Pintura de Edgar P. Miller. |
Aunque quizás pudo haber otro interés para concesionar el transporte público, debió haberse previsto con la finalidad de que fuera suficiente, una buena fuente de empleo y evitar que existiera una saturación nefasta para cualquiera de los involucrados.
Pero vivimos en México y sufrimos de gobiernos corruptos y según algunos exagerados es algo que se le contagia a los que llegan al poder en nuestro país. Así pues este sector que debió existir para bien, ahora resulta que está ocasionando una guerra que puede desestabilizar el ya desestabilizado estado de cosas aquí en Chilpancingo, cuna de los Sentimientos de la Nación y sí que sentimos a la nación.
Nuestros bien preparados gobernantes que nunca faltaron a clases, a través de políticas corrosivas, han ido destruyendo las fuentes independientes de trabajo no profesional en la ciudad capital, así pues que ya le dieron finiquito a sectores como el comercial, el agropecuario y el industrial: el de la construcción que es profesional pero gran parte es oficio, que era el más importante pero a otros también: los de carpintería y herrería, les está llegando su fin por culpa de las mafias. Ahora, uno de los pocos recursos que tenían aquellos que no habían alcanzado una preparación académica o ya no podían entrar aún con preparación académica en los pocos empleos bien pagados que el lugar tenían, la opción de obtener una concesión de transporte, para generarse su fuente de ingreso decente, era atractiva; incluso algunos dueños de los negocios quebrados optaron por adquirir placas como recurso.
Así fue que al ir desapareciendo las demás opciones, la del transporte se volvió más codiciado (ya lo era; se sabe porque expolíticos y sus familiares son dueños de multitud de concesiones) por lo que llegó a la saturación y la crisis actual.
Ahora, no deja de asombrarme la displicencia con que los gobernantes se hacen a un lado de los problemas que le competen a su trabajo por el que les pagamos todos. Se quejan ellos de que trabajadores como los maestros se levanten en protestas abandonado sus empleos y ellos simplemente no hacen nunca su trabajo, sólo cobran y roban. Así es; porque robar es hacerse de lo ajeno y los dineros del erario no son de estos señores inútiles y corruptos; así pues, que los roban cuando los regalan para sus campañas disfrazándose de programas sociales. Y se demuestra eso, porque los dichosos programas sociales no han resuelto ningún problema social, mas los han complicado.
Los de las organizaciones cometieron un grave error al entablarse en una batalla en lugar de unirse e ir en contra de los funcionarios responsables de resolver el conflicto.
Ya han de estar arrepentidos de lo que hicieron si es que fue ocasionado por el calor del momento; o quizás no, si es que quienes lo iniciaron son un grupo de choque motivados por el mismo gobierno, como el vehículo para acabar con el transporte público concesionado a trabajadores del volante y otorgarlo a empresas extranjeras mafiosas, quienes llegarán para explotarlo y también esclavizar a los del volante.
Lo último del párrafo anterior es solamente una deducción hecha a partir de ver como todo los trabajos independientes no profesionales de pequeños empresarios han ido a parar a las grandes empresas globales.
Así pues como ven, “nada nuevo existe bajo el sol”.