viernes, 4 de febrero de 2022

Libertad de expresión.

 


Las redes como un espacio, un hueco, una rendija para que la libertad de expresión fuera para todos. La emoción nos embargó cuando nos dimos cuenta que podíamos publicar al mundo lo que sentíamos, aquello que queríamos decir para que los demás supieran de nosotros; incluso, pedir auxilio o clamar justicia.

No duró mucho el gusto, tal vez 15 años, tal vez menos.

Las corporaciones; y aquellos gobiernos serviles a ellas, se dieron cuenta que darle esa libertada a la población en general, podría ser un peligro para sus intereses, así que iniciaron una reversión del sistema para volverlo igual o muy parecido a como los medios de antes funcionaban; un algo para manipular a la población:

Ahora no son otra cosa que un cine en casa, una televisión con infinito número de canales, pero que al igual que antes están llenos de publicidad; en algunos esta es obvia y en otros subliminal; pero está. Igual con la radio, ahora son millones de estaciones; les llaman pódcast a las trasmisiones, pero no son muy diferentes a las anteriores. Se simula una interacción entre el que domina los canales y aquellos que acuden a ellos, pero sólo es una pantalla, nadie escucha, todos publican.

Las quejas son banalizadas por los mismos usuarios, se diluyen en argumentos fútiles, nunca crece el debate para llegar a una mejor manera de convivir en sociedad.

Como antes lo hacía la televisión y la radio, espesaron libres de pago y luego se convirtieron en pago por evento. Muchos crearon sus propias estaciones y obtienen pagos por lo que trasmiten, pero como el pago depende del rating; y quienes son mayoría se acostumbraron a las banalidades de los medios anteriores; pues, esos nuevos canales en la red publican banalidades. Los hay con mejor contenido pero igual les insertan publicidad aunque el publicador no reciba nada; y si acaso algo, será una bicoca.

La ilusión de un lugar de libertad de expresión se volvió una plaza, un mercado, el molino, el café, la frivolidad a cambió de una sonrisa como única satisfacción; si acaso el meme te la produce. Si encuentras un rincón para expresarte libremente, descubres que el pensamiento libre está decidido por una máquina de los dueños de las redes; o te dejan sin seguidores con el bombardeo que el mismo robot hace de videos fútiles que atraen a las mayorías.

¿La resignación o la lucha hasta la muerte? Es la interrogante en este mundo siempre controlado por los grandes capitales, los nuevos nobles. Que tienen como burócratas serviles de sus corporaciones a los “gobernantes de todo el mundo”.

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