jueves, 10 de diciembre de 2015

Riqueza mineral.

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Foto de Edgar P. Miller.


Casi todos los días se leen notas sobre compañías mineras, que haciendo trampa a comunidades, explotan el subsuelo para su beneficio. Es interesante mirar como nos platican los hechos; como cuentos de aquel ogro que come niños indefensos. Así nos dicen que llegan estos empresarios con los comuneros y a base de ofertas falsas y engaños los convencen de firmar para poder explotar el subsuelo y sacar la riqueza de él. Se aprovechan según dicen de la ignorancia y pobreza, ocasionando además divisiones entre ellos corrompiendo a algunos y logrando su objetivo que es el de sacar esos minerales. Esto es claro una manera de orientar nuestro coraje y frustración en contra de los pobres comunero y no del verdadero culpable.
Aquí les pongo parte de la constitución para que sepan lo que quizá no saben o no han querido saber.
“Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; de todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal de gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los productos derivados de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos; los yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; y el espacio situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el Derecho Internacional”.
Como ven, el subsuelo no es de los comuneros es de la nación, y por si no lo saben, la nación somos todos; y está representada por los tres poderes de gobierno: ejecutivo, legislativo y judicial. Así pues, que si existe alguna empresa sacando minerales de México: o lo hace invadiendo el territorio; lo que sería un acto de guerra; o lo hace con el permiso del gobierno, lo que sería un abuso de este último a quien corresponde el dominio directo; y desde luego, en beneficio de la nación y no de terceros. Por lo que permitir que negocien estas empresas con comuneros es indebido, probablemente una traición a la nación.

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