martes, 24 de diciembre de 2024

Cuando la paz cayó.

 

 

Este domingo, 22 de diciembre del 2024, fue un día muy especial. Como todo los domingos me levanté, y como les he platicado en otras notas, hice todo eso que acostumbro a hacer antes de partir al punto de reunión. Así que salí en este instante; ya sabía que al menos Manuel y Arcelia me acompañarían.

Llegué al portón de la casa y al salir me di cuenta que también Omar iría, ya me esperaba en su auto, así que me dirigí a él y después de los saludos acostumbrados me trepé al mortal cuatro patas de hule. Inició su marcha, ya la avenida Miguel Alemán mostraba huellas del bacanal que vendría, domingo de pendón festejo; anual donde gran parte de Chilpancingo se une a ponerse una peda de pronóstico, además de cagar, mear y vomitar las calles ya ni decir el volumen inmenso de basura que dejan, bueno esa es su tradición, ser borrachos y sucios.

Llegamos a la plaza, aún no llegaban otros, los otros ¡huy que miedo! Empezaron a llegar, Manuel, santificado, venía de la iglesia, luego Marcos en solitario, No pasó mucho tiempo y aparece Arcelia, se les vio a todos, incluyéndome, la sonrisa de gusto; es un placer caminar con ella, pero este año lo ha tenido ocupado con sus alumnos; y pues enseñar da un placer que supera el que da el campo. De quienes avisaron, faltaba Jorge, se le habló y venía en la urban; o sea en camino. Esperando estábamos cuando sucedió algo inverosímil, de un árbol cercano cayó una paloma como muerta; me dije: –será decepcionada de que en el mundo no es posible la paz y ella es el símbolo–, pero después de una leve sacudida y mirarnos a todo perplejos se incorpora y emprende su vuelo como lo haría cualquier ave orgullosa.

 

Llega Chavira y después de la foto oficial nos dirigimos a los vehículos para partir al lugar de encuentro: Amojileca, en los Sabores del Pueblo, donde por años nos han ofrecido el mañanero café de olla con pan de la región.

Ya en los sabores del pueblo donde Doña Carmen, Eréndira, Susy, Mari Jesús, Kenia y Mode estaban ocupadísimas preparando las viandas del día. La puerta entrecerrada, –pásale Arce que te miren para que se pongan contentas de verte de nuevo– le digo

Pasa e inmediatamente todos los demás, ya estando sentados llega Hermes, luego Víctor con una botella de vino tinto chileno, la sorpresa fue cuando llegó Pancho (Diego Rivera, dicen que se le parece, al menos en el talento sí). Pocos esperábamos su presencia, pero fue una grata, ya queríamos todos, espero, convivir nuevamente con él.

 Ya todos en la mesa con el exquisito café servido junto con el pan, dos que tres se tomaron un mezcal en ayunas, disque para las lombrices, sospecho que, para la cruda o por puro gusto, buen mezcal, buen momento y la vida se acaba: porque no disfrutarla con lo que ella nos da. Se pusieron interesantes las charlas. Hasta que llegó el momento de ir a caminar, ya alguien había mencionado Xocomanatlán, así que porque no, lugar acostumbrado. Yo que propongo la montaña encantada como opción, donde pancho, uno de los caminantes decanos no había ido.  Así que todos rumbo a Xocomanatlán. Como costumbre pasamos al estanquillo de las hijas de Alfonso, yo aparté un litro de leche, de la que producen las vacas, no esa que hacen con química industrial. Ya todos preparados con mochilas, gorras, sombreros iniciamos la caminata. Se hicieron varias paradas tácticas, donde la convivencia fue grata, buenas charlas buenas fotos y momentos encantadores con personas amadas.

 

 Llegamos a la montaña encantada, un encanto de montaña una vista espectacular en medio de un bosque aún encantador. Lo acostumbrado, salieron los mezcales, las viandas y siempre mi amigo Omar con las sorpresas, copas de cristal cortado para los vinos que aparecieron, la bocina para la música ambiental. Volvió a traer el mus de alcachofa; despreciado en una ocasión, en el amacoscle, por la mayoría, pero mi amigo Libra y yo, entonces, le dimos mate. Ahora fue diferente, la mayoría lo degustaron acompañado con los vinos tintos. 

