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En relación a comentarios sobre el lenguaje burocrático en el sector educativo, se me ocurrió lo siguiente; ya que ellos no le quieren llamar pan al pan y vino al vino:
Pues resulta ahora qué, al que egrese de maestro
examen le harán para que cuadre
con su trayecto productivo,
aunque la experiencia nos dice
y conste que esto no lo digo por desmadre,
que huele a negocio de un vivo;
ya que late que aparece una revolución con esto.
El que como maestro quiera fungir
al encuadre debe ir;
pero no por ser pudiente educador
sino como esclavo sin pudor,
donde tendrá su área de oportunidades.
Que habrá puesta en común
ya que los entes, a educar, son particulares,
con problemas y dificultades;
cosa mal vista en las escuelas oficiales.
Donde todo es tronco común
y donde nadie aprende oficio o cosa
por falta de planificación.
Ahora para corregirlo, se hace una selección,
con línea de investigación,
como se hace con los criminales.
Aunque si algún funcionario quiere;
de esos comunes y plebes,
buscará a la más buena alumna,
con línea de acercamiento,
para los encuentros carnales.
O si por diferencia de género se trata,
con malla curricular;
al más bueno chico maltrata,
pidiéndole su currículo
y con acoso epidémico
presumiendo su cuerpo académico
enamorará al chico.
Edgar P. Miller.
Agosto del 2014.
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