jueves, 29 de mayo de 2014

¡Ay dolor! (segunda parte)

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Pues ya estoy bien, bueno igual que antes del incidente. Ya jugué dos medios tiempos de fútbol sin molestia,  con separación de tres días cada tiempo, sobreviví sin que la incomodidad volviera. Mi aparato digestivo funciona igual de bien o de mal que antes del suceso; así es que puedo considerar que ya la libré.
En junta de veterinarios, al estilo Dr house, llegamos (suena a manifestación)  a la conclusión que al parecer los cuatro días que sufrí con la depresión se debió a que el golpe afectó el riñón y las glándulas suprarrenales, que por ser las del lado izquierdo se les debe decir adrenales, lo anterior combinado con el exceso de bebida produjo una mala tolerancia al estrés de ahí la pereza, la desidia y el valemadrismo que tuve esos días.
Pero el mal ya fue superado, me siento muy bien, pero  tendré que llevarla  con calma de hoy en adelante si quiero seguir disfrutando los placeres de la vida.

Estoy contento porque ya me sabe rica la comida, ya me divierto leyendo y escribiendo. Regresé a jugar futbol y a cuidar mis plantas en la casa cosas que también me apasionan. Por cierto estoy teniendo una magnífica cosecha de mangos, exquisitos. Estoy tan bien que ya me ando  trepando a los árboles para cortar los mangos, con cuidado desde luego, no vaya a suceder que dé el zapotazo y adios Edgar para siempre.

2 comentarios:

  1. Mi querido Edgar, me acabo de enterar que estuviste enfermo, pero también de que ya estás bien.

    Eres muy fuerte tanto física como anímicamente, asi es que estoy seguro de que tenemos viejito para rato.

    Mañana te escucharé por Internet.

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