  La naturaleza siempre participativa, así que sentí que alguien con mucho cariño me besaba el cuello, acerque mi mano para sentir quien era y la sujeté amablemente con mis dedos era una araña Neoscona oaxacescis con toda delicadeza la puse a un lado, pasado un tiempo regresó, ahora a darme un faje a mis brazos, igual la desaire nuevamente, así anduvo por todo mi cuerpo hasta que tal vez ya satisfecha de mi se fue.

 

Pues ya terminadas las charlas, saber la mala noticia de enterarme  que murió Silvestre Organista (el chive), vaciadas las botellas y con una hambre de perros regresamos a los Sabores del Pueblo donde ya nos tenían preparadas esas exquisitas viandas, acompañadas del manjar del pobre o sea tortillas recién hechas a la usanza tradicional.

Todo inicio tiene un fin, así que partimos a nuestros hogares y sólo espero que pronto volvamos a tener este momento de gloria.

Mis mejores deseos a todos mis compañeros caminantes, incluyendo aquellos que no estuvieron pero sé que lo desearon.  

 

 

Fotos de Omar Solís Hernandez.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Hilos de lluvia.

 
 

Este domingo que pasó, los caminantes del maguey regresaron a la tertulia poética. La poesía volvió aparecer con metáforas precisas en la voz de la nueva caminante Salomé Torres. Sus poemas nos deleitaron durante la parada acostumbrada para degustar el bodegón y los mezcales de los caminantes. Alterné, con mi pésima lectura, y no queriendo quedar ausente Jorge participó también.

Salomé me convidó su poemario (Hilos de lluvia) y mientras lo leo viajo entre nubes de metáforas surgidas de la mente de una mujer enamorada. Que placer es leer poemas que muestran amor. Ese sentimiento que día con día se va perdiendo para transformarse en intereses materiales, confundiendo las mentes de muchos este sentimiento esplendoroso; como dice una canción por ahí. Para nada amar un auto puede ser amor.

 

el sonido de mis dedos, que despacio andan

entre tus cabellos

 

Se tiene que estar enamorado para entender y más para poder decirlo.

 

Un día, o una noche dejemos huir al miedo.

Dejemos que muera el deseo

dejemos que el desconsuelo se extravíe

guiarnos sólo por la luz de nuestro palpitar

 

Y así verso a verso voy disfrutando cada frase de estos poemas hermosos.

 

Quisiera educarme con el cintilo de tu aliento.

Saber lo que me aguarda. Lo que encontraré

Cuando llegue a los pies de la montaña.

 

Premonitorio, ahí en el pie de la montaña fue precisamente donde nos platicaba sus poemas Salomé.

Y continúa, en el poemario, platicando trozos de su vida en versos que lo platican de la manera más sensible que podría hacerse.

 

Saliste sin avisar, sin despedirte.

Sin poder darnos un abrazo apretado,

en el que se dice todo sin hablar

 

Y se acabó el poemario y quise buscar más folios repletos de tus poemas pero ya habían terminado, sólo quedó el deseo de tener más, sí más, porque aunque fue mucha poesía lo escrito fue escaso tan escaso que me dejó un vacío, grande; que tal vez después se pueda llenar, esperaré.

 

 

viernes, 20 de septiembre de 2024

Juntos vivieron felices.



 

