Al parecer el comercio global está soldado, tatuado, herrado, encolado a la mentalidad de los gobernantes, principalmente a los de los países poderosos, por conveniencia; y después a los de los países con recursos naturales por arrastrados y entreguistas.
Y lo global no es lo malo sino quienes se aprovechan de esa libertad para esquilmar a unos y exprimir a otros. El flujo de información y cultura, sin embargo han salido bastante beneficiado.
Me encontré el otro día con un artículo sobre artesanías donde se decía lo siguiente:
“Manos Indígenas, Calidad Mexicana” y “Paraísos Indígenas”, ambos distintivos desarrollados por la CDI para garantizar la calidad de los productos y servicios presentados en este evento.
La liga es la siguiente:
Cuando se habla de la producción de artesanía indígena se intenta engañar; y si es así, no es una visión muy personal para grillar. Utilizar el adjetivo indígena no precisamente es para beneficiar a los grupos originales del país sino como promoción o encubrimiento de algo que le traerá mucho beneficio a quien lo utiliza.
Hablando de México, diremos que aunque quedan algunos pueblos y zonas que podríamos considerar originarias o indígenas. Quiero definir: Porque sí el uso que se le da a la palabra es confuso también es confuso dar una buena definición de indígena. De ahí que la palabra sea muy conveniente para los timadores.
Indígena:
En la RAE:
indígena.
(Del lat. indigĕna).
1. adj. Originario del país de que se trata. Apl. a pers., u. t. c. s.
Utilizando esta definición automáticamente nos referiremos a toda la población de México, pero no sería esa la idea del colectivo consumidor.
En la wikipedia:
Indígena (del latín indigĕna) es un término que, en un sentido amplio, se aplica a todo aquello que es relativo a una población originaria del territorio que habita,1 Que es extraido de la RAE.
Luego dice:
En sentido estricto y más habitualmente, se aplica la denominación indígenas a las etnias que preservan las culturas tradicionales. Con este alcance, se denomina indígenas a los grupos humanos que presentan características tales como:
- pertenecer a tradiciones organizativas distintas al estado moderno,
- pertenecer a culturas que sobrevivieron la expansión planetaria de la civilización occidental.
Los indígenas frecuentemente constituyen una minoría (aunque en algunos casos son mayoría), dentro de estados nacionales de corte europeo, organizados según pautas culturales, religiosas, políticas, económicas, raciales, etc., propias de un entorno mayoritariamente europeizado. De este modo, en el sentido más restringido y utilizado del término, «lo indígena» hace referencia a un remanente pre-europeo que representa en sí mismo una antítesis de la cultura europea.
Como ven con ese pequeño despliegue definitivo, se puede mostrar que con el tèrmino se puede definir mucho y nada.
El caso está, que el engaño viene cuando queriendo hacer creer que se refieren a pueblos originarios, pobres y abandonados que de vez en cuando nos enteramos que existen, porque los verdaderos pueblos indígenas están en el sótano de la atención, lo que realmente hacen es vendernos lo que en un tiempo elaboraban para sus usos y costumbres y ahora los esclavizan haciéndolos para el mercado global, diciéndonos que con comprarlos los ayudamos, si ayudamos a los mismos empresarios insensibles; permitiendo por engaño, como siempre, la explotación del hombre. O sea en el momento en que algún empresario se le ocurrió mercadear las artesanías en todo el mundo éstas dejaron de ser para convertirse en producción industrial; y quienes las elaboran no tienen la sensibilidad ni la intención de quienes originalmente las hacían. Su producción entra a la línea de ensamblaje con los mismos paràmentros que los productos industriales, aumentar la producción, disminuir los costos y aumentar las ganancias. Como sí a Leonardo le pidieran Monalisas por millón.
Y no existe mejor prueba que la historia. Las etnias se vejan, explotan, aniquilan y utilizan, nunca se les otorga independencia. Siempre se les desplaza de sus territorios con cualquier pretexto de explotación de recursos a cambio de miserables limosnas a través de patronatos que hacen su agosto con el respaldo de beneficiarlas, teniendolas siempre como limosneros.
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