La salud, que supuestamente es
un privilegio de la población al parecer protegido por la carta de los derechos
humanos, básicamente está manejada por hambrientos y voraces mercaderes,
ayudados por los medios masivos de comunicación para enriquecerse a su sombra.
Entonces, por lo dicho antes,
podemos considerar que la mayoría de la población, principalmente la menos
culta, o digámoslo suavemente aquella que recibe sus conocimientos a través de
los grandes medios de comunicación, está básicamente fuera de la realidad; o
sea, desconoce casi todo con respecto a su salud; y lo que tiene que hacer para
mantenerse saludable. Equivocadamente siguen como zombis lo que aprendieron en los medios y dan por
verdad absoluta lo instruido. Cayendo en las redes de una mecánica mercantil
que a la larga solamente beneficia a los que promueven está confusión.
Aquí en México está de moda el
dengue, una enfermedad misteriosa que se está popularizando, porque desde luego
a su alrededor existe un suculento negocio.
Diario se habla de los casos
de dengue en el estado de Guerrero que aterra a la ciudadanía, también les
explican los procedimientos a seguir para disminuir esta mermada “epidemia”,
que preocupa muchísimo a los gobiernos locales, les puedo decir que al día hay
más ejecutados por el hampa que al año muertos por dengue. Pero el hampa no le
importa a nuestro gobierno ellos están metidos en acabar con el dengue como en
tiempos pasados lo intentaron con el paludismo, ya olvidado, y que actualmente
enferma a más que el dengue. La sintomatología difundida podría aparecer en
multitud de enfermedades comunes y no graves, haciendo que todo aquel que
enferma, después diga que tuvo dengue. Argumentarán que la campaña se hace para erradicarla a tiempo antes de que
sea un problema incontrolable.
Pero regresando a la
ignorancia o poco conocimiento de la población, les explicaré: el vector del
dengue es el mosquito, el mosquito es alimento de ranas, sapos, lagartijas,
avispas, arañas, pájaros, etc. Razonando un poco, no mucho porque podemos
sufrir carencia de fósforo: si exageramos. Nos daremos cuenta que una manera de disminuir al mosquito es
mejorar las condiciones de sus peores enemigos; pero no se hace de esa manera,
aquí es precisamente lo contrario lo que se está haciendo.
Les explicaré más con un
ejemplo: durante más de veinte años había cuidado mi huerto de manera que en el
hubiera un balance ecológico, evitando el uso de los insecticidas, ya lo había
logrado, en él existían animales de todos los tipos: reptiles, aves anfibios,
mamífero e insectos y arácnidos viviendo en armonía ecológica. Parecerá cuento,
pero un día, después de una fuerte tormenta, llegó visita a la casa, lo que
hizo que los perros se alarmaran y estuvieran ladrando desesperadamente. Pues
resultó que el visitante era una tortuga. No se de donde pudo haber llegado,
dado que mi huerta se encuentra a cuatro cuadras del centro de la ciudad; zona
casi totalmente urbanizada.
En fin, la parcela, desde mi
perspectiva era una selva en miniatura. Se podía comer frutas todo el año; sin
preocuparnos por plagas. Incluso de los mosquitos, que antes de hacer, lo que dije
que hice, había en abundancia, después con el tiempo gracias al control
biológico, fue disminuyendo.
A partir de que empezó la
campaña del dengue, se ha dado por depredar árboles y todo aquello que parezcan
plantas, incluso se mira con recelo a las casas que tienen jardines y huertos,
algunos edificios del gobierno arbolados se han visto poco a poco
desforestados, por miedo a que sean refugio y criadero del temido mosquito. Las
autoridades sanitarias hacen imprudentemente fumigaciones desde la calle sobre
toda el área circundante al vehiculo que lo ejecuta, sin importarle siquiera
las personas que transitan a su alrededor. Los habitantes, motivados por miedo,
debido a la difusión aterradora de la enfermedad, destruyen matorrales, quitan
jardines y talan árboles.
Ahora, regresaron los
mosquitos a mi huerto, desaparecieron los reptiles, disminuyeron los anfibios,
ya no nos visitan las tortugas, las aves; que antes teníamos en abundancia,
casualmente llego ha verlas. Han llegado al interior de mi casa esos magníficos
animales, llamados cucarachas, que antes solamente veíamos en la composta.
Las personas le temen a las
avispas, las arañas, y a los reptiles, los matan sin misericordia fuera de siquiera dar el beneficio de la duda
al por qué existen en nuestro entorno.
El caso es que a pesar de la
información que hay sobre lo inadecuado que pueden ser los insecticidas, estos
siguen siendo el recurso preferida para solucionar el mal, probablemente es lo
que más ganancias les deja a los encargados de la campaña de ahí tan arraigado
que sea su uso por los de salubridad.
El estudio de la naturaleza es
compleja, por eso requiere gente capaz para entenderla, contratar mediocres como
expertos, o versados que lo único que tienen para demostrarlo son kilos de
papeles; que supuestamente lo dicen, pero que la realidad a la que se enfrentan
muestra que no lo son. Lo que terminan haciendo es mover las acciones por
caminos equivocados que acaban por agrandar el problema. Con el dengue eso está
sucediendo, probablemente ese sea el plan: agravar un problema existente, como
se hizo con la famosa guerra de los últimos seis años.
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