Fue  por ahí del año 1957 cuando aquí en Chilpancingo (una ciudad  que en ese entonces tenía aproximadamente 12 mil habitantes, a la cual llegaban de las poblaciones aledañas, en los transportes foráneos, cargamentos de aves, huevos y otros comestibles para el abasto de la ciudad ), donde se inauguró, como a un kilómetro del centro del lugar, lo que hasta 1987 se le llamaría “la planta avícola”;    realmente este conjunto lo constituían: una planta avícola, con una incubadora para 43 mil huevos y varias galeras para pies de cría; un centro de inseminación artificial, con ocho toros de alto registro; una fábrica de alimento y un centro de fomento porcino; cada uno de los centros con su laboratorio propio. Aunque parezca ficción, por el tamaño de la ciudad, este lugar existió, y lo más asombroso del caso: funcionaba. Esta infraestructura se construyó con la idea, a futuro, de que se edificaran más y de esta manera lograr la autosuficiencia pecuaria. Para lograrlo, aparte de la existencia de la planta avícola, recordemos, que también, a unos metros al este de ésta, existía una Escuela de Promoción Agropecuaria, en la que se preparaban técnicos agrónomos, que, en un futuro, completarían el objetivo deseado. Nadie en esa época imaginaba siquiera  que llegaría la globalización y aunque la misma no fue la causa de que dicho centro y escuela desaparecieran; porque su extinción se debió a causas menos técnicas y más corruptas, sí fue este sistema mercantil lo que me permitió recordar, que sí a la planta avícola se le hubiere visto como la percibieron los que la planearon; sí hubiera prosperado, multiplicándose en el estado y por qué no decirlo en el país, dado que era un proyecto federal, probablemente el estado de Guerrero produciría sus requerimientos de proteína animal e incluso exportaría a otras regiones los excedentes; además de que la mayoría de la población tendría un empleo productivo y no de parásitos como los empleos que tienen la mayoría de los que habitan, Chilpancingo, actualmente. Regresaré  a lo de la globalización, por que casualmente en el lugar donde antes se fincaba el progreso de Chilpancingo actualmente construyeron (estoy hablando del 2005) un centro comercial de la empresa AURRERA, que obviamente no produce nada; que todo los alimentos que vende son de otros lugares lejanos y  tan baratos como los consigan; que no mejora en nada la condición de los habitantes de Chilpancingo; salvo inspirar su ego seudo burgués de decir: qué, aparte de una Comercial Mexicana, un SAMS, ahora también tenemos un AURRERA. Aunque  quizás proporcionen como dicen algunos políticos errados  algunos empleos, sólo que de salario muy mínimo, que sustituyen al mejor salario de los dueños de  los pequeños negocios que quebrarán; no porque estos pequeños vendan más caro, sino porque la condición humana, aquí, al menos en Chilpancingo, es de ir a comprar al lugar más nuevo, con comodidad para estacionarse y  que sea promocionado en los medios, cuestiones que sólo se pueden lograr con una suma de dinero muy grande la cual los pequeños comerciantes quisieran para aumentar su inventario o pagar sus créditos;  el precio a fin de cuentas no es el factor primordial; aunque sí podría serlo, entre dos económicamente iguales.

 Para nuestros actuales y “gloriosos” gobernantes esto es el progreso, sólo que no se dan cuenta que no es el de Chilpancingo; sino que es el de las grandes empresas globalistas y que tarde o temprano nos dejarán en la miseria, sirviendo sólo de esclavos a los intereses de los países del primer mundo que al final son los que se llevan la tajada más grande.

 Eso sí, no me deja de admirar y divertirme maliciosamente  después de  la observación que hice, cuando pasé por ese lugar: donde una vez estuvo la planta avícola, y en el que  viví durante un año; que precisamente, a un lado, colindando, está una Delegación del Gobierno Federal de cuyas oficinas salen empleados los días de quincena, a surtirse en este centro comercial; sin darse cuenta que la presencia del mismo sólo los ofende a gritos; o, como si fuera un cartel enorme, del tamaño de las instalaciones, que escrito les expresa, precisamente a ellos, a esos empleados, que son unos inútiles e incompetentes; y todo esto porque ellos son los empleados, precisamente, de la Secretaria de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación, así de grande es el nombre y así de grande la inutilidad para solventar precisamente todo lo que su calificativo menciona. Ahora los vehículos foráneos llegan a Chilpancingo repletos, no de verduras, no de gallinas, no de huevos, sino que de individuos que vienen; algunos a manifestarse para que les den dinero; otros a comprar víveres y artículos suntuarios en los centros comerciales globalistas que mencioné anteriormente.    

Edgar Pavía Miller

Noviembre del 2005


viernes, 16 de agosto de 2024

Otra vez el mosquito.

 



Ni es el mosquito Aedes el problema del dengue ni serán la solución las nebulizaciones que hacen los irresponsables que las ordenan. Pero sin discusión se hace así, porque es un gran negocio y le da una sensación, a la población poco informada, de que se está actuando para resolver el problema. A la población le molestan más el ruido del mosquito y el piquete que el dengue, de ahí que acepte la acción y, además, busque los recomendados malosos repelentes.

