Camino despacito,
tratando de no quedar muy contiguo a la calle, me pego a la pared durante un
rato para continuar seguro, en una banqueta de veinte centímetros; después noto que no hay banqueta más adelante. Me paro, volteo para atrás, no puedo
regresar, necesito continuar; sí, es cierto, ¿pero por donde?, lo único que me
queda es bajar a la calle, ¡eso es imposible! durante más de diez años no han
dejado de pasar automóviles, ni modo tendré que regresar.
Doy la vuelta y
regreso al último sitió donde existe un crucero y se halla manera de seguir;
continuó, ya son tres días que intento llegar caminando a mi casa y no lo logro,
creo que hoy también dormiré en la calle, recuerdo aquellos días donde todavía
se podía cruzar sin peligro las arterias, ahora se ha vuelto imposible, nadie
respeta las banquetas ni a quienes se transportan caminando, cada vez que salgo
me encuentro con interrupciones que no me permiten continuar, esta sociedad
automovilista y a su gobierno no le importan las personas que caminan, ¡pero
que pasa!, no me había dado cuenta que soy el único que transita por las
banquetas, en los tres días que llevo caminando no me he cruzado con nadie,
creo entender por qué, ahora solamente se sale en auto, ni modo creo que llegó
el momento de cruzar la calle, vamos:
¡plach¡, ¡pruch¡ ¡crunch! ¡ugh! plunch, plunch, plunch …
Ahora sí, la
sociedad perfecta.
El problema no es que haya demasiados carros, el problema es que los drivers no respetan...alla donde yo vivia los peatones siempre tienen preferencia. You would have liked it.
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ResponderEliminarBut WHY???? : )
ResponderEliminarLo borré accidentalmente. Decía lo siguiente: que probablemente vivías en Somalia, porque aquí, que es un pueblo tercermundista, las calles todos los días están repletas de vehiculos.
ResponderEliminarYou are so funny! Inventas cada cosa!!! No wonder you're a writer...a wonderful writer. Keep 'em coming!
ResponderEliminarGracias. ¡Muchísimas!.
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