miércoles, 6 de julio de 2016

El medio ambiente.

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Foto de Edgar P. Miller.


Cuando uno se entera por las noticias de que la Profepa detiene obras o sanciona a quienes construyen porque violan las leyes de protección al ambiente, se da uno cuenta de lo ridículo que son esas leyes y lo absurdo de quienes las aplican.
Al parecer para la legislación y para quienes tienen la obligación de aplicarla el medio ambiente solamente contiene algunos animales y árboles sustituibles o reemplazables, ignorando por completo todo el espectro de vida que existe en cada metro cuadrado del espacio vital.
Dándoles el beneficio de la duda probablemente fue para simplificar sus acciones, pero al ser así quedan las leyes con multitud de rendijas por donde las empresas voraces se cuelan para destruir lugares de vida única que deben respetarse, tan solo cumplen un mínimo de los requisitos pero no son suficientes para proteger a ciencia cierta el medio ambiente.
Por ejemplo, en la noticia de la liga que agrego(1) aparece lo siguiente:
“La empresa constructora removió vegetación forestal de selva baja caducifolia sin el permiso correspondiente, por lo que deberá restaurar el área afectada para dejarla como estaba antes de realizar las obras detectadas al momento de la visita”.
Declaraciones como ésta a leguas suena demagógica. Sería  como decirle al homicida que reviva al difunto y que después puede matarlo humanamente. Por lo general todo terminará en ponerle precio a lo liquidado, acción que no devolverá el hábitat perdido.
Cada metro de territorio con vida es especial. En él habitan infinidad de seres de especies y tamaños diferentes, imposible de restaurar una vez perdido.  Por lo mismo, en el tiempo que ya hemos existido con el pretexto de construir hemos exterminado una cantidad de vida que ni siquiera tenemos idea cual fue y que tanta era. Y la prudencia nos dice que debemos de movernos en esto de la vida con cautela.
Seguimos la mayoría de los humanos actuando como lo menciona la Biblia(2), como la especie escogida y propietaria de lo que existe por voluntad divina, sin la pizca de voluntad para proteger nuestro entorno. Nuestra soberbia nos ciega y nos hace verdugos de nuestros compañeros del planeta vivo, los liquidamos sin remordimiento  únicamente por codicia.


(1) http://www.proceso.com.mx/443666/gobierno-guerrero-ejecuta-obras-sin-cumplir-normas-ambientales
(2)   Dios los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.»

Dijo Dios: «Hoy les entrego para que se alimenten toda clase de plantas con semillas que hay sobre la tierra, y toda clase de árboles frutales.»


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