Es un gran negocio, porque los plaguicidas y repelentes que utilizan son caros, los equipos para nebulizar también, además el personal que lo hace cobra un salario; o honorarios si es una empresa la responsable. Esas personas requieren equipo especial para realizar la acción que igual cuesta bastante. Simular que existe una epidemia del dengue podría ser la apertura para un gasto mayor en una vacunación masiva; con una vacuna que no protegerá; como la famosa de Pfizer del COVIT 19.

Atrás del mosquito existe un gran negocio. Nunca acabarán con él porque es el principal socio. Tal vez digan que ya no hay dengue o que ya no es problema como con el paludismo, pero después traerán otro mal culpándolo para seguir quitándole el dinero a la población ya sea directamente o a través de los gobiernos.




O lo peor, ningún plaguicida es inocuo, todos causan daños a los humanos, indistintamente del género. Esa es una acción que tal vez en la mente perversa pueda ser la razón de usarlos, enfermar a la población con ellos para darle riqueza a las transnacionales de la “salud” que debería llamárseles de la enfermedad.

A la población es fácil engañarla, porque es comodina, prefiere que otro haga el trabajo que le corresponde.  Aislar al enfermo, tener mosquiteros, usar pabellones, cubrir los depósitos de agua e informarse del problema son faenas molestas que pocos quieren hacer.

viernes, 19 de julio de 2024

La salud vs enriquecimiento.

  

 

Trabajé en la Secretaría de Salubridad y asistencia cinco años, entré en 1975. Renuncié de ese trabajó por diferentes causas, una de ellas fue que no importa lo bien y el esfuerzo que uno ponga para hacer su trabajo, el resultado siempre será inútil ya que no resuelve ninguno de los problemas que tiene México en salud y asistencia.

Después decidí venir a mi tierra natal con el fin de ser útil a ella, así que no conseguí ningún empleo de acuerdo con mi nivel de preparación y experiencia, por lo que decidí comprar el negocio de mi madre, primero porque ella ya quería deshacerse de él y después porque consideré que al menos con él participaba en el desarrollo de mi región. Pues igual me equivoqué, quienes gobiernan el mundo ya tenían otro plan para este lugar. La agricultura y la ganadería no estaba dentro de ese plan.

Pero con respecto a la salud les comentaré algo interesante; en este preciso momento que existe la histeria por el Dengue y el otro mal que ya tiene cuatro años fastidiando al mundo.

Pues bien, si hubiera agua potable en todas las comunidades todos los días a través de las tuberías, no tendrían que andar gastando en elementos que pasan de casa en casa para revisar si no tienen depósitos de agua abiertos. Esto tiene un beneficio: da empleos, que igual podrían darlo para colocar tuberías y presas.

Teniendo todos los días agua potable en la red, no habría necesidad de tener depósitos: cisternas, tinacos ni mucho menos cubetas, tinas y otros cacharros para recolectar agua.

Así pue se evitaría contaminar el ambiente con químicos para mal controlar el vector.

Sí no hubiera tanto gato en las comunidades, probablemente habría más pájaros que se alimentarían del vector, esto si esa gente los respetara no cortando los árboles y destruyendo sus nidos.

Dije todo esto, con el conocimiento preciso de que a nadie le importa, además no se corregirá, porque hacerlo como se hace es un gran negocio para quienes deciden como se deben hacer las cosas. Y a esos solo les interesa hacerse más ricos.

Y así en todos los problemas que tiene la humanidad.

 


jueves, 11 de julio de 2024

Gobiernos absolutistas.

 


Cuando el entonces presidente de México, Carlos Salinas, “vendió”; regaló pues, Telmex a Carlos Slim, siguió el tratado de libre comercio; y en él, se abrieron las puertas a telefónicas de los países del tratado.  Por cierto, con muchas ventajas para las de afuera y bastantes obligaciones para Telmex.

A diferencia de muchos, yo opté por mantener mis líneas con Telmex y desde entonces las sigo teniendo. La de mi casa ya tiene al menos cuarenta años y la del negocio desde que inició Telmex a tener operaciones en Chilpancingo, al parecer a fines de los 50. Fuimos el número 22 que contrató línea. Entonces para contratar obligaban a comprar obligaciones y acciones.

