Inicio del día almorzando.

El almuerzo varía según el lugar del mundo en que se habite, incluso de familia a familia cambia la cantidad, la hora, el orden y viandas que se comen. Así que yo aquí eso no lo discutiré ni intentare influir en la manera de realizarlo, sólo es información cultural lo que expondré. Yo mismo en diferentes etapas de mi vida lo he tomado de diferentes maneras.


Hablaré de como lo realizo ahora a los sesenta y cinco años. Para mí el almuerzo no es la comida principal del día es sólo un alimento necesario para llegar al plato fuerte a mediados del día laboral. Como costumbre se ingiere entre las nueve y diez de la mañana. Y desde niño poco ha variado la hora, tal vez cuando estudié en México un poco pero después siguió así.


Por lo general despierto y me levanto a las siete de la mañana, para nada hambriento, algo sediento, por lo que me tomo dos vasos de agua clara sin nada en ella sólo la contaminación que se le cuela a la purificación; a partir de ese momento me muevo y continuó con mi actividad todo el día, ya regresó a la cama después de la medianoche. Así que por ahí de las nueve de la mañana, como ya les dije, me siento para almorzar.


Me gusta iniciarlo con fruta o jugo de frutas y como en el reportaje de las comidas que ya les ofrecí, se los mostraré con fotos y día por día, aclaro que las fotos fueron tomadas justo antes de ingerirlos:


El lunes: inició con frutas principalmente del huerto cuando hay o sino de la estación, esta vez fue toronja y papaya, siempre prefiero un cítrico por lo de la vitamina C pero más porque me gustan, las guayabas tienen más vitaminas C, cuando tenemos en el huerto las comemos a todas horas.

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Sigo con huevos, cada lunes se cambia la manera de hacerse, pueden ser solamente revueltos con tortillas y salsa o se les puede agregar cebolla, chayote u otra cosa más. Los acompaño con café con leche sin dulce.

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El martes: Este día es el día del amor, es cuando salgo con mi mujer a desayunar fuera, escogemos un restaurante cualquiera y el desayuno que se escoge es de antojo, en esta ocasión, comí jugo de naranja, moronga a la mexicana acompañada de frijoles con queso y tostadas, de bebida café solo sin azúcar ni alguna otra cosa. La mitad de un pan dulce, de preferencia de los elaborados en las panaderías tradicionales de Chilpancingo.

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El miércoles. Fruta al inicio, este miércoles ciruelas de nuestra Sierra Madre del Sur, toronja y papaya como inicio.

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Seguimos con avena con leche cocida espesa, no atole, endulzada.

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Jueves: Inicio el almuerzo tomando un jugo de betabel, zanahoria, apio y manzana. Algo de papaya.

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Le sigo con café con leche acompañado de pan tostado untado con natas y miel. El pan en ocasiones es con mantequilla y mermelada casera esta mermelada elaborada por un servidor con frutas del huerto. El pan integral o centeno de caja preferente fresco cuando se consigue.





El viernes:


Inicio con una toronja acompañada de algo de papaya, les vuelvo a comentar que la fruta varía según la temporada.

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El queso es un alimento que siempre ha estado presente en la mesa de la casa, mis raíces ganaderas hicieron que los lácteos fueran base en la alimentación de toda mi vida.


Este viernes comí tacos de queso fresco de ese exquisito con un sabor especial que elaboran en Zumpango, poblado hermano de Chilpancingo, fueron con tortillas recalentada, condimentado con una sabrosa salsa de tomate verde de esas ricas que se acostumbran en México.

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Los tacos los acompañe con un rico atole dulce de avena con leche.



El sábado:


Día de futbol, me preparo para ir a jugar uno de los dos partidos que tengo en la semana. Este día como los anteriores se inicia con fruta, ya parece monótona porque hemos estado comiendo papaya y toronja casi toda la semana, pero ya habrá otras semanas distintas.

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Mi almuerzo consiste, además de las frutas, en un licuado de avena cruda con plátano entero; o sea con todo y cáscara, exquisito; parece malteada. Endulzado.


El domingo llega: Este día realmente el almuerzo es mi comida pero diré que almuerzo algo antes, tomo agua como ya había comentado y en ocasiones medio vaso de leche fría, esto de la leche fría entre comidas fue algo que se me hizo costumbre cuando estudiaba, era el alimento más barato y cómodo, después, algo que vienen a ser como botanas en el descanso de la caminata dominguera, es cuando paramos un momento en algún hermoso lugar y degustamos mezcales acompañados con viandas que cada caminante lleva, este domingo llevamos huevos de codorniz en vinagreta con verduras, ajos en escabeche, tripas de puerco, queso, mandarinas, cacahuates japoneses y desde luego los mezcales. Provecho.


Puse la foto del almuerzo que el domingo es mi comida, sólo para presumir el exquisito entomatado que prepara Lupita para darle gusto a los caminantes y a su distinguida clientela, con café de la olla y desde luego mezcal..

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Como ya han de haber notado como de todo, eso sí poco. Incluso entre los alimento que ingiero existen varios que han sido desprestigiados otorgándoles valores negativos y enfermizos. La comida no es mala por sí misma, básicamente el mal lo hacemos nosotros cuando exageramos el consumo en cantidad y haciéndola poco variada. Buen provecho.

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