martes, 1 de mayo de 2018

Amanecer o no.





Empieza el día con las campanas de las iglesias, después los gritos del de la basura jefa, enseguida el del gas, luego los del agua; ya bien desmodorrados y tranquilos los zanates, gorriones y cenzontles inician a relajarnos con sus trinos, mientras los ruidos de los motores y las ruedas de los autos y motocicletas intentan opacarlos. Ya en el fondo de todo eso, se escucha a una mujer que gritó: ¡apúrate niña que nos cierran la puerta de la escuela!. Mientras, a lo lejos se escuchan dos que tres balazos. Muy cerca, desde hace unos minutos, el motor de la bomba de agua de mi vecino ronronea insistentemente para subir agua  al tinaco.

Es una mañana cotidiana en la capital del estado: Chilpancingo de los Bravo, Guerrero. Faltaron los tronidos de los fuegos artificiales en los días festivos, que son muchos porque fiesteros son muchos.

En otras partes de la entidad, mientras yo escribía lo anterior ya habían saqueado una tienda la de El Surtidor en Arcelia. De nadie es responsabilidad la seguridad en esa parte del estado, al parecer, al igual que en cualquier otra. Le preguntan al vocero oficial, en la radio: ¿y la policía municipal donde estaba?



A lo que contesta: Como dicen en mi pueblo: bien, gracias.


Mientras las mineras que extraen las riquezas de las entrañas de esta tierra tranquilamente se llevan millones de dólares en minerales, sin compungirse por lo que sucede, si el mineral existe, ¡todo bonito!.

El gobierno del estado presume de la gran afluencia del turismo a los puertos del lugar, haciendo caso omiso o minimizando los asesinatos, secuestros, violaciones, hurtos, etc; criticando de exagerados aquellos medios que publican lo que todos los días suceden en esos lugares.

Morir ya no ocurre en un proceso natural de la vida, la fortuna está dirigida por quienes pagan a los sicarios, pero igual muere gente debido a la ansiedad. la depresión y la histeria ocasionada por la percepción de una posible ofensa del crimen, ahora se vive en un estado mental predispuesto a morir en cualquier momento sufriendo esa posibilidad. Intentar alejarse de la realidad se empieza a dificultar debido a la cercanía de las víctimas, todos hemos sufrido en carne propia o en la de un amigo o familiar la presencia criminal. Negar el mal ya no es opción para aquellos a quienes les resultaba adecuada esta terapia..

Por otra parte, la federación esta entretenida buscando la manera de quitarle popularidad al líder de las campañas a la presidencia; pero como a Che Araña en la canción de Cri Cri, cada que dan un paso para adelante le siguen dos para atrás.

La inutilidad en la seguridad llega a tal, que ya ni para los puestos bien pagados: los de presidentes municipales y regidores, exista quien quiera cubrirlos. En las regiones como el municipio de Chilapa, el terror ya le llegó a quienes gobiernan; o deberían gobernar; porque, al parecer, ahí gobierna el mal.



Parecería simplista pensar que por estar tan ocupados robando los gobiernos legítimos, se les haya olvido la seguridad. Pero igual podemos pensar mal y decir: que así lo quieren o se los mandan aquellas corporaciones que están saliendo beneficiadas con este estado de cosas. No queda duda que muchos están haciendo millones en México a pesar del terror que lleva casi dieciocho años; y no estoy hablando del “Crimen organizado”, al menos que sean los mismos. ¿Serán?

Todos estamos desde que sale el sol en el lugar equivocado, solamente no lo están, aquellos que obtienen ganancia con la situación.

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