Pues bien, desde entonces he pagado religiosamente lo que me corresponde a pesar de que el servicio no ha sido regular. Muy caro a finales del siglo pasado.

Todo lo anterior lo menciono porque ya son tres veces que suceden cosas irregulares con la facturación de Telmex. Pero sólo les voy a hablar de la última para no fastidiarlos leyendo tanto.

Resulta que la facturación de mi casa llegó con unos cargos de servicios que yo no contraté. Para esto quiero advertirles que al parecer Telmex llama al teléfono para ofrecer el servicio y si a alguien que esté en la casa se le ocurre contestar ellos de alguna manera determinan que acepta lo ofrecido y a partir del siguiente mes se lo facturan. ¡Cuidado!

Reclamar y lograr que se revierta esa arbitrariedad es lo que ocasiona molestias, en dos ocasiones tuve que recurrir a Profeco, que lo resuelve perfectamente.

Pero dado el número de veces que me ha sucedió y debido a que tengo un cerebro que una vez que nota un problema no para hasta descubrir que lo ocasiona; así que aquí viene la teoría, hipótesis diría mi querido amigo Chavira:

Telmex incluye cobros de servicios en la facturación para que después a través de una argucia aparezca en la contabilidad de Telmex como un servicio contratado, pero que no se pudo cobrar, de esta manera pasa a deudas incobrables y por lo mismo deducibles de impuesto. Quién sabe si exista un acuerdo para que el gobierno las liquide. Sabemos que en eso de los tratados comerciales las empresas se las ingenian para recibir dinero fácil de los gobiernos. Recuerden el FOBAPROA.

Por otra parte, y relacionado con lo mismo, en esto de lo mismo me refiero que cada día que pasa les dejan más decisiones a las computadoras, al grado tal que las redes como Facebook y sus subsidiarias, X y otras ya son estados absolutistas donde ellos deciden cuando eres indeseable y sin defensa te mandan por un tubo. Simulan que puedes defenderte, pero ante ellos y al final ellos tienen la última palabra. Esta semana me bloquearon mi cuenta de Instagram que por que uso tecnología de punta como la IA para robar material de esa red.  Han de pensar que todos tenemos los millones que tienen ellos. Dijeron que era tan solo por 180 días pero que podía impugnar, dan una liga, lo hice em la liga te piden un numero de cel. luego que te tomes un video, que muevas la cabeza a la derecha luego a la izquierda y tan, tan ya está tu impugnación, luego dicen que te resuelven pasado 24 hrs. O se cualquier día, sí es que ellos quieren.

martes, 19 de marzo de 2024

Cuatro litros de Mezcal.

 


Me levanté a las seis de la mañana, bajé ya vestido a la biblioteca a preparar lo que llevaría a la caminata. Lo primero que preparé fue el moka, esta bebida se prepara con cacao y café, sin dulce la prefiero, aunque se le puede poner miel de abeja. Dejé calentando el agua con el cacao, existe algo interesante al prepararla, el cacao ya dorado y molido se pone junto con el agua a calentar, sin embargo, el café se agrega ya que la infusión empieza a hervir luego se apaga, se deja reposar unos dos minutos y se cuela al recipiente donde se transportará.

Lo anterior lo hice en la cocina así que regresé a la biblioteca, bueno dice mi esposa que ya también es taller y cuarto de tiliches, así que ya ahí inicié a meter a la mochila los demás menjurjes que llevaría, ya traía de la cocina una toronja y una rebanada de queso, los que junto a una botella de mezcal los metí.

Revisé en la computadora las redes, el WhatsApp primero, para ver si ya había caminantes dispuestos, nada, bueno revisé mis portales de las demás redes y regresé a la cocina, ya hervía el agua, así que le agregué el café, esperé y colé para que entrara al termo donde lo transporto. Regresé a ponerlo en la mochila.

Ya son las seis treinta y no hay valientes, puse un saludo de buenos días; contesta Emperatriz deseando una buena caminata. Después Nolo sube un buen video de comida mexicana, pero no dan señales de que caminar sea su pasión, tienen otras pasiones. Son caminantes virtuales, nadie dijo nos vemos, no, nadie. No importa me puse las botas, cogí la mochila y un envase, de pet, vacío de agua de seis litros para ir a Xocomanatlán a recoger el mezcal que apartamos; dejó 500 pesos a cuenta Omar. Llevé el de plástico en lugar del de cuatro litros de vidrio porque esa actividad marcó mis planes del día.

