversa, se aconsejaba que no sembraran con él calabaza ni frijol; je, je astutos lo señores y brutos los que les hicieron caso, incluyéndome. La calabaza impide en gran parte que nazca la hierba y el frijol produce nódulos de nitrógeno en sus raíces que es aprovechado por el maíz.  No estábamos enterados que función tenía la Calabaza y el frijol en el cultivo tradicional, ya se había perdido ese conocimiento; o se había ocultado. Los agricultores modernos ya no buscaban sembrar para alimentarse sino para obtener dinero así que el herbicida les ahorraba las escardas para quitar la hierba; consideraban el frijol y calabaza un cultivo que mermaba la producción de grano; incluso lo decían los ingenieros extensionistas. Después proliferaban los zacates debido a la falta de hierba y gracias a los fertilizantes, por lo que era necesario un herbicida que matara a los zacates sin afectar el maíz; que es del mismo tipo. En 1982 los de Bayer me ofrecieron el Faena su precio me pareció alto para el propósito así que lo compré pensando no en cultivos si no que en la limpia de terrenos para construcción, Entonces he de haber pedido una caja y nunca más volvía hacerlo ya que no tuvo aceptación, y que bueno, después que yo dejé de vender plaguicidas se empezó a usar más. El cultivo de maíz no prospero como se quería de esta manera y terminaron importando. Actualmente se siguen usando esas técnicas; que no convienen y pasa lo que a continuación mencionaré.

Resulta pues, que traje a la platica el glifosato porque a partir de la aparición de los cultivos transgénicos ese herbicida es el de elección; ya que los transgénicos son resistentes al herbicida[9], pero no a las plantas que compiten con ellos.

Para mí ahora existe una regla, no confíes en las corporaciones ellas buscan ganancias y no les importan cuantas vidas se vayan en esa búsqueda. Resulta que este dichoso producto se encuentra metido en un escándalo[10] por estar ligado a la enfermedad del cáncer, además que descubrieron que gran parte de la población de EUA tiene la sustancia en su cuerpo.

No duden que en un poco tiempo lo compre Pfizer y lo lance al mercado como un medicamento contra el cáncer.

Este es el mundo en que vivimos. No faltará el científico de alguna corporación siderúrgica que diga que el calor que ahora nos afecta sea bueno para las enfermedades que tenemos.

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