sábado, 13 de octubre de 2012

El saludo.




Composició pictórica de una foto de Carlos Nunez 



Me he dado cuenta que a manera que la población creció para convertirse en ciudad y sigue creciendo, el saludo entre los coterráneos se va escaseando.
Recuerdo aquellos tiempos de niño, cómo al caminar por las calles, los que se cruzaban en el camino se decían el clásico ¿Ya?
Ahora el ¿ya? se acabó.
Los clásicos saludos entre los vecinos: Buenos días carmelita, buenos días Meliton. Cada día que pasa son más escasos.
Ahora cruzamos entre extraños y el saludo parece una mentada, nadie quiere soltarlo. Por otra parte, cuando alguien nos mira esperando el saludo uno cree que es un delincuente que nos está midiendo para ver cuanto nos va sacar en el secuestro o como nos transará en una operación falsa o mínimo espera que nos descuidemos para volarnos lo que llevamos en la mano o sacarnos la cartera.
Va uno tan metido en sus problemas al caminar, que cruza con amigos y ni cuenta nos damos, lo mismo los amigos, ya sea por la misma razón o porque van agachados viendo el celular.
Ni que decir del: permítame pasar, o al menos hacerse a un lado cuando viene alguien caminando estando uno parado en la banqueta bloqueándola sin hacernos a un lado para que pase el que camina en esa dirección; como vacas paciendo estamos parados en las banquetas interrumpiendo el paso, ya sea esperando a los niños que salgan de la  escuela o al transporte colectivo o privado, ni siquiera como antes cuando una chica venía y todos le dábamos el paso para admirarla y al menos decirle un piropo, ahora si le dices algo te demandan, ni se te vaya ocurrir sonreírle a un bebé porque te acusan de pederasta.
Saludar en la calle está haciéndose raro, antes no se saludaba uno de beso ni de mano solamente el ¿como estás?  o ¿que tal?; los besos en la calle ni con la novia, los besos eran en privado, ahora el saludo es con besito simulado en el cachete, pero sin llegar a dar el beso, no sucede a menudo en la calle, más bien el saludo pasó a ser dominio privado, ahora saludar en público es tan raro como tener sexo en la calle. Solamente en las reuniones aparecen los saludos al iniciar y los despidos al terminar; incluso los mismos que en las reuniones se saludan no lo hacen cuando en la calle se cruzan.
Fíjense que el otro día me di cuenta, en la plaza, que ni los soldados lo hacen como antes, probablemente ya no es obligatorio.
Tal vez ni sea necesario, es un protocolo quizás cursi, pero quise comentarlo.

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