Salí de la casa después de dejar un mensaje en el whats que ya me dirigía a la plaza, llegué a ella y ahí en el lugar de reunión estaba Sócrates.

–Que tal Sócrates ¿qué piensas?

–Solo se que no se nada.

Estaba con una perrita, me dijo que ya cumplió los veintisiete años, para Ripley, nunca había sabido de una que viviera más de 15. ¿Será otro logro de AMLO?

Bueno nos despedimos y esperé sentado frente al edificio absurdo de Pioquinto. Nada, sonaron las campanas y ningún valiente se presentó, así que inicié la caminata rumbo al transporte. Ya en el camino fui afirmando mi recorrido: me voy en el transporte a Amojileca, ahí tomo la de Xocomanatlán, recojo el Mezcal con Alfonso y me regreso caminando a Amojileca para comer en los Sabores del pueblo.

Cruce la remodelada Alameda, luego camine por Juárez le tomé una foto a la palmera cuata que está frente a lo que fue casa del Profesor Francisco Escobar seguí hasta llegar a la esquina de 13 de septiembre y ¡oh sorpresa ahí estaba la ceiba. Esa que en otra ocasión dije habían cortado; no miento, incluso iba con Hermes y le dije: –ya viste Hermes cortaron la ceiba.

Me contesto: –sí

Pues no, ahí está, ¿o vivo alternando mi vida entre diferentes dimensiones? 


 Qué bueno que está, ya venía saliendo el vehículo que me transportaría así que le hice la señal, se paró y subí, vacía, bueno no, traía un pasajero, uno viejo como yo, pero algo más timorato ya que venía cubierto con cubre boca, saludé al subir y pagué. Pensé ya se subieron los cuatreros a la diligencia para robar, pero no, llegamos sin contratiempo a Amojileca. Ahí ya estaba a punto de partir el transporte a Xocomanatlán.  Así que me subí, me dije: Víctor anda culeco; yo prefiero los alimentos después del ejercicio. 

 Pague los treinta y cinco pesos que cobra el transporte y esperé, me dijo el chofer que en veinte minutos, así que abrí mi cel en la biblioteca que llevó en él y leí el cuento Perfecto Luna de Elena Garro, en diez minutos de espera llega otro vehículo repleto de turistas que abarrotan el nuestro; bueno el del concesionario.

Salimos y llegué a Xoco, me dirigí con Alfonso, estaba su hija, bueno no estaba, pero después de un rato salió con una sonrisa encantadora, le muestro mi recipiente.

–¡quiere los seis litros!

–no, solo los cuatro que te apartamos.

Me sirve el mezcal, lo arreglo en la mochila e inicio la caminata deseada desde ya algún tiempo.

Caminé disfrutando cada metro del trayecto, no puedo negar que extrañé las peripecias de mis compañeros, las charlas con Chavira, con mi estimada amiga Arcelia y las ocurrencias de Marcos. Al renovado caminante Álvaro con quien se reiniciaron las fogatas para comer tacos con tortillas calientes y desde luego a Omar con todas las experiencias que hemos vivido.

 

Caminé buscando todas las veredas posibles y puedo decir que fue poco lo que caminé por la carretera, me fastidia. Encontré parajes interesantes,  iba tan emocionado que se me olvidó por completo que traía cargando los cuatro litros de Mezcal, llevaba otro medio litro para el consumo del trayecto, así que hice tres paradas mezcaleras; incluso en los límites del terreno del papá de Víctor puse el bodegón. Tomé hermosas fotos y fui escuchando la música que me gusta todo el camino; incluso, en una parada se me acercaron las aves, vi volando a un halcón o gavilán con su cría o pareja.

 

Al pasar por la cueva a lo lejos oí que me gritaron, al parecer era Emiliano; lo saludé, ya no tuve ánimos de visitarlo porque el hambre es canija. En otra ocasión espero.

No se me cruzaron ni animales de uña ni venenosos, mucho menos sicarios y chaneques. Fue una buena caminata, con la inspiradora compañía de las vibraciones dimensionales de todos los que han caminado conmigo; o yo con ellos.