Pintura de Edgar P. Miller. |
Tuve el privilegio de tener a un padre que le gustaba al igual que yo esta actividad, pero además también tuve la suerte de haber vivido en otro país y en él pude practicarlo con los habitantes de allá; individuos que estaban acostumbrados a mirar la práctica deportiva como parte integral de la formación del individuo.
Traje ahora lo del otro país porque fue precisamente en ese lugar donde, en ese tiempo que estuve, surgió la primera cachetada mercantilista al deporte para corromperlo convirtiéndolo en actividad profesional. Ya entonces existía una liga de futbol, del que aquí llamamos americano, universitario; al parecer existe aún pero viciado, no de la manera que fue entonces. Sucedió, como decía, el surgimiento de una liga profesional del mismo deporte la cual en un tiempo fue rechazada por los aficionados, quienes tenían el gusto por apreciar el deporte, obviamente la publicidad tendenciosa, manipuladora y mercantilista pronto entró en la población haciendo efecto en la mentalidad de la mayoría para hacer de ese deporte un grande y fructífero negocio, del que muchos idiotas se sienten orgullosos ( con dinero baila el perro). Desapareció en ese momento el deporte y creció fructíferamente una nueva manera de explotación de masas, los deportes profesionales (circo, maroma y teatro). Entonces ya existían otros deportes profesionales, pero considero que esta mutación del colegial espectacular al profesional comercial fue el punto de partida para corromper incluso los juegos olímpicos.
Pues todo lo anterior como siempre sólo fue para entrar en materia con respecto a un comentario que quiero hacer.
Este domingo 17 de mayo del 2015 me dio por mirar en la televisión un partido de futbol, soccer como dicen los de EUA, para acompañar a mi esposa que es seguidora del Guadalajara, inusual el partido se llevaba de una manera no acostumbrada, los jugadores estaban dedicados al oficio; a practicar el futbol, olvidándose de las comunes actuaciones tímidas y repelos que suceden durante el torneo regular, tres increíbles goles en menos de veinte minutos hacían que mereciera estar uno con la mirada fija en la caja boba, así estuve hasta que un individuo se metió a la cancha e interrumpió el juego, nada fuera de lo común ya ha sucedido antes y a veces hasta me satisface dado lo fútil del espectáculo. pero eso no fue todo. Ya que lo sacaron por fuerza de la cancha, entonces hubo una invasión tumultuosa y se detuvo por mayor tiempo la competencia. No les platico lo que dijeron los comentaristas porque ya deben saber que estos siempre dicen tonterías y comentarios disuasivos intentando cambiar el panorama del suceso.
Pero después de terminado el partido me quedé con el gusanito de lo sucedido, ¿qué fue lo que realmente pasó?. Teniendo todas las cámaras para que en ese mismo momento dieran la premisa del suceso o sea la noticia caliente, las mismas, ocultaron las acciones del campo, cosa que no hacen cuando sucede una batalla campal entre los jugadores. Según dijeron que no valía la pena y pusieron comerciales y repitieron los goles.
Bueno unos días antes también se metió un individuo al campo durante otro juego y las cámaras tampoco lo enfocaron, después por las redes supe que llevaban una vestimenta con leyendas de apoyo a los 43 y en contra de nuestro terrible gobernante; y amigo de cama de la televisora. Pero aún así continué con mis divagaciones. Me dije, bueno el partido era estupendo, fuera de serie, se puede decir que va ser el mejor de la liguilla, pero aún así fue interrumpido: entonces qué ¿Ya no es suficiente el pan y el circo? ¿el pueblo quiere algo?.
Porque han de saber queridísimos lectores; si ustedes son de los que leen, sí lo saben: que el pan lo da Rosario Robles y el circo Televisa.
Todo esto parece parte del mismo espectáculo, que mejor que un buen partido para quienes gustan del futbol y un gran espectáculo de grescas para los villamelones.
Los equipos de futbol profesional de México tienen sus porras; o barras como se acostumbra ahora dada la argentinización en México del futbol, a las que llevan de partido en partido. Las peleas campales en las tribunas de ahí surgen, cosa que se puede sospechar son deliberadas. Así que todo lo que sucede en el futbol tiene dos razones indiscutibles: mantener a la población fuera de sus realidad y llenar los bolsillos de dinero a quienes aportan el espectáculo. Un gran negocio, que no tendría nada de malo si no fuera porque el verdadero propósito es mantener hipnotizada a la población.
Solamente que esta vez fue de fuera de donde surgió la interrupción, cosa que no les gusto a los que tienen el aparato del encanto; se vale pero, que esto suceda dentro de los planes de la televisora y no que se meta un espontáneo a querer untar mierda a su sistema. Entonces, ¿no que con la reforma en comunicaciones habría libertad de expresión?, pregúntenle al que se metió con las consignas, que les platique la libre tanda de expresivos garrotazos que le pusieron. ¡Ahí están tus cuarenta y tres palos que querías!, le han de haber dicho.
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