miércoles, 19 de junio de 2013

México-Brasil.


Me senté cómodamente en la silla del escritorio, ningún cliente se atrevió a entrar durante un rato, sabiendo de antemano que no habría ventas porque iniciaba un partido de futbol, de un torneo internacional donde participa el equipo al que le llaman selección nacional mexicana. Prendí la televisión para darme un pericazo de esta droga mediática.
Ahí estaba empezando; apenas un minuto de juego; como siempre, los comentarios lambiscones de los locutores mexicanos para el equipo de Brasil, sí México contra Brasil, en el campeonato mundial de confederaciones, un torneo al igual que otros controlados por la organización fascista (FIFA). Que también controla todo lo que se haga y diga dentro del futbol profesional.
Decidí apagar el sonido para poder tener mi propia opinión en cuanto a lo que sucedía en el juego, sobretodo intentar creer que todavía es un deporte y tratar de disfrutar la competencia, le digo juego, porque ya tiene buen tiempo que dejó de ser deporte el futbol profesional, ahora es un espectáculo donde unos enajenados aceptan que les quiten su dinero a cambio de un atracción mediocre, pero que les da lo que necesita el poco cerebro que tienen que no puede aspirar a algo más complejo. Quienes narran el encuentro se encargan de encender el espectáculo con un chorizo de comentarios idiotas que no tienen que ver para nada con un deporte. Esta vez, como en la lucha libre, hasta sangre hubo, todo un show.
Seguí pegado a la pantalla de vidrio para verlo completo, un encuentro donde lo mejor de todo fueron las capacidades histriónicas de las verdetes de ambos equipos, gestos y mímicas de dolor y muerte por supuestas faltas que sólo existían en su tierna imaginación. Una distracción armada con lo necesario para que el público de ambos países se fueran a un viaje de fantasía lejos de la realidad cotidiana, olvidándose por un lado los de Brasil de como los grandes intereses económicos del mundo matan la naturales de su tierra para obtener ganancias colosales dejándolos posteriormente con un páramo estéril bajo la cubierta de gobiernos inútiles y traidores; Por el otro lado con gobiernos clones, los mexicanos dejan por un momento de sentir la desesperante agonía que impera en este país al ver gente aniquilada por doquier... un pensamiento de pronto asoma en el espacio casi vacío del cráneo de quienes se encuentran viendo el partido incluyéndome. al saber que México pierde el encuentro, quizá, perder es nuestro destino, además también sirva para evitar algunas muertes, ya no de mexicanos sino de algunos brasileños que se hubiesen suicidado o infartado al saberse derrotados otra vez por los mexicanos, ahora, en suelo brasileño, población que se mueve al ritmo que le marca el futbol. Alienante juego éste, que utilizado por quienes gobiernan mantiene sumiso a los pueblos ante el sometimiento bárbaro que hacen en estos tiempos los poderes globales que los controlan.
Apago el televisor, sin nada que haya hecho de mi mejor hombre; sin un conocimiento más que pudiera haber deseado tener; lo mismo, repetido ya desde hace mucho tiempo, que ni divierte ni educa; ni siquiera me causa algún sentimiento placentero para desear seguir viéndolo. La droga ya no funciona en mí, ahora ni cruzándola con futbol me hace gozar un instante. Mientras esto sucedía fuera del estadio, golpeaban a los manifestantes que en lugar de ver fútbol luchan para tener un mejor futuro, sino para ellos al menos para sus descendientes. Aquí en México quienes veían el partido por la televisión siguieron oyendo y oyendo comentarios de los medios para que el bálsamo de sus mentiras pudieran cubrir la herida lacerante que produjo esa derrota, otros se emborracharon con las bebidas compradas para el festejo de la futura calificación, muchos no pierden la esperanza para que su selección llegue al mundial y entonces sí otra vez fracase igual.
Sí, porque si después de tantas veces no se han dado cuenta que esto no es de ser mejores en el futbol, sino de ser mediocres como individuos para ser explotados con las mismas argucias que se utilizan desde la conquista, tenernos atrasados y convencidos de que somos inferiores y que tienen que ser quienes vienen de fuera los que nos harán mejores. Como ahora lo están maquinando con la explotación de los recursos energéticos.
Si no se han dado cuenta que quienes manejan el futbol en México son los mismos que nos pusieron al imbécil que tenemos de presidente, sí imbécil para que sea nuestro reflejo, si el presidente es un idiota mucho más lo somos todos que dejamos que las cosas fueran así. Por eso así lo hacen.


Pero en fin los dejo, no se pierdan el partido contra Japón.

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