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Chilpancingo (1924) calle V. Guerrero vista al norte. |
Hurgando en el material que
tengo escrito me encontré éste, donde inicio un manual, se los dejo aquí para
su deleite y servicio.
Manual del buen Chilpancinguense.
Antes de iniciar
quiero explicar de manera corta quien es el Chilpancinguense, para que a partir
de esta leve definición se tenga un entendimiento mayor del manual.
El Chilpancinguense es antes
que todo, una persona nacida en la ciudad de Chilpancingo, Guerrero, México.
También lo puede ser alguien no nacido que por gusto y preferencia decidió
quedarse a vivir aquí; no así, el que por fuerza radica en la ciudad. El
Chilpancinguense no es rico pero se siente y actúa como rico (por cierto cuando
alguno de ellos lea este libro, dirá: -yo soy rico y sí soy
Chilpancinguense; argumento que confirmará lo dicho), Es alcohólico pero
reniega y critica a los que se emborrachan; incluso es de los que proveen la
bebida a pesar de criticar a los borrachos; ya que en sus fiestas siempre
estará presente el alcohol de moda; pero aún haciendo esto, criticará toda
reunión donde se esté bebiendo, también luchará, contra lo que no le conviene,
utilizando como arma de crítica; aquello, de decir que ahí se venda, tome o
regale bebida. Es festivo debido a que festeja todos los días que puedan ser
festejables. Es responsable con sus hijos y está dispuesto a ahogarse en deudas
con el propósito de que ellos realicen sus estudios. Es influyente ya que
siempre encuentra el modo de hacerse de una amistad encumbrada en el poder; si
es que no ya tiene un familiar dentro del poder. Es religioso, no porque profese alguna
religión como debe de ser; sino porque cumple con todas las ceremonias de la
religión que signifiquen un medio de deslumbrar a sus vecinos como son: los
bautizos, quince años, bodas, velorios, novenarios, confirmaciones, etc.; incluyendo
a san judas y la virgen de Guadalupe. Considera que un trabajo sólo es el que
se hace como empleado; la iniciativa privada,
es sólo un complemento del trabajo ya que para su idiosincrasia es preferible: “la
gota que dura que el chorro que se agota”. Sus aspiraciones son pues, tener
un puesto del gobierno federal, una casa propia, un auto y que sus hijos
terminen una carrera. Acuérdese aquello: “de que papelitos hablan”. Dentro
de sus aspiraciones no se incluye, que estén preparados para el puesto, el que
sean solventes para adquirir bienes materiales, ni el que sus hijos realmente
aprendan una profesión; sólo está el logro de tenerlo sin importar los valores.
A continuación, ahora sí, el
manual:
1.
Desde
el momento de nacer: para ser un chilpancinguense distinguido, indistintamente
de la capacidad económica de sus padres, deberá llegar al mundo en el sanatorio
de moda del lugar; o en su defecto, el de una de las ciudades mayores más
cercanas al lugar.
2.
Al
llegar a la edad preescolar deberá asistir al jardín de niños de moda, claro
está, ya bautizado en una ceremonia grandiosa, sin importar lo lejos que pueda
quedar del domicilio de los padres; si los ingresos de estos es precario,
entonces deberá el jardín de niños ser privado de preferencia el más caro.
3.
Al
igual que en el punto dos, al llegar a la edad escolar de primaria, sin
importar lo que los padres tengan que hacer para cumplir con los requisitos de
inscripción, deberá entrar a la primaria de moda; hacer tres días de cola,
deberá considerarse un privilegio. Los padres deberán hacerle al niño todas las
tareas que se le ocurran al maestro dejarle, acudiendo a donde les sea posible,
incluso pagándole a alguien, para que les ayuden a responder todas las
preguntas absurdas que se le ocurren al instructor. También los tutores deberán acudir a todas
las juntas de padres de familia a las que son convocados, sin perderse todas
las idioteces que a los brillantísimos maestros se les ocurra decir con el
pretexto de que es para el bien de los hijos. Que quede claro que para poder
asistir a las juntas es requisito dejar toda obligación cotidiana, ya que las
juntas deberán ser dentro del horario donde más daño ocasionen a los padres en
sus actividades productivas y así no afectar el tiempo libre de los profesores,
el tiempo de clases de los alumnos, queda claro que no tiene importancia.
4.
Cuando
cumpla la edad necesaria para ingresar a la secundaria, también asistirá a la
de moda, sin importar que para lograr su ingreso tengan sus padres que sobornar
al director. Durante la secundaria el joven deberá al menos emborracharse una
vez hasta las manitas; hacer el ridículo ante los conocidos, incluyendo sus
padres, de esta manera se irá preparando de forma muy importante para ser un
buen chilpancinguense.
5.
Ya
teniendo la edad para bachiller los padres le aconsejan que estudie un
bachillerato que le permita continuar una carrera que lo coloque en un trabajo
dentro del gobierno, de preferencia una de aquellas que ya tienen seguro el
trabajo al salir, eso es lo importante, la vocación no importa.
6.
cuando
llegan a la edad de los estudios profesionales las carreras preferidas serán en
el siguiente orden de importancia:
maestros; abogados, médicos.
7.
Ya
egresados inmediatamente si no salen con trabajo recurren a sus influencias
para conseguir uno, sino, compran una plaza a algún burócrata por retirar o alguno
de los parientes de un empleado difunto; o, incluso, con algún funcionario de
alto rango, que los hay que se las gastan para estos asuntos, para que se la
venda. Ya instalado en su empleo: rango y sueldo no importan, el tiempo, según la
costumbre, hará el progreso y siempre queda la esperanza de la jubilación
segura. Además teniendo el ingreso aunque pequeño también se tienen todas las
“prestaciones”; por
otro lado, en sus tiempos libres, e incluso en los no tan libres
o que no deberían ser libres, pueden emprender un negocito.
Pues les dejo la primera
entrega de este manual, en un tiempo no programado aún les daré la siguiente.