Hace ya bastante tiempo,
sentado frente a la caja idiota (la tv) y junto a mis dos hijos, quienes aún eran
unos niños, mirábamos una caricatura o
película de monitos si así prefieren llamarlas o cinta de dibujos animados: la
serie de Los Simpson; que a ellos , mis hijos, les agradaba.
Me quedé mirando todo el capítulo porque me pareció bastando explicita en la manera que trataban
las elecciones, en este caso solamente eran para nombrar al presidente de la
asociación de alumnos de la escuela de Bart Simpson (un niño en edad escolar,
principal personaje de la serie). Resulta, que no recuerdo como, pero el caso
fue que Bart se hizo tan popular que nadie dudaba de que ganaría, estaban tan
seguros que ya festejaban aún antes de que fueran las elecciones, incluso el
mismo día que fueron. Con la inconveniente que nadie fue a votar; a excepción
del contrincante que finalmente ganó con su único voto a favor.
Pues bien como notarán
sencillamente se explica el por qué no siempre gana el más popular. Claro está
que eso solamente si consideráramos un sistema electoral limpio, sin manos de
color oscuro moviéndose entre las tripas del sistema.
Regresando al día de las
lecciones recientes de aquí en México;
y donde yo estuve todo el día recibiendo votantes, ahí miré que la mayoría que votó eran de menos de cincuenta años de edad, ¿qué pasó con los
pensionados? No que son tantos que ya colapsaron el sistema de pensiones. En la
casilla que yo dirigí, la votación fue del sesenta por ciento o sea que quien
ganó ahí fue la abstención, desde luego que los votos no emitidos así quedaron
registrados: como no emitidos. Para mí
el cuarenta por ciento ya dio su voto, no votando. Ese voto fue en contra de un
sistema corrupto. Aquel candidato que planteaba su proyecto de gobierno en
disminuir la corrupción, perdió por falta de votos o como la vez pasada por un robo descarado,
no en las urnas sino en el sistema de contéo, lejos de la observancia de los
funcionarios de casilla, hecho en la
perseverancia y el permiso a la corrupción.
Recuerdo la noche en que
fuimos a entregar el paquete electoral de acuerdo al instructivo, la capacitadora
me llevó junto con los otros dos presidentes de casilla, en un vehiculo manejado
por el chofer, debo suponer, vehiculo sin logotipos por lo que más bien parecía
particular que del IEEG, hasta una colonia no muy lejos pero si de difícil
acceso, a una casa en una cerrada de más difícil acceso, en donde fuera de la
misma se encontraba un pelotón de paramilitares que no pude identificar de la
corporación que eran, pero sí me pareció indebido por no ser del instituto,
temeroso por la situación actual de México,
además que al llegar inmediatamente nos detuvieron (violación del articulo 248)[1]
y se pusieran a revisar los paquetes electorales, cosa que no preveía el manual
de procedimientos. Me preocupó más, que
preguntaran de que distrito eran, como esperando los paquetes de algunos
distritos ¿para qué?
[1] Ley de instituciones y
procedimientos electorales del estado de guerrero
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