martes, 13 de agosto de 2013

Cría cuervos y te sacarán los ojos.

"Crows" pintura de Adrienne Stein
Durante el tiempo que he sido comerciante me he enfrentado a situaciones similares a la que actualmente sucede con la reforma energética, no quiero decir que es lo mismo; ya que ni haciendo polvo a Pemex, una partícula de polvo podría compararse con mi negocio, solamente quiero hacer una analogía con algo más simple para explicar lo que parece complejo de la reforma en mención.


Resulta que mi negocio tenía tratos comerciales con los grande laboratorios de medicamentos, esos que aún suenan en el mundo global: Bayer, Pfizer y Novartis; por cierto la relación parecía ser de buenos amigos, yo promovía sus productos y ellos me daban las mejores condiciones para poder hacerlo. Quiero recordarles que mi negocio fue el segundo de su tipo en el Estado de Guerrero y el primero en Chilpancingo, así que para los años noventa el mercado de los productos de esas empresas ya estaban bien posicionados y como consecuencia estas empresas ya tenían una gran cartera de clientes dentro del estado.


Gradualmente las grandes compañías me fueron pidiendo que dejara de compra mis productos directamente con ellos sugiriendo que mejor optara por hacerlo con un intermediario que ellos me proponían. Uno de los argumentos preferidos fue que así me darían mejores condiciones y que la atención sería personalizada. No se si esas personas son tontas, ignorantes o simplemente perversa. Era seguro que sabían ellos que yo tenía experiencia tratando con intermediarios. Ya sabía lo inconveniente y desventajoso que era comercializa de esa manera, por lo que yo les advertí que si no me vendían directo no vendería sus productos; que buscaría, entre los otros laboratorios, quién quisieran vender genéricos de sus productos. No les importó, claro, quienes me lo dijeron eran empleados sin decisión, obedecían órdenes de la matriz fuera de México, así fue que le dejaron de vender a mi negocio. Las empresas que menciono que aún existen fueron las últimas en hacerlo, las primeras ya no existen en el mercado de la medicina veterinaria, fueron absorbidas por las más grandes; una de ellas Pfizer. Yo sigo sin vender sus productos y muchos de los que existían ya no se consiguen en el mercado ni con sus distribuidores ni genéricos.


Tratar con intermediarios es por consecuencia una manera de encarecer el producto final, el intermediario también quiere su parte y para obtener ganancias disminuye gastos demeritando la atención como consecuencia el abasto. Pero eso no es todo. El vendedor final no trata con el fabricante, entonces no existe seguridad de que los productos que se venden sean originales, la demanda de los más populares genera un mercado negro de productos piratas. Curiosamente en algunos casos el mismo pirata es el fabricante original, lo hace de esa manera para vender más, abaratando costos.


Un país corrupto facilita todo a los empresarios sin escrúpulos. No veo por qué no será igual con el petróleo. Si no se puede cuidar a los ciudadanos del acoso de la delincuencia, ¿como van a vigilar que las compañías extranjeras no saquen el petroleo que quieran sin reportarlo?. Sobre todo en el mar profundo. ¿Quien podrá obligarlas a dar mejores precios, cuando saben que ya se pagan los que se cobran ahora?.


Así es que con la producción petrolera mexicana, al intervenir intereses de otras naciones en la explotación, transformación y distribución del petróleo y sus derivados nos vamos a encontrar con una multitud de condiciones turbias en relación a ese mercado. Aparte, de que el consumidor final tendrá que pagarlos más caros y de peor calidad, debido a la demanda y a la codicia de quienes los mercadean por las ganancias. Una empresa que vende en un país de primer mundo, el mismo producto que se necesite aquí, va querer venderlo al precio de aquel país, o simplemente no abastecerlo al consumidor de aquí. Esto último ya está sucediendo en otros giros.


Regresando a lo de mi negocio, los medicamentos que desaparecieron fue porque en el mercado global no interesaban y a los nuevos dueños no les interesa el mercado local.


Terminando, para no alargar la conversación, antes de permitir manos ajenas en nuestra cartera debemos asegurar que tenemos la manera de defender ésta. Oponerse a la reforma es una forma de defensa. Sin importar que dijo Cárdenas.

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