jueves, 6 de junio de 2013

Manual del buen Chilpancinguense.

Chilpancingo (1924) calle V. Guerrero vista al norte.

Hurgando en el material que tengo escrito me encontré éste, donde inicio un manual, se los dejo aquí para su deleite y servicio.

Manual del buen Chilpancinguense.
Antes de iniciar quiero explicar de manera corta quien es el Chilpancinguense, para que a partir de esta leve definición se tenga un entendimiento mayor del manual.
El Chilpancinguense es antes que todo, una persona nacida en la ciudad de Chilpancingo, Guerrero, México. También lo puede ser alguien no nacido que por gusto y preferencia decidió quedarse a vivir aquí; no así, el que por fuerza radica en la ciudad. El Chilpancinguense no es rico pero se siente y actúa como rico (por cierto cuando alguno de ellos lea este libro, dirá: -yo soy rico y sí soy Chilpancinguense; argumento que confirmará lo dicho), Es alcohólico pero reniega y critica a los que se emborrachan; incluso es de los que proveen la bebida a pesar de criticar a los borrachos; ya que en sus fiestas siempre estará presente el alcohol de moda; pero aún haciendo esto, criticará toda reunión donde se esté bebiendo, también luchará, contra lo que no le conviene, utilizando como arma de crítica; aquello, de decir que ahí se venda, tome o regale bebida. Es festivo debido a que festeja todos los días que puedan ser festejables. Es responsable con sus hijos y está dispuesto a ahogarse en deudas con el propósito de que ellos realicen sus estudios. Es influyente ya que siempre encuentra el modo de hacerse de una amistad encumbrada en el poder; si es que no ya tiene un familiar dentro del poder.  Es religioso, no porque profese alguna religión como debe de ser; sino porque cumple con todas las ceremonias de la religión que signifiquen un medio de deslumbrar a sus vecinos como son: los bautizos, quince años, bodas, velorios, novenarios, confirmaciones, etc.; incluyendo a san judas y la virgen de Guadalupe. Considera que un trabajo sólo es el que se hace como empleado; la iniciativa privada[1], es sólo un complemento del trabajo ya que para su idiosincrasia es preferible: “la gota que dura que el chorro que se agota”. Sus aspiraciones son pues, tener un puesto del gobierno federal, una casa propia, un auto y que sus hijos terminen una carrera. Acuérdese aquello: “de que papelitos hablan”. Dentro de sus aspiraciones no se incluye, que estén preparados para el puesto, el que sean solventes para adquirir bienes materiales, ni el que sus hijos realmente aprendan una profesión; sólo está el logro de tenerlo sin importar los valores.
A continuación, ahora sí, el manual:

1.     Desde el momento de nacer: para ser un chilpancinguense distinguido, indistintamente de la capacidad económica de sus padres, deberá llegar al mundo en el sanatorio de moda del lugar; o en su defecto, el de una de las ciudades mayores más cercanas al lugar.
2.     Al llegar a la edad preescolar deberá asistir al jardín de niños de moda, claro está, ya bautizado en una ceremonia grandiosa, sin importar lo lejos que pueda quedar del domicilio de los padres; si los ingresos de estos es precario, entonces deberá el jardín de niños ser privado de preferencia el más caro.
3.     Al igual que en el punto dos, al llegar a la edad escolar de primaria, sin importar lo que los padres tengan que hacer para cumplir con los requisitos de inscripción, deberá entrar a la primaria de moda; hacer tres días de cola, deberá considerarse un privilegio. Los padres deberán hacerle al niño todas las tareas que se le ocurran al maestro dejarle, acudiendo a donde les sea posible, incluso pagándole a alguien, para que les ayuden a responder todas las preguntas absurdas que se le ocurren al instructor.  También los tutores deberán acudir a todas las juntas de padres de familia a las que son convocados, sin perderse todas las idioteces que a los brillantísimos maestros se les ocurra decir con el pretexto de que es para el bien de los hijos. Que quede claro que para poder asistir a las juntas es requisito dejar toda obligación cotidiana, ya que las juntas deberán ser dentro del horario donde más daño ocasionen a los padres en sus actividades productivas y así no afectar el tiempo libre de los profesores, el tiempo de clases de los alumnos, queda claro que no tiene importancia. 
4.     Cuando cumpla la edad necesaria para ingresar a la secundaria, también asistirá a la de moda, sin importar que para lograr su ingreso tengan sus padres que sobornar al director. Durante la secundaria el joven deberá al menos emborracharse una vez hasta las manitas; hacer el ridículo ante los conocidos, incluyendo sus padres, de esta manera se irá preparando de forma muy importante para ser un buen chilpancinguense.
5.     Ya teniendo la edad para bachiller los padres le aconsejan que estudie un bachillerato que le permita continuar una carrera que lo coloque en un trabajo dentro del gobierno, de preferencia una de aquellas que ya tienen seguro el trabajo al salir, eso es lo importante, la vocación no importa.
6.     cuando llegan a la edad de los estudios profesionales las carreras preferidas serán en el siguiente  orden de importancia: maestros; abogados, médicos[2]
7.     Ya egresados inmediatamente si no salen con trabajo recurren a sus influencias para conseguir uno, sino, compran una plaza a algún burócrata por retirar o alguno de los parientes de un empleado difunto; o, incluso, con algún funcionario de alto rango, que los hay que se las gastan para estos asuntos, para que se la venda. Ya instalado en su empleo: rango y sueldo no importan, el tiempo, según la costumbre, hará el progreso y siempre queda la esperanza de la jubilación segura. Además teniendo el ingreso aunque pequeño también se tienen todas las “prestaciones[3]”; por otro lado, en sus tiempos libres, e incluso en los no tan libres[4] o que no deberían ser libres, pueden emprender un negocito[5].
Pues les dejo la primera entrega de este manual, en un tiempo no programado aún les daré la siguiente.






[1]  Consideré iniciativa privada como aquel trabajo que se tiene sin tener patrón, como el de comerciante o profesión libre u oficio.
[2] En Chilpancingo les dicen doctores.
[3] Como prestaciones se refieren a los seguros médicos, que ellos mismo consideran pésimos, prestamos que siempre están paliando por que se los den, créditos para sus viviendas que son tan pocos que siempre faltan viviendas, etc.
[4] Esto sucede ya que algunos dentro de sus horarios de trabajos venden ropa perfumes y otra cosas incluso alimentos a sus compañeros.
[5] Me refiero a vender ya sea fuera o dentro del empleo productos de esas casas que venden por catalogo.

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