Foto de Edgar P. Miller |
Cuando el presidente de México G. Díaz O. propuso el Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, (Tratado de Tlatelolco) tal vez fue bajo presión de los Estados Unidos, para evitar que los países emergentes del continente compitiera en el desarrollo tecnológico y después no le hicieran caso. Durante los años anteriores y los que siguieron, las potencias que emergieron y las que continuaron siendo después de la segunda guerra mundial, se dieron a una tarea concienzuda para mejorar y sofisticar su armamento nuclear. Lo que actualmente hacen en lo atómico esas naciones estigmatizadas como Corea del Norte e Irán no es ni remedo de lo que hicieron las mencionadas primero y que en base a ese armamento controlan con la pistola en mano a todo el mundo.
En las ligas siguiente podrán mirar la magnitud de lo mencionado.
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