martes, 3 de julio de 2012

Más de elecciones.


Hace ya bastante tiempo, sentado frente a la caja idiota (la tv) y junto a mis dos hijos, quienes aún eran unos niños,  mirábamos una caricatura o película de monitos si así prefieren llamarlas o cinta de dibujos animados: la serie de Los Simpson; que a ellos , mis hijos, les agradaba.
Me quedé mirando todo el capítulo porque me pareció bastando explicita en la manera que trataban las elecciones, en este caso solamente eran para nombrar al presidente de la asociación de alumnos de la escuela de Bart Simpson (un niño en edad escolar, principal personaje de la serie). Resulta, que no recuerdo como, pero el caso fue que Bart se hizo tan popular que nadie dudaba de que ganaría, estaban tan seguros que ya festejaban aún antes de que fueran las elecciones, incluso el mismo día que fueron. Con la inconveniente que nadie fue a votar; a excepción del contrincante que finalmente ganó con su único voto a favor.
Pues bien como notarán sencillamente se explica el por qué no siempre gana el más popular. Claro está que eso solamente si consideráramos un sistema electoral limpio, sin manos de color oscuro moviéndose entre las tripas del sistema.
Regresando al día de las lecciones recientes de aquí en México; y donde yo estuve todo el día recibiendo votantes, ahí miré que la mayoría que votó eran de menos de cincuenta años de edad, ¿qué pasó con los pensionados? No que son tantos que ya colapsaron el sistema de pensiones. En la casilla que yo dirigí, la votación fue del sesenta por ciento o sea que quien ganó ahí fue la abstención, desde luego que los votos no emitidos así quedaron registrados: como no emitidos.  Para mí el cuarenta por ciento ya dio su voto, no votando. Ese voto fue en contra de un sistema corrupto. Aquel candidato que planteaba su proyecto de gobierno en disminuir la corrupción, perdió por falta de votos  o como la vez pasada por un robo descarado, no en las urnas sino en el sistema de contéo, lejos de la observancia de los funcionarios de casilla,  hecho en la perseverancia y el permiso a la corrupción.
Recuerdo la noche en que fuimos a entregar el paquete electoral de acuerdo al instructivo, la capacitadora me llevó junto con los otros dos presidentes de casilla, en un vehiculo manejado por el chofer, debo suponer, vehiculo sin logotipos por lo que más bien parecía particular que del IEEG, hasta una colonia no muy lejos pero si de difícil acceso, a una casa en una cerrada de más difícil acceso, en donde fuera de la misma se encontraba un pelotón de paramilitares que no pude identificar de la corporación que eran, pero sí me pareció indebido por no ser del instituto, temeroso por la situación actual de México, además que al llegar inmediatamente nos detuvieron (violación del articulo 248)[1] y se pusieran a revisar los paquetes electorales, cosa que no preveía el manual de procedimientos. Me preocupó más, que preguntaran de que distrito eran, como esperando los paquetes de algunos distritos ¿para qué?


[1] Ley de instituciones y procedimientos electorales del estado de guerrero

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